jueves, 27 de septiembre de 2007

Tirar piedras teniendo techo de vidrio

Roberto J. Gallardo N.
Escritor invitado Economía y Política
Tomado de www.roberto-gallardo.blogspot.com

La solicitud que hace el diputado Oscar López para que se cancelen las credenciales de los 25 diputados del Partido Liberación Nacional sorprende por dos razones. Primero, nunca oimos al diputado López quejándose cuando el PAC "administraba el quórum", grosero eufemismo para denominar lo que no era mas que un rompimiento intencional del quórum; segundo, llama la atención que el diputado que ha solicitado más permisos para ausentarse del plenario (mas de 130 veces en alrededor de 250 sesiones) se indigne por las ausencias de sus colegas.

El proceso hacia el referéndum ha revelado un gran oportunismo político de parte de algunos actores, que pretenden llevar agua a sus molinos políticos con un tema que merece mucho más rigor. Pero no se le pueden pedir peras al olmo.

EyP

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Comercio, inclusión y paz

Miguel Martí
Periodista y consultor en comunicación
Tomado de La Nación

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los líderes europeos, escuchando el clamor de sus pueblos, hicieron la firme promesa de que no habría una tercera guerra en Europa.

Pero ¿cómo hacer para evitar que naciones y pueblos que eran enemigos desde hacía siglos aprendieran a vivir en paz y, además, promovieran la justicia?

La respuesta fue el comercio, aunado a la democracia y la mejora social.

Decidieron que, si sus economías se hacían interdependientes, paulatinamente irían desapareciendo las razones que los empujaban a la guerra y serían sustituidas por razones que los empujarían a la paz. Además, crearían mayor riqueza para promover el bienestar y la justicia.

Unión Europea. Fue así como nació la Comunidad del Carbón y del Acero, que evolucionaría y crecería hasta ser la actual Unión Europea. Ya pasaron más de 60 años. Europa ha evitado otra guerra generalizada.

Por ese camino transita ahora el mundo. Por aquí ha transitado, en parte, Costa Rica. Pero aún nos falta camino por recorrer, dentro y fuera del país.

La República Popular China y Estados Unidos se consideraban mutuamente adversarios, hasta que en la década de los 70 decidieron impulsar el comercio entre ambas naciones. Hoy día, aunque persisten diferencias, son más socios comerciales que enemigos y, sobre la base de intereses compartidos, pueden avanzar más y mejor para construir una relación pacífica.

Al día de hoy existen más de 1.000 tratados de libre comercio o de protección de inversiones firmados entre los más diversos países del mundo. Cuanto más comercio, más bienestar para todos, más intereses compartidos, más entendimiento mutuo y, por ende, más respeto y tolerancia por las diferencias. Cuanto más comercio, mejores oportunidades para la paz, el progreso, la justicia y la equidad.

Estrategia exitosa. Y si el comercio ayuda a la paz entre las naciones, con más razón debe hacerlo internamente en ellas. ¿Qué sentido tiene generar riqueza si con ella no se beneficia la mayoría? Ya lo dijo un visionario empresario suizo: no pueden existir empresas exitosas en sociedades fracasadas.

Nuestro gran reto consiste en dejar atrás la mentalidad excluyente que separa el mundo en disyuntivas. Necesitamos tanto del mercado como del Estado, del empresario como del sindicalista, de la iniciativa individual y de la regulación inteligente.

Necesitamos una estrategia económica exitosa. Ya la tenemos desde hace 25 años. El TLC la consolida y la fortalece. Necesitamos también una estrategia social exitosa. La tuvimos, pero se ha deteriorado. Entre todos tendremos que reconstruirla.

Mantengamos la estrategia económica, cuyos resultados demuestran que sí funciona, y arreglemos con urgencia lo que debe ser arreglado: los temas de justicia, equidad y promoción del bienestar para la mayoría.

¡Sí al TLC, en un país inclusivo y en paz!


