miércoles, 26 de septiembre de 2007

Otro documental engañoso

Amparo Pacheco
Viceministra de Comerico Exterior
Tomado de La Nación

Nuevamente, el cineasta Pablo Ortega pone a disposición del público, a través de Internet, un documental titulado Los piratas de la placa Cocos, esta vez apoyado por las opiniones de los biólogos Guillermo Quirós y Manuel María Murillo, y el abogado Jorge Enrique Romero. El anterior fue el documental Costa Rica S. A. , que comenté (La Nación , 03/06) con el título Un documental engañoso, en que argumenté por qué estimaba que distorsionaba la realidad y se basaba en afirmaciones infundadas.

Es esta oportunidad, hizo un documental que por varios minutos alimenta nuestro orgullo nacional, por las grandes riquezas que tenemos en nuestros mares, y, luego, partiendo de premisas equivocadas, llega a la errónea e incendiaria conclusión de que en el TLC República Dominicana-Centroamérica-EE. UU. se entrega la soberanía de nuestros espacios marítimos.

Aclaro el origen de los errores u horrores de este documental:

1. Supone que el TLC es un tratado de límites, que viene a sustituir lo que nuestra Constitución y los acuerdos internacionales dicen al respecto. No es así.

2. Ignora que la definición de territorio de Costa Rica en el TLC termina diciendo “conforme al Derecho Internacional y a su Derecho Interno”, lo que viene a reforzar lo dicho en el punto anterior y a eliminar cualquier duda o preocupación sobre la definición.

3. No tiene en cuenta que la definición de territorio de EE. UU., que tanto le preocupa, es la misma que ha usado este país en sus otros acuerdos (por ej.: con Australia, Singapur, Chile, Panamá, Perú, Colombia) y que en ninguno de esos otros acuerdos dichos países han entregando su soberanía sobre sus recursos marinos a EE. UU.

4. Considera, erróneamente, que si no se mencionan en el TLC todos los acuerdos internacionales de que Costa Rica es parte, como la Convención sobre el Derecho del Mar, estos quedan derogados. Tanto antes como después del TLC, todos los acuerdos internacionales suscritos por el país forman parte de nuestro ordenamiento jurídico, estén o no mencionados en el acuerdo comercial.

5. Parte de la premisa de que el TLC deroga toda la legislación interna. El hecho de que el TLC tenga un rango superior a las leyes nacionales significa que ni Costa Rica ni ningún otro país –incluido Estados Unidos– puede aprobar leyes nacionales que contradigan lo negociado en el TLC, pero no hace desaparecer nuestra legislación nacional; el TLC no deroga nuestras leyes, sino que convive con ellas.

6. Ignora que el tema de las concesiones estatales para la explotación de recursos naturales, aun con TLC, seguirá estando regulado por nuestra legislación nacional.

Considero muy preocupante que, a las puertas de una decisión importante, como es el referéndum sobre el TLC, se estén ventilando argumentos e interpretaciones erróneas sobre temas tan sensibles para todos los costarricenses.


EyP

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