sábado, 18 de diciembre de 2010

El desarrollo de Costa Rica


Claudio A. Mora García
cbmora@uc.cl
Estudiante de doctorado en economía
Becado MECESUP

Costa Rica lleva casi 30 años sin lograr alcanzar su nivel de PIB per cápita de tendencia de largo plazo. No pretendo explicar por qué, ni cómo llegar a alcanzarlo. No deseo ser tan ambicioso y hoy tan solo me gustaría aplicar algo que me pareció interesante.

Cada economía tiene su propia dinámica macroeconómica, con una base productiva y tecnología únicas que le permiten tener una tasa particular de crecimiento de convergencia de largo plazo. Luego, en parte, depende de nosotros si la actual tasa de crecimiento está por encima o por debajo de esa tasa potencial de crecimiento.

El gráfico muestra dos líneas: la continua es la historia de crecimiento del PIB per cápita de Costa Rica en términos reales desde 1950 hasta 2011. La discontinua es la línea de tendencia y muestra la tasa de crecimiento y el nivel de PIB per cápita de largo plazo al cual Costa Rica debería converger, dada su particular estructura productiva. Realmente lo que nos interesa es no converger, sino siempre estar por encima de la tendencia, tanto en nivel como en inclinación.

El gráfico se encuentra en escala logarítmica. Lo astuto de la escala logarítmica es que permite matar dos pájaros de un solo tiro: muestra la tasa de crecimiento (me refiero a la tasa porcentual de crecimiento del PIB per cápita) y el nivel, las dos al mismo tiempo. Así, cuando la línea continua es más inclinada que la discontinua, la tasa porcentual de crecimiento es mayor que la de tendencia; y cuando la línea continua está por encima de la discontinua, el nivel actual del PIB per cápita es mayor que el de tendencia (la comparación también es válida para dos puntos cualesquiera sobre la línea continua).

Algunos episodios de crecimiento pueden ser explicados claramente por el gráfico. Por ejemplo, obsérvese cómo desde el 2002 ha existido un crecimiento continuo por encima del de tendencia, que nos ha permitido casi alcanzar el nivel de tendencia del PIB per cápita. La tasa de crecimiento porcentual en ese periodo, aunque mayor a la promedio de los últimos 62 años (2.36%), sin embargo no fue suficiente para alcanzar el nivel de tendencia vigente al 2010. ¿Qué shock permitió esto?

Es importante diferenciar entre “shocks” que implican un cambio en el nivel y los que implican un cambio en la inclinación. La actual serie de reformas que han apuntado a liberar la economía, tales como una mayor apertura comercial, liberalización de ciertos mercados, y mayor facilidad para establecer un régimen de propiedad privada, han permitido un cambio en el nivel de PIB per cápita. Pero una vez utilizadas estas políticas se agotan, y luego no tienen un efecto de largo plazo sobre la inclinación. Son limitadas, y esto implica que la tasa de crecimiento converja nuevamente al 2.36% de largo plazo.

Lo anterior es observable en que a partir del 2002 esas políticas permitieron mantener una tasa de crecimiento por encima de la tendencia; y quizás, de no haber sido por la crisis que inició en el 2007, hubiésemos logrado llegar a estar por encima del nivel de tendencia de largo plazo. Pero su efecto empieza a agotarse.

En Costa Rica lleva casi 30 años sin lograr alcanzar su nivel de PIB per cápita de tendencia de largo plazo. No pretendo explicar por qué, ni cómo llegar a alcanzarlo. No deseo ser tan ambicioso y hoy tan solo me gustaría aplicar algo que me pareció interesante.

Cada economía tiene su propia dinámica macroeconómica, con una base productiva y tecnología únicas que le permiten tener una tasa particular de crecimiento de convergencia de largo plazo. Luego, en parte, depende de nosotros si la actual tasa de crecimiento está por encima o por debajo de esa tasa potencial de crecimiento.

El gráfico muestra dos líneas: la continua es la historia de crecimiento del PIB per cápita de Costa Rica en términos reales desde 1950 hasta 2011. La discontinua es la línea de tendencia y muestra la tasa de crecimiento y el nivel de PIB per cápita de largo plazo al cual Costa Rica debería converger, dada su particular estructura productiva. Realmente lo que nos interesa es no converger, sino siempre estar por encima de la tendencia, tanto en nivel como en inclinación.