EyP

Otro documental engañoso

Amparo Pacheco
Viceministra de Comerico Exterior
Tomado de La Nación

Nuevamente, el cineasta Pablo Ortega pone a disposición del público, a través de Internet, un documental titulado Los piratas de la placa Cocos, esta vez apoyado por las opiniones de los biólogos Guillermo Quirós y Manuel María Murillo, y el abogado Jorge Enrique Romero. El anterior fue el documental Costa Rica S. A. , que comenté (La Nación , 03/06) con el título Un documental engañoso, en que argumenté por qué estimaba que distorsionaba la realidad y se basaba en afirmaciones infundadas.

Es esta oportunidad, hizo un documental que por varios minutos alimenta nuestro orgullo nacional, por las grandes riquezas que tenemos en nuestros mares, y, luego, partiendo de premisas equivocadas, llega a la errónea e incendiaria conclusión de que en el TLC República Dominicana-Centroamérica-EE. UU. se entrega la soberanía de nuestros espacios marítimos.

Aclaro el origen de los errores u horrores de este documental:

1. Supone que el TLC es un tratado de límites, que viene a sustituir lo que nuestra Constitución y los acuerdos internacionales dicen al respecto. No es así.

2. Ignora que la definición de territorio de Costa Rica en el TLC termina diciendo “conforme al Derecho Internacional y a su Derecho Interno”, lo que viene a reforzar lo dicho en el punto anterior y a eliminar cualquier duda o preocupación sobre la definición.

3. No tiene en cuenta que la definición de territorio de EE. UU., que tanto le preocupa, es la misma que ha usado este país en sus otros acuerdos (por ej.: con Australia, Singapur, Chile, Panamá, Perú, Colombia) y que en ninguno de esos otros acuerdos dichos países han entregando su soberanía sobre sus recursos marinos a EE. UU.

4. Considera, erróneamente, que si no se mencionan en el TLC todos los acuerdos internacionales de que Costa Rica es parte, como la Convención sobre el Derecho del Mar, estos quedan derogados. Tanto antes como después del TLC, todos los acuerdos internacionales suscritos por el país forman parte de nuestro ordenamiento jurídico, estén o no mencionados en el acuerdo comercial.

5. Parte de la premisa de que el TLC deroga toda la legislación interna. El hecho de que el TLC tenga un rango superior a las leyes nacionales significa que ni Costa Rica ni ningún otro país –incluido Estados Unidos– puede aprobar leyes nacionales que contradigan lo negociado en el TLC, pero no hace desaparecer nuestra legislación nacional; el TLC no deroga nuestras leyes, sino que convive con ellas.

6. Ignora que el tema de las concesiones estatales para la explotación de recursos naturales, aun con TLC, seguirá estando regulado por nuestra legislación nacional.

Considero muy preocupante que, a las puertas de una decisión importante, como es el referéndum sobre el TLC, se estén ventilando argumentos e interpretaciones erróneas sobre temas tan sensibles para todos los costarricenses.


EyP

lunes, 24 de septiembre de 2007

La corazonada de los gringos buenos

Roberto J. Gallardo N.
Escritor invitado Economía y Política
Tomado de www.roberto-gallardo.blogspot.com

Con toda la razón los opositores del TLC se han quejado sobre la injerencia del embajador estadounidense en los asuntos internos de Costa Rica, tomando posición a favor del tratado. Pero ahora resulta que para avanzar la causa del No el PAC, el mismo que anuncia que desconocerá el resultado de la votación del 7 de octubre, se trajo a dos congresistas gringos para que hagan lo mismo que ha venido haciendo el embajador estadounidense, pero a favor del "No". Aquellos son gringos buenos, este un gringo malo.

Aquí hay que decir algunas cosas. Primero, parece muy ingenuo -y hasta irreponsable- creer que dos congresistas puedan hablar con propiedad y seguridad de lo que piensan los otros 99 senadores y los otros 434 representantes que conforman el Congreso estadounidense, sobre todo si dentro de un año la configuración de ese congreso puede cambiar dramáticamente, cuando se elijan todos los miembros de la Cámara baja y un tercio del Senado. ¿Pueden estos gringos buenos asegurar que nada cambiará?

