miércoles, 26 de marzo de 2008

El príncipe de las paradojas

Esteban Porras Zúñiga
Estudiante Universitario
Escritor Asociado de EyP
estebanpz@gmail.com

Para Jorge Luis Borges, la obra de Gilbert Keith Chesterton no encierra una sola página que no ofrezca felicidad. Borges, profundo admirador suyo, al igual que muchos grandes escritores “sufrió” de su influencia.

Novelista, poeta, ensayista, articulista y pensador político representan solo algunos de los géneros literarios que este escritor desarrolló con su mano maestra, de su pluma salieron más de mil artículos y noventas libros.

Tan joven y tan viejo. Sir Arthur Bryant, gran historiador Británico, afirmó en una ocasión que “la influencia de Chesterton será más grande en las generaciones aun no nacidas”.

Ya que G.K, como gustaba firmar su nombre, es un escritor al alcance de todos los públicos, con una crítica aguda, un campo de acción universal y una atracción magnética que cautiva y enriquece al adentrarse en sus escritos y sobre de todo de una gran actualidad a pesar de los años.

Podía absorber los libros “como una aspiradora” y tenía una memoria prodigiosa para retener lo que leía, de ahí que escribiera biografías impresionantes sobre: Santo Tomás de Aquino, San Francisco de Asís, Dickens, R.L. Stevenson y otros más, a los cuales describía como un autentico erudito.

Escritores conversos. El final del siglo XIX y mediados del XX representa uno de los fenómenos intelectuales más interesantes de la Inglaterra moderna. Este movimiento, del que Chesterton tuvo gran influencia, tiene su precedente en la conversión y labor intelectual del Cardenal Henry Newman, el cual fue todo un ejemplo de rigor y honradez que debe vivir un investigador.

Chesterton, de familia Anglicana y agnóstico en su juventud, comenzó su andadura literaria en el primer año del siglo XX, su conversión al catolicismo se produjo hasta mediados de 1922 a pesar de rondarla desde años anteriores. Acude a la novela policíaca para expresar la peculiar manera en que se debe buscar la verdad el hombre.

Fue el que más influyo en los escritores de su época, gracias en gran medida a la manera intelectual de enfrentar la fe: Graham Greene, Ronald Knox, Dorothy Sayers, Evelyn Waugh y G.M Hopkins, son solo algunos de los que Chesterton acerco a la Iglesia Católica.

Para Chesterton era mala teología atacar la razón y el estudio concienzudo fue lo que hizo dar el paso a muchos de esta generación. Otros como C.S Lewis y T.S Eliot, fueron “conversos” que no alcanzaron el catolicismo. Lewis comenta que al leer a Chesterton no sabía en lo que se estaba metiendo “el joven que desee seguir siendo un ateo sensato nunca puede ser demasiado prudente con lo que lee”, Eliot al igual tuvo su conversión, en este caso hacía la iglesia Anglocatólica.

Búsqueda de la verdad. Para Graham Greene, Chesterton era demasiado bueno para ser político. En la campaña de 1906 participa por primera vez en la vida política, de ahí en adelante participaría, aunque solo sea para ratificarse en su desconfianza de los políticos.

En esa búsqueda en la que vivió siempre, Gilbert Chesterton se convierte en el pionero del distributismo, junto a su amigo Belloc. Se basan para esto, en las premisas de la encíclica Rerum Novarum y profundizan en la problemática económica de su época.

G.K. Fue sobre todo un hombre de reformas, un pensado libre y un visionario de su tiempo: “Tanto como antes, más que nunca, creo en el liberalismo” manifestó en una ocasión al referirse a la obra de Dickens.

En sus artículos periodísticos mantuvo siempre un enfrentamiento con la corrupción política, su genialidad le permitió siempre salir de muchas acechanzas por sus grandes críticas. Ese era Chesterton, el liberal que no creía en los liberales, el hombre que confeso no tomar en serio sus libros pero muy en serio sus opiniones, el converso de muchos antes de convertirse él al catolicismo. El creador de teorías económicas, optimista y de gran vitalidad. El gigante de las letras: el príncipe de las paradojas, un escritor de todos los tiempos.

Chávez: ¿Su enemigo?