El gráfico se encuentra en escala logarítmica. Lo astuto de la escala logarítmica es que permite matar dos pájaros de un solo tiro: muestra la tasa de crecimiento (me refiero a la tasa porcentual de crecimiento del PIB per cápita) y el nivel, las dos al mismo tiempo. Así, cuando la línea continua es más inclinada que la discontinua, la tasa porcentual de crecimiento es mayor que la de tendencia; y cuando la línea continua está por encima de la discontinua, el nivel actual del PIB per cápita es mayor que el de tendencia (la comparación también es válida para dos puntos cualesquiera sobre la línea continua).

Algunos episodios de crecimiento pueden ser explicados claramente por el gráfico. Por ejemplo, obsérvese cómo desde el 2002 ha existido un crecimiento continuo por encima del de tendencia, que nos ha permitido casi alcanzar el nivel de tendencia del PIB per cápita. La tasa de crecimiento porcentual en ese periodo, aunque mayor a la promedio de los últimos 62 años (2.36%), sin embargo no fue suficiente para alcanzar el nivel de tendencia vigente al 2010. ¿Qué shock permitió esto?

Es importante diferenciar entre “shocks” que implican un cambio en el nivel y los que implican un cambio en la inclinación. La actual serie de reformas que han apuntado a liberar la economía, tales como una mayor apertura comercial, liberalización de ciertos mercados, y mayor facilidad para establecer un régimen de propiedad privada, han permitido un cambio en el nivel de PIB per cápita. Pero una vez utilizadas estas políticas se agotan, y luego no tienen un efecto de largo plazo sobre la inclinación. Son limitadas, y esto implica que la tasa de crecimiento converja nuevamente al 2.36% de largo plazo.

Lo anterior es observable en que a partir del 2002 esas políticas permitieron mantener una tasa de crecimiento por encima de la tendencia; y quizás, de no haber sido por la crisis que inició en el 2007, hubiésemos logrado llegar a estar por encima del nivel de tendencia de largo plazo. Pero su efecto empieza a agotarse.

En general, sería recomendable adoptar una mentalidad más de largo plazo, y buscar política cuyos efectos no solo tengan un impacto cercano sobre el nivel, sino que perduren sobre la tasa de crecimiento. Las recomendaciones usuales son modificar la base productiva y mejorar las instituciones en el cual se desenvuelve la economía.general

martes, 24 de agosto de 2010

Desarrollo Sostenible

Esta es una entrada mega rápida... que está siendo corregida. Suggestions are welcome!

En todo caso, el tema es desarrollo económico (lo que en general se ha aceptado llamar “crecimiento económico” por su restringido approach), en especial desarrollo sostenible. En general, los modelos que se enseñan en la carrera de economía se basan en la explicación de las causas del desarrollo económico. Una de las ideas principales es que las mejoras tecnológicas o mejoras de productividad son las que causan la existencia de un crecimiento (o sostenido) en la economía. Estos modelos se restringen a explicar el crecimiento de tres variables: el ingreso per cápita, la inversión per cápita y el consumo per cápita. La duda que naturalmente surge es ¿por qué solo explicar o estudiar la evolución en el tiempo de estas tres variables?

Pues porque en economía suponemos que el bienestar se deriva únicamente del consumo de bienes o servicios. En general, un bien reporta mayor bienestar no por el simple hecho de consumirlo, sino por el flujo de servicios que ese bien presta. Por ejemplo, compramos una refri no por querer tener una refri, sino porque ocupamos conservar nuestros alimentos frescos. Estoy seguro de que a todos nos gusta comernos el pescado lo más fresco posible! En todo caso, un mayor consumo, por tanto, implica un mayor bienestar. También decimo que la capacidad de consumo depende de mis posibilidades de gasto: a mayor ingreso, mayor puede ser mi consumo (puedo comprar otra refri que conserve mejor los alimentos, pero más cara) y, por tanto, mayor será mi bienestar (el pescado va a estar aún más fresco! YEAH!).