Segundo, ¿qué tienen que perder estos gringos buenos si sus predicciones no son correctas? Nada. Por eso pueden darse el lujo de venir y decir lo que quieran. Si el país no ratifica el tratado y los poderosos lobbys estadounidenses se mueven para sacar al país de la Iniciativa de de la Cuenca del Caribe, ¿pondrían en peligro sus puestos en el Senado y la Cámara de Representantes estos gringos buenos oponiéndose a estos grupos que son los que financian sus campañas y la de sus candidatos presidenciales? En la coyuntura política que enfrentará Estados Unidos en los próximos meses quién tendrá mas peso, ¿los textileros de Carolina del Norte interesados en bloquear la competencia costarricense y capaz de donar millones de dólares a las campañas políticas, o Costa Rica? Solo hace falta un poco de sentido común para darse cuenta. No se trata de justicia o equidad. Se trata de la realidad política de un país que como Estados Unidos se encamina a una contiena electoral cerrada en la que el apoyo de los grupos organizados es fundamental. Ante esta realidad, la influencia del país será muy limitada.

Y finalmente, ninguno de los gringos buenos asguró que la Iniciativa de la Cuenca del Caribe sea eterna. Lo que dijeron es que no hay ambiente para su derogación en el Congreso. Tal vez no en este, pero no pueden hablar del que venga. Pero en el fondo nada cambia: la ICC sigue siendo una concesión unilateral susceptible a ser derogada. Hoy, mañana, dentro de tres meses o tres años, estaríamos a expensas de los gringos, malos y buenos. ¿Estamos dispuestos a apostar nuestro futuro a la corazonada de dos gringos, por más que se nos quiera hacer creer que son buenos? Yo por lo menos, a eso sí le digo NO.

jueves, 20 de septiembre de 2007

¿Es posible la reforma del Estado?

Roberto J. Gallardo
Escritor invitado de EyP
Tomado de El Financiero

Para contestar la pregunta del título, es necesario hacer algunas consideraciones preliminares. La expresión “reforma del Estado” se comenzó a escuchar en el país a principios de la década de los ochentas, y fueron algunas instituciones financieras internacionales quienes introdujeron el término en el vocabulario político costarricense.

Pero como es común con este tipo de conceptos, su interpretación desde ópticas ideológicas diferentes resulta en programas de reforma distintos. Por ser la visión que esas instituciones impulsaron, y porque durante mucho tiempo solo se habló del tema con este sentido, la mayor parte de la población asocia la reforma del Estado con “desmantelamiento del Estado”. Pero el tiempo de ese paradigma ha pasado, como lo admiten las mismas instituciones que lo impulsaron y es momento de acometer la reforma desde otra óptica.

¿Cuál es el objetivo de un proceso de reforma del Estado? Aunque parezca obvio decirlo: hacer más eficientes las instituciones estatales.

Pero, y aquí empiezan a perfilarse las diferencias con respecto al pensamiento anterior, no se trata de una eficiencia en función de un equilibrio macroeconómico, sino de los servicios que se brindan, de lo que los ciudadanos reciben del Estado, no como un concepto sino como una realidad cotidiana.

Se trata de examinar las áreas en donde se produce una interacción entre las personas y el aparato estatal y buscar formas para hacer más fluida, transparente y eficaz esa interacción.

Definida así, debe ser un cúmulo de reformas, tanto en el ámbito de lo cotidiano, como en el plano de las cambios institucionales a gran escala. Es bajo esta premisa que se ha organizado el trabajo de la Comisión de Eficiencia Administrativa y Reforma del Estado (Ceare), instancia conformada por Kevin Casas, segundo vicepresidente y ministro de Planificación, para que asuma un papel consultivo en esta materia.