Claudio Mora García
Esteban Porras Zúñiga
Estudiantes Universitarios

Llegamos a la conclusión de que se ocupaba no una, sino dos cabezas para analizar a este personaje: el ser más popular (y populista) que nosotros hayamos podido estudiar. El mismo que ha tenido la osadía de catalogar, frente a todas las naciones del mundo, a George Bush como “el diablo” durante una reunión en la ONU, quiso saludar de beso a la reina Isabel II de Inglaterra, el gran amigo de Fidel y un largo e interminable etcétera.

¿Revolución Bolivariana? Todo empieza con Simón Bolívar, el gran libertador. Los éxitos y derrotas le acompañaron en su extensa lucha por alcanzar su sueño de la unión fraternal de las naciones Hispanoamericanas, en un clima de libertad y respeto.

Bolívar ha surgido con más fuerza en los últimos tiempos; sin embargo, nos encontramos con una imagen deformada, sobre todo por los integrantes de las naciones llamadas bolivarianas, quienes fabrican una figura que se confunde entre lo real y lo mitológico.

El presidente Chávez, se ha dado a la tarea de “retomar” la “revolución” y usar la espada de Bolívar. El mismo militar, que fue tildado de mediocre por un editorial de diario El Nacional en Venezuela, es el que afirma que su misión en la vida es hacer realidad los sueños de Bolívar, cuando la realidad es que representa otros ideales muy distintos.

Simón Bolívar al final de su vida afirmaba: “... Yo estoy enfermo, cansado, desengañado, hostigado y mal pagado”, contrastando con los millones de “petrodólares” que maneja el comandante Chávez y con los cuales fortalece el ALBA.

¿Varios enemigos? Pero, a todo esto, seguimos sin saber algo: ¿quién es el enemigo de Chávez? ¿Será Álvaro Uribe, Estados Unidos, una economía estable o los ricos? Un día fue Bush, al otro pareció ser Zapatero (o más bien Aznar) ¿Será acaso el mismo gobierno?

Durante la revolución cubana, liderada por Fidel Castro, e inspirada en un “alumno” de Bolívar: José Martí, estaba muy en claro quién era el enemigo: el gobierno. Pero… ¿no es, precisamente, Chávez quién está en el gobierno?

El espectro de enemigos es muy diverso: desde grandes empresarios que ven a Chávez como una amenaza para sus negocios, hasta líderes comunistas dentro de la misma Venezuela, por ejemplo Bandera Roja.

Más que personas. Pero, todos los anteriores son personas que se han hecho enemigos de Chávez, y no ha sido Chávez quien ha elegido ser su enemigo. Es cuando entramos en conflicto, porque realmente el enemigo principal de Chávez no es una persona, algo físico o algo que pueda ser palpado y que esté bien definido: es algo cultural, es un régimen político.

Y aún cuando su programa televisivo “Aló Presidente” sea un circo de semántica, una cuna para mal gestaciones en contra de cada líder político actual; no podemos dejarnos caer en tentación de pensar que el enemigo está definido.

El verdadero enemigo es el capitalismo, el mercado, el sistema bajo el que se rigen todos sus adversarios. Por esa razón es contrario a USA: no por su imperialismo, sino por el sistema capitalista tan fuerte que representa. Aún así, mantiene un doble discurso, entre sus palabras y sus acciones a lo interno de Venezuela, critica el capitalismo, pero se viste como Santa Claus: siempre de rojo.

Y cuando don Hugo intente atacar a su enemigo, será muy difícil definir exactamente a quién, dónde. Porque el enemigo no puede ser ubicado, no posee una característica visible que pueda ser definida espacialmente. No es un humano, ni un presidente; ni Bush, ni Aznar; tampoco la oligarquía de Bolivia o la de Venezuela. El enemigo puede estar dentro de la misma Venezuela, puede estar en África, o en la Liga Árabe (lugares que han, supuestamente, apoyado a la “Revolución Bolivariana”).

Umberto Eco diría que conmemoran a las cruzadas: cuando se luchaba para imponer una cultura a la otra; y el enemigo era cualquier musulmán. El enemigo es, por tanto, cualquiera que piense diferente al “nuevo libertador”.



EyP

sábado, 22 de marzo de 2008

Fotografías.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR.
Escritor asociado de EyP.

Hoy estaba recordando mi niñez. Pude vislumbrar aquellos momentos cuando apenas tenía unos días, cuando solo unos meses, cuando estaba en el festejo de mi primer año de vida. Todo gracias al mágico mundo de las fotografías.