Ahora, la próxima pregunta debería ser ¿cómo generamos más ingreso? Primero debemos observar que el ingreso depende de la producción, y la capacidad de producción depende, a su vez, de la disponibilidad de factores en la economía. Y es acá donde entra el tema del desarrollo sostenible versus desarrollo... ¿simple? ¿neoclásico?

Usualmente asumimos que los factores de producción son el capital y trabajo (en modelos más avanzados, se utilizan otros factores como el capital humano y se diferencia del capital físico). Más disponibilidad de factores implica mayores posibilidades de producción, que implica (si se hace un uso eficiente de los recursos) mayor ingreso, ergo mayor bienestar (debido al mayor consumo). Entonces, si logramos aumentar nuestra disponibilidad de factores de producción, aumentamos el bienestar.

Veamos por un segundo cómo evoluciona cada factor de producción: la tasa de crecimiento del trabajo depende de la natalidad (crecimiento de la población), es difícil explicar esta tasa en términos económicos (Bekcer ya hizo un intento… claro… a él le dieron un Nobel…). Por tanto, lo que se hace es tomarla como un parámetro exógeno que los modelos no explican. Por otro lado, la disponibilidad de capital se incrementa por medio de inversión. Si suponemos, para simplificar, que solo esos dos capitales existen, luego, la única variable con la que podríamos jugar para aumentar las posibilidades de consumo es la de inversión: mayor inversión genera creación de capital. Claro que la inversión tiene un costo (sino sería muy simple la solución: invirtamos todo y punto!): una mayor inversión proviene solo del ahorro, y el ahorro proviene de un des-consumo (que era lo que generaba bienestar). Por tanto, mayor inversión generaría un menor bienestar.

Es así como se debe buscar una cantidad de ahorro óptima que maximice el valor presente del bienestar, sujeto a que la creación del capital a lo largo del tiempo sea igual al ahorro menos la depreciación. Ese es el modelo de Ramsey. Claro, y luego viene un chorro de cuestiones matemáticas.

Así, a grandes rasgos, hasta acá esa también era el modelo neoclásico. Su predicción es simple: más capital implica más producción, pero no podemos tener todo el capital porque hay un costo de oportunidad de no poder consumir. Nótese que siempre es posible generar más capital generando más ahorro. El capital “no se acaba” ni es finito.

Bien, ¿y qué sucede si introducimos otro capital, pero esta vez que sea finito?

Y, además, que la producción dependa, en algún grado, de su uso. El nuevo capital se llama capital natural. Éste no se deprecia, se consume. Y éste no se genera invirtiendo, tiene una tasa exógena de creación. Es similar a un capital físico pues también se deprecia, pero la diferencia radica en que siempre es posible crear más capital físico, aún cuando este esté depreciándose. Es similar al trabajo, en que se crea exógenamente; pero la diferencia radica en que los trabajadores no son "consumidos" en el proceso productivo. Quizá solo los trabajadores en minas de carbón durante la revolución industrial, pero no actualmente. Actualmente los trabajadores no "mueren" o "desaparecen" o se convierten en cenizas o similares, luego de un día de trabajo.

En todo caso, es claro que el capital natural tiene sus características propias, muy distintas a las de los otros capitales. Eso es lo que hace al modelo de Desarrollo Sostenible tan especial: le agrega una restricción adicional al modelo de optimización: una mayor producción implicará un desgaste del capital natural (en general se le llama, base productiva).Este tipo de modelo ha sido desarrollado, entre otros, por el profesor (Sir) Partha Dasgupta, de la Universidad de Cambridge. Vease: http://www.econ.cam.ac.uk/faculty/dasgupta/

Pero, aún más, lo ingenioso del approach adoptado es que hace la observación de que no únicamente el capital natural tiene esas características. De hecho, las instituciones también la tienen! Y, aún más, al conjunto de estos capitales se le ha llamado “base productiva”. Una economía requiere de una “base productiva” para poder producir, ergo tener bienestar. Conforme la base productiva aumente, mayores serán las posibilidades de bienestar. En tanto la base productiva se desgaste (debido, por ejemplo, a poca inversión del capital, o a inmensa una tasa de explotación del capital natural), nuestras capacidades de producción disminuirán.