La Ceare cuenta con 18 meses para ejecutar su labor, dividido este plazo en dos etapas. En una primera fase, hasta febrero del próximo año, se dedicará al análisis y discusión de medidas de reforma que sean potestad exclusiva del Poder Ejecutivo, con el objetivo de que una vez finalizada esta etapa, el Gobierno cuente con una serie de acciones que pueda adoptar en el inmediato, corto y mediano plazo.

En una segunda etapa, la Comisión se abocará al análisis y discusión de aquellos temas cuyas medidas requieran el aporte y concurso de otros Poderes del Estado u otras instancias fuera del Gobierno Central.

En este ciclo es que se discutirán algunos de los grandes temas como los relacionados con el control de la gestión pública, la organización de la administración, y la transparencia y rendición de cuentas, por citar algunos.

Como es evidente, los temas aquí son más complejos, por lo que el proceso de consolidación y ejecución de las reformas es mucho más prolongado y sin duda excede el plazo de vigencia de la Ceare.

Esta delimitación de los ámbitos de la discusión tiene como propósito asegurarse de que el trabajo de la Comisión se materialice en el menor plazo posible, sin abandonar los grandes temas que sin duda deben ser discutidos.

Si la Ceare logra sugerir medidas que puedan adoptarse en el inmediato, corto y mediano plazo por parte del Poder Ejecutivo, y dejar planteadas iniciativas acerca de los grandes tópicos en el tema que puedan ser base para amplios acuerdos parlamentarios y la adopción de políticas públicas en un plazo de tiempo razonable, quedará claro que, entendida de esta manera, la reforma del Estado no solo es perfectamente posible sino además imprescindible.

Competencia y beneficios

Editorial de El Financiero

Creer que las aperturas de los mercados de seguros y telecomunicaciones son resultado del Cafta es atribuirle a este tratado poderes que ningún instrumento legal posee. Los monopolios naturales son el resultado de la tecnología y no de la ley.

Un monopolio natural existe cuando la tecnología impide que dos o más proveedores de servicios puedan coexistir rentablemente en un mercado, generalmente porque la ventaja del más grande en términos de costos es tal que llega a ser, o se mantiene, como el único proveedor en el mercado. Cuando esto sucede, no habrá competencia, aunque la ley la permita, y la regulación directa es el único instrumento para evitar que el monopolista abuse de su poder.

De forma similar, cuando la ley intenta imponer un monopolio allí donde la tecnología permite la competencia, lo que se logra no es suprimir la competencia, sino crear un mercado que puede ser negro o gris, pero en cualquier caso, la competencia aflora y los recursos públicos se desperdician intentando suprimirla.

Esto es precisamente lo que ha sucedido en los dos mercados que analizamos.

El monopolio en los seguros de vida y salud existe, en la práctica, únicamente para los consumidores de más bajos ingresos, ya que la clase media alta y la clase alta compran seguros cuando viajan, o los compran a los vendedores que de manera cada vez más abierta operan en el mercado. La ficción jurídica del monopolio lo que hace es crear inseguridad –pues los seguros se compran a operadores no regulados localmente–, limitar la oferta de productos disponibles en el mercado y excluir al segmento que más se podría beneficiar del acceso a seguros más baratos y en particular a los pequeños y medianos empresarios.

En el caso de las telecomunicaciones, la situación es un poco más complicada y ciertos segmentos del mercado probablemente todavía son un monopolio natural, mientras que en otros la competencia es posible. Pero son precisamente la telefonía móvil y los servicios de redes privadas e Internet, los que se están abriendo a competir.

En cuanto a la telefonía móvil, la evolución tecnológica permite un uso más eficaz del espectro radioeléctrico, de manera que varios operadores pueden ofrecer sus servicios de manera simultánea dentro del rango de frecuencias reservado para este uso.

