martes, 18 de diciembre de 2007

25 de diciembre.


Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR.
Asociado de EyP.

En economía es muy difícil incorporar cuestiones que reportan un nivel de felicidad tan grande como lo hace la navidad. Porque es un bien no material que, por su mejor definición literaria, nos complace disfrutar a todos, pero aún así no tiene precio y no puede ser adquirida por “pequeños paquetitos” en un mercado. Es una época que solo es disfrutada una vez al año.

La Navidad, que proviene de la palabra “natividad”, no debemos reducirle su significado a la definición católica de celebración del nacimiento de Jesús. Navidad es mucho más que eso. Navidad involucra una época de amor y perdón, un tiempo de paz, por el que inclusive conflictos mundiales han cesado temporalmente para darle paso a su celebración. Navidad suele recordarnos la época en que el 11º mandamiento fue creado: “que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros”, la enseñanza más importante de Jesús.

Sin importan cuál sea la definición de navidad, o si le llamamos de otro nombre, si la celebramos o no, disfrutémosla con nuestros seres más queridos y regocijémonos del momento. No pensemos en lo que ya ocurrió, sino en lo que está sucediendo y en lo que puede llegar a cumplirse. Dejemos de lado nuestros caprichos y más tercos rencores con otras personas durante este día, para poder vivir en paz y alegría. Intentemos que la nueva relación a empezar el 25 perdure y sea la mejor para los años por venir.

Preocupémonos de las personas que más amamos así como de las personas más necesitadas. Y en especial, acordémonos de aquellas otras que tanto daño les hemos o nos han causado, y en pocas palabras busquemos el valor para empezar una nueva relación. El trazado de nuestras vidas en el mayor bienestar ocupa de paz y ningún reuma.

Dejemos que esta sea una época, y no un día, lleno de esperanza y buena voluntad. No nos limitemos a un 25 de diciembre. Démosle libre vuelo a nuestro corazón, pero nunca dejemos de lado la razón para encontrar la mejor solución.

Disfrutemos del ambiente tan cálido que rodea estas fechas en un clima de frialdad característico de la época. Donde solo se respira aire de felicidad y se mira esperanza para un mejor mañana. Y que al final, como dice la canción, ésta sea una “noche de paz, noche de amor”.Construyamos juntos un mejor futuro para todos los costarricenses. Eliminemos todo clamor de la sociedad y fundemos una Costa Rica llena de bienestar.

Aún cuando celebremos la navidad solo una vez al año, ¡esto no es ninguna regla! Podríamos alargar su periodo de festividad a uno permanente. Que poco tardaríamos en darnos cuenta de los beneficios de poder disfrutar en el presente los mejores momentos en remembranza del pasado.

¡Cada vez que vamos por julio espero que ya sea diciembre para poder comer tamales! A usted le podría ocurrir lo mismo, entonces, ¿para qué esperar?

Por ello es que los invito a contagiarse del espíritu navideño no para este 25, sino para el resto del año. Vivamos una época de paz y amor. Feliz navidad.




EyP

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