Así, países que explotan fuertemente el capital natural, a una tasa de explotación mayor a la que el capital natural puede regenerarse, y sin generar inversiones en los demás capitales (físico o humano), van a sufrir en el futuro.

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PD: esta versión sigue bajo corrección...

martes, 8 de junio de 2010

Conclusiones de Tesis de Licenciatura: Una tasa social de descuento para Costa Rica.

Esta es la conclusión de la Tesis de Licenciatura "Una tasa social de descuento para Costa Rica". Es básicamente el resumen del trabajo. Disfrútenlo!

La elección de cuál (cuánta) tasa social de descuento (TSD) usar en la evaluación social de un proyecto es un tema delicado: su elección podría hacer que un proyecto se vea rentable cuando verdaderamente no lo es, o viceversa.
Al principio de esta investigación se vio que el tema del descuento tiene raíces microeconómicas y de economía pública; la mayor diferencia entre los dos enfoques es la forma en cada uno deriva valores para la tasa de descuento. El enfoque micro se basa en lo que “es”, y la economía pública en lo que “debería” ser. Este dilema es acentuado por la dicotomía de Hume donde el “debería” no puede ser derivado de lo que “es”.
Lo anterior introduce la posibilidad de la intervención estatal. Bentham y Hume se basan en la impaciencia para defenderla. Robinson (1990) ilustra que para Bentham (1789), “el hecho psicológico de que las personas descuentan eventos futuros es (…) un hecho que los legisladores deben tener presente al diseñar políticas” (Robinson 1990, 250). Aún más, Bentham creía que el libre ejercicio del interés privado no siempre lleva a una mejora en el bienestar social. Por otro lado, en su “Treatise of Human Nature” (1739, pág. 538) Hume dice que: “No hay calidad en la naturaleza humana que provoque más errores fatales en nuestra conducta que el que nos lleva a preferir lo que sea que es presente a lo que es distante y remoto, y nos hace desear los objetos más en función de su situación que de su valor intrínseco”
También se vio que existe una gran variedad de definiciones para la TSD. La que se considera mejor es: La TSD “refleja la valoración relativa de una sociedad sobre el bienestar de hoy en comparación con el bienestar en el futuro... La eficiencia económica requiere que la TSD mida el costo marginal de oportunidad social de los fondos asignados a la inversión pública” (Zhuang, y otros 2007, pág. 1).
La gran variedad de definiciones se debe a la existencia de dos vertientes de definiciones: una que habla de la tasa social de preferencia temporal (TSPT) y otra que habla del costo social de oportunidad (CSO).
La TSPT (también conocida como la tasa de interés de consumo o TIC) es la tasa a la que la sociedad está dispuesta a posponer una unidad marginal de consumo presente a cambio de más consumo futuro. En cambio, el CSO es la tasa marginal de retorno de una inversión en el sector privado
En un mundo ideal, con un mercado perfecto, la TSPT y el CSO son iguales y pueden ser llamadas, ambas, TSD; aún más, la TSD sería igual a la tasa de interés de mercado. Pero por distorsiones en los mercados (existencia de impuestos, monopolios, etc.) la TSPT y el CSO no son, en general, iguales. Y aún si existiera un mercado sin distorsiones, existen razones (por ejemplo, altruismo y su consiguiente visión del ahorro privado como bien público) por las que, en general, la TSD y la tasa de interés de mercado no pueden ser idénticas.
A partir de lo anterior surge un problema de medición de cuál tasa utilizar para representar la TSD.
La TSPT es utilizada para descontar flujos de consumo, y viene dada por la Ecuación de Ramsey: TSPT=δ+θ•g, cuya derivación proviene de un modelo de crecimiento de Ramsey. Los corolarios teorizados por Dasgupta, Mäler y Barret (1999 págs. 2-3) serán los principios básicos que dirijan el desarrollo de esta tesis:
“las tasas sociales de descuento… dependerán del numerario escogido”.
“las tasas sociales de descuento no serán constantes en el tiempo”.
“las tasas sociales de descuento no son específicas a cada proyecto: el mismo conjunto de tasas de descuento debe aplicarse en la evaluación de todos los proyectos”.
“las tasas sociales de descuento no son material ético aleatorio; ellas están determinadas endógenamente a partir de un ejercicio de optimización”.
Según el CSO la inversión pública debe generar al menos el mismo retorno que la inversión privada. De otra forma, el bienestar social puede aumentarse al redistribuir recursos al sector privado (Zhuang, y otros 2007, 9). El CSO mide ese costo de oportunidad o tasa de retorno.