Una fotografía es una imagen detenida en el tiempo, un recuerdo de antaño, una sonrisa, un atardecer. Es una simple acción sin movimiento que nos trae a la memoria hasta los más gratos e ingratos pasajes de nuestra vida, inclusive cuando todavía no habíamos desarrollado la capacidad mental de memoria.

Fotografía: Patricia Mora García.

Hoy pude remontarme a mi nacimiento gracias a los pasajes que me contaban mis fotografías. Pude volver a vivir mis mejores recuerdos con los seres más queridos. Los paseos, las fiestas, una acción, todo dentro de una imagen. Con razón se dice que una imagen son más que mil palabras, todas ellas pronunciadas a máximo volumen, pero que solo las escucha el observador.

Nos cuentan una historia sin usar palabras, nos dicen suavemente al oído cómo es el desenlace de la historia. No ocupan ayuda, saben hacer su trabajo excelentemente.

Captan un mensaje. Entre ternura y amor, tienen la capacidad de trasladarnos desde nuestro hogar, o galería, hasta aquél lugar donde hace diez, veinte, cincuenta años se desenvolvía una risa, un abrazo, una caricia, una melodía; un agrio paisaje, un oscuro día de invierno.

Nos remontan a nuestros mejores días, y nuestras peores pesadillas. Nos ayudan a recordar de dónde vinimos, cómo éramos antes, nuestros amigos, familiares.

Tienen la capacidad de resucitar a nuestros seres más queridos que ahora se han ido, y pueden regresar gracias a una imagen. Nos ayudan a volverlos a oír, los podemos volver a escuchar riéndose, lamentándose a la par nuestra, moviéndose. Compartiendo con nosotros en unos de los momentos más especiales. Nos acerca su débil hablar a nuestra mente y nos ayudan a abrir nuestros oídos y guardar silencio por un momento para poderlos escuchar.

Pero muchas veces nos mienten de nuestro pasado. Nos invocan una vívida imagen alegre de nuestro ayer, nos hacen creer que siempre fue así: feliz. Pareciera que hemos llegado a donde estamos hoy pasando únicamente por momentos de prosperidad, de alegría y bienestar, como si por arte de magia hubiéramos llegado hasta donde estamos. Pero, ¡mentira!

¿Qué pasó con nuestros momentos más inoportunos, las desgracias, las infelicidades? Todos aquellos días de lamentación, por no haber podido ayudar a alguien, por no haber tomado la decisión correcta. ¡Qué pasó con ellos!

Tal vez, las fotografías sean más sabias que todos nosotros. Probablemente ellas tengan la razón y sea más sencillo vivir con los recuerdos felices a que vivir con los tristes. Mejor, dejémosle eso a los fotógrafos.

Hoy pude acordarme de mi nacimiento, y pude revivir mi primer aniversario sin necesidad de palabras, o recuerdos mentales. Tan solo con las fotografías, una imagen congelada en el tiempo.

viernes, 21 de marzo de 2008

Óptimo social VRS máximo individual.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR
Escritor asociado de EyP.

La compra de Bear Stearns por parte de JP Morgan Chase (dos bancos estadounidenses), no ha sido catalogada como el mejor negocio para JP Morgan. El banco Bear ha mantenido fuertes pérdidas en este periodo de “crisis” estadounidense, y ha sido la junta directiva, con alguna ayuda del Estado y de la FED, quienes han decidido postularlo como su nueva adquisición.

Pero, entonces, ¿por qué lo están haciendo? Inclusive, de ser tan malo, ¿Por qué se ha catalogado como el mejor negocio desde que “los holandeses le compraron Manhattan a los indios”?

Bueno, es precisamente este ejemplo el que nos ilustra cómo tomar una decisión individualmente no conlleva a los mejores resultados, dada la posibilidad de la respuesta de la contraparte, pero sí pueden ser los mejores para el conjunto. Nos expresa claramente cómo las decisiones que se tomen individualmente pueden llevar a un óptimo social mediante la ayuda de un “agente externo”.

Teoría de Juegos. La teoría de juegos nos enseña cómo las decisiones que se tomen individualmente entre dos partes, respondiendo cada una a sus propios intereses y bajo una serie de condiciones especiales, no siempre desemboca en un óptimo social. Es decir, usualmente requiere de una especie de contrato social en el que ambas partes se pongan de acuerdo para que se pueda llegar a un óptimo social:

Este es el llamado “dilema de los prisioneros”, en el que dos sospechosos son encarcelados en celdas diferentes. A cada uno se le dice que el otro ya está confesando el crimen que, realmente, nunca cometieron. Si él confiesa y yo no, entonces a mí meten seis años a la cárcel; pero si yo confieso que fue él, entonces a él es a quién lo meten seis años y a mí me dejan libre. ¿Usted qué haría? Entonces, como existe una respuesta dominante de confesar, los dos terminan haciéndolo y los dos se ganan unas vacaciones de tres años en la prisión cada uno.