En el caso de Internet sucede algo parecido: sobre una misma red muchos operadores pueden ofrecer sus servicios, mientras que el acceso a la red mundial, que hoy debe realizarse forzosamente por medio del ICE o Racsa, pueden realizarlo directamente los proveedores de servicios e incluso los usuarios, ya sea por medio de conexiones satelitales o comprando “ancho de banda” en las conexiones de cable submarino ya existentes o aquellas de las que se llegue a disponer en el futuro.

En síntesis, el dilema que tenemos enfrente no es el de abrir o no abrir los mercados de seguros y telecomunicaciones, sino el de hacerlo de manera clara y transparente, o bien permitir que la competencia siga ocultándose en la sombra de un mercado que a veces parece gris y otras negros. Esto es casi lo mismo que decir que nuestro verdadero dilema es escoger entre unos mercados abiertos y bien regulados, lo que protege a los consumidores y evita las prácticas monopolísticas y anticompetitivas, o bien unos mercados mal abiertos y peor regulados, en los que unos consumidores quedan excluidos y otros expuestos a peligros innecesarios y por eso mismo injustificados.

Los compromisos que nuestro país asumió en el TCL, por tanto, no son sino una “puesta al día” de nuestro país con la realidad tecnológica y financiera. Aun sin TLC deberíamos avanzar, aceleradamente, en la apertura de estos mercados, la transformación de los operadores públicos para que puedan operar con eficiencia en un mercado abierto y, finalmente, en el fortalecimiento de los entes reguladores, de manera que los consumidores sean los grandes ganadores de la apertura.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Nada que ver

Roberto J. Gallardo N.
Escritor invitado Economía y Política
Tomado de www.roberto-gallardo.blogspot.com

¿Cómo afecta la posición de quienes apoyamos la aprobación del TLC el memorándum Casas-Sánchez? De ninguna manera. La pregunta parece extraña e innecesaria, pero pareciera que los opositores del tratado creen que el memorándum invalida las razones que esgrimen quienes votaremos "SÍ" el 7 de octubre. Nada más alejado de la realidad.

Tampoco nos deslegitima moral o intelectualmente. Aquí que cada palo aguante su vela. El Ministro y el diputado deberán asumir la responsabilidad de sus actos. Si eso tendrá consecuencias sobre sus carreras políticas o si los descalifica políticamente solo el tiempo lo dirá (eso de pronunciar políticamente liquidados a ciertos actores políticos parece más un deseo secreto que una predicción objetiva, sobre todo si consideramos que un expresidente, acusado de hechos infinitamente más graves que ser autor de un memorádum imprudente, se encuentra al borde de una nueva candidatura presidencial). Pero eso es asunto de ellos. El resto de quienes apoyamos la aprobación del TLC no tenemos nada que ver con esto y no debemos cargar (ni dejar que nos quieran hacer cargar) con responsabilidades ajenas.

Desde el punto de vista de las razones que tenemos para apoyar la ratificación del tratado nada ha cambiado. Por supuesto que quienes se oponen tratarán de descalificar moralmente esta posición, pero eso es simplemente otra estrategia, de las mcuhas que se han utilizado en este proceso. Una que por cierto no habría desentonado en el famoso memorándum.

sábado, 15 de septiembre de 2007

La campaña del miedo.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía
Escritor asociado de EyP.

Es imposible no tratar el tema de la carta plagiada a don Kevin Casas y Fernando Sánchez en estos días. Por ello voy a referirme a algo que es demasiado fehaciente pero los costarricenses lo hemos obviado.

No niego que el documento no cite brevemente la iniciación de una campaña del miedo para votar por el sí. Ni tampoco quiero parecer en ningún momento que defiendo la posible incorporación de una campaña de ese tipo. De hecho repudio este tipo de campañas, como más adelante desarrollo. Pero éste no era el único tema discutido en la carta, sino existen otros: campaña más agresiva, creación de nuevos líderes, etc. Cualquiera que la haya leído con detenimiento y sin prejuicios creados, notará que lo dicho es cierto.