Lo anterior también tiene un efecto sobre los distintos métodos para estimar una TSD. En general, se ha aceptado que la TSD se encuentra entre la TSPT y el CSO. Acá se han expuesto los métodos existentes en la literatura para estimar la TSD. Estos métodos nos servirán en la próxima sección para realizar una estimación de la TSD para Costa Rica. Se considera importante tener en cuenta que estos métodos han sido desarrollados mayormente por investigadores que residen en países o regiones desarrollados tales como Estados Unidos y la Unión Europea, por lo que su enfoque, aún cuando han intentado estar dirigidos para una aplicación general, podría estar sesgado o dejar por fuera ciertas circunstancias específicas de zonas de menor desarrollo.
En general, se puedo distinguir tres métodos para estimar la TSD: el enfoque de la tasa social de preferencia temporal (TSPT), que se basa en el costo social de postergar el consumir hoy y aproximada por la Ecuación de Ramsey; el enfoque del costo social de oportunidad (CSO), que trata de solucionar el problema de que la TSPT ignora el costo de oportunidad social de realizar inversión pública en vez de inversión privada y es aproximada por la tasa de retorno de inversiones no riesgosas después de impuestos; por último el enfoque del promedio ponderado busca conciliar los dos enfoques anteriores y requiere el cálculo de elasticidades.
Para el cálculo de la TSPT se hizo una extensa exposición de los métodos existentes para cuantificar cada variable: la tasa de preferencia temporal δ, la elasticidad de la utilidad marginal del consumo y el crecimiento real de largo plazo del consumo per cápita. Se pudo observar que existen dos enfoques para el cálculo de δ: probabilidad de que un individuo promedio muera, y probabilidad de que la sociedad como un todo deje de existir; existen varios métodos para calcular θ: métodos de encuesta, que se basan en una muestra y preguntas “de laboratorio”. Evidencia indirecta de la conducta (modelos micro y macro del comportamiento del ahorro; y modelos de demanda del consumidor por un bien independiente de las preferencias, que requiere de un modelo de demanda y se basan en el método FFF), que se basan en la preferencia revelada en el mercado. Y los valores sociales revelados, que suponen una función de utilidad CES y se basan en la estructura impositiva del país (con todas las desventajas que esto pueda implicar).
Un cálculo de la TSD utilizando el método de la TSPT implica tener un límite inferior para la TSD, un cálculo utilizando CSO implica tener un límite superior de la TSD, y un cálculo de la TSD por medio del promedio ponderado podría ser el cálculo más cercano a la verdadera TSD. Aún así, se pudo observar que cada método (TSPT, CSO y el promedio ponderado) tiene sus respectivas ventajas y desventajas. Y aún más algunos métodos, como se vio en el Capítulo 3, requieren realizar cálculos de ciertas variables que podrían no ser posibles de estimar para Costa Rica debido a la no disponibilidad de datos.
Por último, se considera necesario investigar la relación entre mortalidad y probabilidad de que la sociedad se extinga, si es que existe alguna. Otra recomendación para investigación futura es calcular la probabilidad de que la sociedad costarricense se extinga en “t” años. Y además realizar un estudio que responda si existe evidencia que apoye en Costa Rica la aplicación del principio de igual sacrificio, lo cual requeriría evaluar la estructura tributaria del país. Aún más, sería interesante evaluar si es socialmente deseable una estructura tributaria que conlleve un igual sacrificio, y si una estructura tributaría así sería la mejor opción.