En cambio, existe un cuarto posible resultado: que ninguno de los dos confiese, y tan solo pasamos un mes dentro. Pero… ¿confiaría usted en su compañero? Entonces, es precisamente ahí donde se ocupa el contrato social en manos del “tercer agente”, muchas veces llamado “gobierno” o, en este caso, “FED”.

Libre comercio y Estado. Las decisiones que se tomen considerando únicamente las consecuencias individuales, no siempre son las que llevan a un óptimo social. Además del caso de JP Morgan y Bear, existen otro ejemplo: el libre comercio es uno de ellos.

Cuando dos partes están firmando un convenio comercial para degradar aranceles, nunca se llega al mejor resultado social: una eliminación total de aranceles, lo cual acarrea bienes y servicios más baratos por la especialización. Sino que se opta por un comercio más cerrado, menos inclusivo, y enfocado a protección en vez de sustitución y especialización.

Aún cuando a JP Morgan no le guste mucho seguir con la adquisición, definitivamente es lo mejor para todos los clientes en Bear (inclusive para su aseguradora), y para los demás bancos. Por tanto, es el gobierno y la FED quienes deben estar por detrás de los accionistas de JP Morgan con un chucito diciéndoles: ¡compren, compren! Y con alguna amenaza o premio por debajo de la manga.

Realmente en economía, por tanto, sí existe lugar para el papel del gobierno (a diferencia de los que muchos chismean). Es él mismo quien debe encargarse de vigilar que las desiciones que se tomen sean las que nos conduzcan a un óptimo social, y no a un máximo individual. Este es un estado supervisor, no interventor.

Seguridad-varios.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR.

Escritor asociado de EyP.

Hoy fui partícipe en el acto protocolario para la entrega de varios vehículos (tanto automóviles como motocicletas) a la unidad de la Fuerza Pública de Heredia; lo cual me ha dejado diversas reflexiones.

Por un lado, el capital otorgado hará más productivos a los policías: ahora podrán cambiar los viejos vehículos (o motos) por unos muchos más nuevos, o bien, dejarse los mismos y otorgarle los nuevos a aquellas unidades que antes debían quedarse en la comisaría y, así, poder cubrir una mayor área patrullando.

Al mismo tiempo, se necesitará contar con más policías, porque ¡yo nunca he visto una moto o un carro que se mueva por sí solo! Además, el simple hecho de que cada policía ahora pueda capturar más ladrones, es per se un incentivo para aumentar la contratación. Un poco lo que estaban haciendo hoy en Santo Domingo (o estaban intentando hacer): facilitar un lugar para reclutamiento.

En fin, con esto deberíamos ver que la misma cantidad de policías arresten más ladrones; entonces nos podremos sentir más seguros. Ya todos sabemos lo que sucede cuando nuestro barrio es más tranquilo: el precio de la tierra aumenta.

Por el otro lado, esto no viene a solucionar los problemas de inseguridad. Todavía queda por arreglarse uno de los principales temas, que ha sido extensamente analizado en esta sección. En resumen, me refiero al argumento del beneficio (aunque realmente es ingreso) versus costo en la toma de decisiones delictivas (yo cometo un crimen porque obtengo más de él y mis posibles costos son muy bajos), y su consiguiente conclusión de necesitar mayores costos (como penas más fuertes que reduzcan la reincidencia) para poder reducir el beneficio (ingreso menos costo) de delinquir.

Aunque, existen otras razones que explican la inseguridad. La desigualdad ha puesto su granito de arena; la aparente incursión de las FARC en Costa Rica y el narcotráfico sin duda ha traído consigo un crimen más organizado que el vivido en años anteriores. Recordemos que el grupo de las FARC, además de ser catalogado como terrorista y secuestrador, también ha sido ligado con el tráfico de drogas para financiar su “revolución”.

Por último, podríamos explorar soluciones más del tipo mercado a distintos problemas de drogas. Un primer ejemplo es La Nación del 14/03/08 que expone cómo indios de Talamanca han estado haciendo trueques de marihuana por bienes. ¿Qué tal si fuese el gobierno quien le comprara la droga? O, mejor aún, ¿qué tal si el gobierno les otorgara esos bienes con tal de que no siembren más droga?