Lo que es demasiado obvio para los costarricenses es que el uso de una “campaña de miedo” no es absolumente nada nuevo. Menos para aquellos que votarán por el “NO” el próximo 7 de Octubre. Porque, realmente, la campaña de miedo se inicio desde hace ya mucho tiempo, y no necesariamente por la gente del “SÍ”. De hecho lleva varios años acuñándose y afinando su grotesca melodía.

Cada vez que tengo la oportunidad de hablar con gente vecina de mi cantón puedo escuchar los distintos miedos que tienen respecto al TLC, de los cuales ninguno ha sido inculcado por la gente del SÍ. Que se van a llevar el agua, que van a venir lanzacohetes, lanzallamas, tanques, que vamos a ser colonia de USA, que la CCSS va a quebrar, y así puedo seguir hasta crear un nuevo artículo únicamente sobre temas a los que tenemos miedo que nos ocurran a los costarricenses con la aprobación del tratado.

No entiendo como osa los del NO usar esta carta como una herramienta personal para atacar al diputado y al ex-ministro. Cuando realmente han sido ellos quienes iniciaron una campaña de miedo desde hace ya mucho tiempo atrás.

Y lo peor es que son todas especulaciones, que no solo perjudican un voto democrático, sino que insultan la lógica costarricense. Muchas han sido deslegitimadas por la misma Sala IV. Se aprovechan de la humildad del pueblo para “meter miedo”. Y tenemos que ser los del SÍ quienes, ya muy cansados, hemos tenido que ir desmintiendo parte por parte una procreación que se modifica a una velocidad increíble. Casi todos los días escucho algo nuevo respecto a la posible aprobación.

No se hasta qué punto calificar como “mejor” una campaña: aquella que, luego de analizar estrategias para referirse al pueblo, decide por una; o aquella que todavía las analiza, y muchas veces piensa en seguir a sus contrincantes en la movidas estratégicas que hagan. Porque el miedo y las mentiras ya han sido seleccionadas por “los del NO”, y “los del SÍ” hemos analizado, pero nunca optado, por una campaña parecida a la de nuestros contrincantes.

Aún luego de la cantidad de argumentos falaces que se han usado para deslegitimar al TLC, la gente todavía les cree, porque tiene miedo de que alguna de todas las mentiras que han dicho se vuelvan verdad. Tienen miedo de que quiebren los bomberos, de que las nuevas fuentes de empleo no respeten los derechos laborales, que se irrespete el espacio marítimo-terrestre, etc. Tienen miedo, inclusive, de una sublevación en una Costa Rica pacífica. Y esto nunca lo ha dicho el SÍ, sino que lo ha hecho el NO.

Y se aprovechan del contenido para hacer burla y ganar popularidad. Es casi un circo romano, donde las víctimas son entregadas a leones hambrientos mientras el pueblo disfruta de la masacre, hasta que la muerte se aparece frente a todos. Adornan la carta con palabras que son sinónimos a las expresadas por ellos, pero que realmente difieren mucho de la realidad; y distraen la opinión pública para que no nos demos cuenta de lo obvio: la “campaña de miedo” ya fue iniciada, y los del NO llevan la batuta. “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” (Mateo 7:3).

viernes, 7 de septiembre de 2007

Oppenheirmer: Error de los Dems

Javi Correoso.
Miami, FL.
Escritor asociado de EyP.

Esta es la primera pregunta que les haría a los candidatos demócratas cuando se den cita el domingo en Miami para el primer debate presidencial en la televisión en español: ¿Cómo pueden proclamarse los mejores amigos de los hispanos, y al mismo tiempo oponerse a tratados de libre comercio que benefician tanto a los hispanos en Estados Unidos como a sus países de origen?
Para ser justos, los principales aspirantes republicanos han adoptado políticas aún más contrarias a los hispanos al apoyar las posturas antiinmigración del ala más extremista - y xenófoba - de su partido.