Entonces empezaría un tipo de regateo entre la sociedad y los narcotraficantes para ver quién paga más. De esta forma se puede demostrar la valorización que cada grupo da a la siembra (o no siembra) de droga en Costa Rica, y si somos los ciudadanos los que estamos más dispuestos a financiar la no siembra de la cannabis.

El segundo ejemplo viene encaminado en el incremento de seguridad privada que hemos vivido en los últimos años. Ya no es extraño ver a un “guarda” vigilando algún negocio durante la noche, armado hasta los dientes; o la gran cantidad de seguridad contratada en los… “lugares de encuentro juvenil” (para utilizar el término políticamente correcto), que en muchos casos llegan a abusar hasta de los mismos derechos humanos.

Todo estos casos hace ver que los costarricenses, especialmente los dueños de comercios, estamos dispuestos a pagar más por más seguridad. Pero, claro está, por una mejor seguridad.

miércoles, 5 de marzo de 2008

UCR: educación para ricos 2.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR
Escritor asociado de EyP

He decidido extenderme un poco más sobre un tema publicado el día 12/02/08 (UCR: educación para ricos) en esta sección que se perfila como uno de mis favoritos, y se encuentra entre las ideas más progresistas del último siglo. Debo confesar que entre mis dieciocho artículos publicados éste ha sido uno de mis preferidos.

Yo tuve la grandísima oportunidad de cursar mis estudios primarios y secundarios en un colegio privado, donde aprendí una de mis más importantes lecciones hasta ahora: nos enseñaron que lo importante es la sociedad. Por ello mi interés en buscar el máximo bienestar para los costarricenses, de la forma óptima posible.

En el artículo pasado toqué el tema de cómo las personas de bastantes recursos que estudian en la UCR (porque los más ricos estudian en el exterior), además de estar en ventaja para el ingreso, ¡pagan una tarifa subsidiada por todos y que no refleja el verdadero costo de la educación superior! En mi caso, durante el plazo que llevo bajo el velo de la UCR, he sentido vergüenza de haberle estado arrebatando, injustamente, fondos a personas de escasos recursos.

Aun así, mi sentimiento de culpa no debe ser generalizado. El estado costarricense, con sus muchas y complicadas leyes nos ha otorgado el privilegio de demandar estudios de altísima calidad en la institución de educación superior de más alta calidad en Centroamérica, y catalogada en el puesto número 843 a nivel mundial: la UCR. De igual manera que lo han hecho las 28.743 personas que se inscribieron para realizar la Prueba de Aptitud Académica durante el 2005 (aunque solo el 22.3% haya podido ingresar). Nosotros estamos en nuestro derecho de estudiar en esta universidad, porque hemos ayudado a financiarla: hemos pagado nuestros impuestos por un servicio que se nos debe otorgar.

¿Cuándo será el día que nos demos cuenta de que los fondos para financiar la UCR no deben provenir únicamente del estado? Universidades como la del Valle (UNIVALLE) ubicada en Colombia, que encaja justamente en la definición de universidad pública, han empezado a implementar un sistema hecho “justo a la medida” para la UCR.

La UNIVALLE exige a los estudiantes, con aras a ingresar, presentar tanto el ingreso y gastos familiares como la última cuota anual que canceló por concepto de matrícula; con base en esto elabora una escala de pago donde ubica al solicitante, llegando a representar la cuota hasta un 80% del último pago en el colegio. ¡El rico paga como rico, y el pobre como pobre!

La UCR está en capacidad de instaurar un sistema de este tipo. Los controles se pueden dar, ya que, como se asegura, la Oficina de Becas aplica bastos exámenes para asegurar que las becas no sean malgastadas otorgándoselas a las personas incorrectas, sino solo a las que más las necesitan.

Aunque se han dado equivocaciones: ¿puede creer usted que un estudiante de cualquier estrato económico pueda solicitar exención en el pago de matrícula por el simple hecho de ser asistente en un curso?

Solo aquellos que no desean cobrarle a los ricos para otorgárselo a los pobres a modo de redistribución del ingreso y cumplir con principios de justicia social, son los que se opondrían a tal medida. El dinero obtenido puede ser utilizado para diversos fines, uno de ellos puede ser la inversión en infraestructura, uno de los principales impedimentos para expandir el cupo de nuevos ingresos.

Parece que hemos olvidado las invaluables lecciones de antaño, la herencia inmortal de don Alfredo González Flores, nuestro sueño de ver a una Costa Rica más justa y con menores desigualdades sociales. En vez, la hemos intercambiado por una constante lucha en temas que son, simplemente, necesarios y no deben suscitar tanta disputa. Hemos dejado a la libre la educación superior, los temas de investigación e innovación, que en una época clasificada como “de conocimiento”, debieran ser catalogados como los más trascendentales.



EyP

UCR: educación para ricos 3.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR
Escritor asociado de EyP

En mi artículo del 12/02/08 presenté una cifra que, posteriormente, resultó ser errónea. Voy a utilizar el presente artículo para referirme a la misma y hacer otras aclaraciones sobre el primer tema que tocaba en el artículo de ese día.

Permítaseme aclarar que la cifra fue suministrada por funcionarios de la FEUCR. Fue con tal confianza como la dijeron, en medio de una reunión con más de 15 asociaciones, lo que me llevó a inferir que debía ser oficial y verdadera, inclusive el mismo contexto en mi facultad parecía confirmarla.

Pero no por mucho tiempo se había ido mi ilusión de que la FEUCR estaba empezando a entrar en razón, para volver a la realidad existencialista al mejor estilo de don Ernesto Sábato, donde parecen seguir viviendo en una fantasía que no existe y no tiene cabida. Y rememoran a los personajes más audaces en la novela de don Plinio Apuleyo, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas.

Realmente, no se han salido de su estatuto interno al no prestarle atención al problema y no exigir pagos más altos para las personas de mayores recursos, porque deben velar por el bienestar del estudiantado universitario, y no por el bien de la sociedad costarricense.

En todo caso, la realidad de la UCR no se aleja mucho de una fuerte participación estudiantil proveniente de colegios privados, dentro de una educación superior subsidiada por todos nosotros. Para el 2008, de cada dos estudiantes procedentes de colegios públicos, viene detrás uno de un colegio privado (incluyendo los semi-privados).

Me topé, realmente de pura suerte, con un artículo publicado por El Financiero del 6 de mayo del 2007 titulado “Apogeo en educación privada”. Los periodistas aseguran que “la enseñanza privada se ha convertido en una importante opción para las familias (…) por los resultados mostrados en la admisión de universidades estatales”.Citan el ejemplo sobre cómo de los diez mejores promedios, durante el 2006, ocho provenían de colegios privados (para el 2007 fueron 7, y para el 2005 fueron 9 de 12).

¡Y esto no tiene nada de malo!; por supuesto, tomando como referencia los estatutos de la UCR y las leyes de igualdad (desiguales) que rigen nuestra hermosa Costa Rica: los sistemas para filtrar estudiantes han funcionado, y parece ser que se han matriculado solo los mejores.

Este era el primer punto que tocaba en mí artículo del 12: la desventaja ineludible que tienen los egresados de colegios públicos, frente a los colegios privados.

Parece ser que este problema estático tiene índole dinámica cuando se enfoca desde una perspectiva hereditaria. Al negárseles una educación superior pública, gratuita, y subsidiada a personas de escasos recursos, se les está obligando a pagar una que probablemente no puedan costear, y, evidentemente, empezarían a pensar dos veces antes de matricularse.

Inclusive, al no poder ingresar a la UCR deberán optar por otras opciones que no son mejores, en promedio, y estarían desechando una opción de alta calidad. De esta forma, perpetuando el problema de desigualdad en el ingreso. Inclusive, podría darse el caso de que el estudiante deseche la opción de la UCR desde un principio simplemente porque no se cree capaz de obtener la nota suficiente para ser admitido.

No quiero eximir que existen universidades privadas con ciertas carreras acreditadas por organismos nacionales o internacionales, y muchas de ellas podrían llegar a ser, algún día, mejores que la UCR. Pero esto no elimina todo el problema de costos en el medio.

Y existe una infinidad más de razones por la que un estudiante de colegio público y de bajos ingresos está en desventaja: horarios únicamente diurnos, cuando el estudiante ocupa trabajar; una duración más prolongada de la carrera que en universidades privadas, donde las vacaciones no son mayores que las dos semanas, a comparación de la UCR donde tenemos vacaciones ¡hasta de tres meses! (a menos que matriculemos el curso de verano).



EyP