Las posturas sobre inmigración de los candidatos republicanos Rudy Giuliani y Mitt Romney son contrarias al sentir de muchos hispanos que ambos declinaron la invitación de la cadena Univisión para participar en un debate similar entre republicanos. El debate republicano tuvo que ser cancelado después de que solo un candidato - el senador John McCain-aceptó participar.
(Pareciera ser que los candidatos republicanos no se animan a presentarse ante ninguna audiencia hispana estos días: los principales aspirantes republicanos tampoco aceptaron hablar en la conferencia anual del Consejo Nacional de la Raza el 21 de julio en Miami, ni en la conferencia anual de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos el 30 de julio en Orlando.)

Pero, en lo que hace a los hispanos, el hecho de que los republicanos se hayan entregado a los grupos antiinmigración de línea dura no debería traducirse en un apoyo automático a los demócratas. La oposición de los demócratas a tratados de libre comercio para complacer a los líderes sindicales de la AFL-CIO puede ser tan peligrosa para la comunidad latina como la postura de los republicanos contra los indocumentados.

Los senadores Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards -el más populista de todos - se han opuesto al reciente tratado de libre comercio de los Estados con América Central y la República Dominicana (CAFTA). Y ahora, le están poniendo obstáculos a los tratados de libre comercio con Perú, Panamá y Colombia, cuya ratificación por parte del Congreso es crucial para esos países.

Los principales candidatos demócratas aducen que el CAFTA, y los acuerdos pendientes con Perú, Panamá y Colombia, necesitan más claúsulas de protección a los trabajadores de Estados Unidos y al medio ambiente. Argumentan que se ha producido una avalancha de importaciones baratas provenientes de países en desarrollo que está causando el cierre de fábricas y despidos masivos de trabajadores en Estados Unidos.

Sin embargo, se trata de argumentos tramposos. En primer lugar, las exportaciones de los Estados Unidos están en el nivel más alto de la historia -en parte gracias al dólar barato -y el desempleo en los Estados Unidos está en un 4.6 por ciento, sus niveles más bajos en décadas.

Y mientras las exportaciones de manufacturas de Estados Unidos crecieron en cerca de un 11 por ciento durante los primeros seis meses de este año, las importaciones crecieron en solo un 3.8 por ciento en el mismo lapso, según el Departamento de Comercio.

En segundo lugar, aunque las importaciones de Estados Unidos también están en un nivel record, el 55 por ciento de las importaciones son materiales usados por fábricas, que les permiten ser más competitivas en los mercados mundiales, según un reciente estudio del Instituto Cato, un grupo pro libre comercio.

Asimismo, las importaciones le permiten a los consumidores de los Estados Unidos - especialmente a la clase trabajadora comprar productos mas baratos.
En tercer lugar, al ayudar a las economías latinoamericanas, los tratados de libre comercio ayudan a incrementar las exportaciones de Estados Unidos.

Y, finalmente, mientras el presidente narcisista leninista de Venezuela, Hugo Chavez, está comprando influencias en toda la región con sus petrodólares, un rechazo de Washington a aliados claves como Colombia, Perú y Panamá sería una receta para un aislamiento aún mayor de Estados Unidos en el continente, y para más inestabilidad política en la región.

Los candidatos demócratas ''operan bajo el mito de que hay una correlación entre las importaciones y la pérdida de empleos en Estados Unidos'', me dijo Daniel J. Ikenson, del Instituto Cato. ``Eso no es verdad: ha habido una reducción de empleos en el sector manufacturas, pero se debe a ganancias en productividad. Ya no se necesitan diez trabajadores en la línea de producción para fabricar una chuchería''.

Mi opinión: Si los demócratas realmente quieren ayudar a los hispanos, deberían decir claramente en el debate del domingo que la mejor forma de frenar la inmigración de indocumentados, aumentar las exportaciones, y asegurar el abasto de energía sería aumentar las relaciones comerciales con América Latina. Y el libre comercio con Perú, Colombia y Panamá haría exactamente eso.