Para el cálculo de la TSD se decidió acotarla entre la TSPT y el CSO; el método del promedio ponderado no fue utilizado pues requiere de datos que no están disponibles para Costa Rica. Para la TSPT se decidió hacer un cálculo para la tasa de corto plazo y otro para la de largo plazo, principalmente basados en las recomendaciones de OXERA (2002), Weitzman (1998) y Gollier (2002). Este efecto se ve trasladado únicamente en la tasa de crecimiento real del consumo per cápita.
Así mismo, se utilizaron dos métodos para calcular la elasticidad de la utilidad marginal del consumo de la TSPT, uno primero utilizando el modelo del comportamiento del ahorro, y el segundo utilizando el método de los valores sociales revelados. En el primer caso la mejor estimación para la elasticidad fue de 3.52, y en el segundo fue de 1.26; este hecho tuvo un impacto directo sobre los valores obtenidos para las TSPT: 8.63% en el primer caso y 3.67% en el segundo, para la de corto plazo; y 7.7% y 3%, respectivamente, para la de largo plazo.
Lo anterior nos permite ver que la elasticidad juega un papel sumamente importante en la determinación de la TSD. Los problemas surgen cuando los métodos dan valores muy distintos para una misma variable (la elasticidad), pues esto afecta directamente la TSD.
Pero si se debe recomendar elegir alguna elasticidad, se optaría por la calculada por los valores sociales revelados y sus respectivas TSPT de 3.7% y 3% de corto y largo plazo, respectivamente. Estos valores no son muy distintos de los obtenidos por López (2008).
El hecho de que la TSPT sea de 3.7% quiere decir que proyectos de corto plazo deben tener una rentabilidad social de al menos 3.7% para que sean socialmente deseables y que la sociedad esté de acuerdo en sacrificar consumo hoy para desplazarlo al futuro. La TSPT de 3% quiere decir lo mismo, pero para proyectos de largo plazo.
Para el cálculo del CSO fue necesario construir una serie de tiempo similar a la “Rendimiento de los bonos corporativos AAA según Moody” disponible en EE.UU. Para ello, se siguió la metodología utilizada por Moody para construir la serie anterior y se utilizaron datos provistos amablemente por PIPCA para reproducirla en Costa Rica. El resultado fue un CSO de 7.2%.
Esto quiere decir que las inversiones públicas deben tener una rentabilidad de al menos 7.2% anual sobre la inversión para que sea socialmente deseable desviar recursos para llevar a cabo el proyecto, antes que llevar a cabo otro proyecto privado.
Finalmente, la TSD se acota entre 3.7% y 7.2%. Esto nos dice que los proyectos de inversión pública deben presentar un rendimiento social de al menos entre 3.7% y 7.2%. Como regla de decisión se podría decir que proyectos cuyo rendimiento social sea menor a 3.7% no son deseables socialmente; aquellos con rendimientos sociales de entre 3.7% y 7.2% son socialmente deseables; y aquellos con un rendimiento mayor a 7.2% son fuertemente deseables.
La TSD (TSPT y CSO) que se obtuvo es muy similar a la de países desarrollados, entonces surge la pregunta ¿será que nos estamos volviendo más como un país desarrollado? Podría ser que esta menor TSD muy parecida a la obtenida para países europeos sea el reflejo de que las variables componentes estén tomando valores muy similares al de países desarrollados.
La recomendación del BID de utilizar 12% para Costa Rica es solo adecuada utilizando el método del comportamiento del ahorro para calcular la elasticidad; y no está sustentada y se por este estudio si se emplean los valores sociales revelados.
Además, la TSD está muy por debajo de la utilizada por MIDEPLAN y recomendada por BID y BM. Véase Zhuang, Liang, Lin, & de Guzman (2007). Lo cual debería tener un gran impacto sobre la estructura de capital de la economía… siempre y cuando la tasa del 12% esté siendo utilizada para descontar.
Algunas recomendaciones serían hacer actualizaciones periódicas de la TSD (para conocer si los cambios económicos que se han dado han generado cambios en la misma). Conocer si la tasa del 12% está siendo utilizada. Crear estimación de la variable L, riesgo percibido de que la sociedad costarricense muera, para Costa Rica. Experimentar realizando un cálculo de elasticidad utilizando la EHPM (preferiblemente 2004) por medio de un modelo de demanda del consumidor por un bien independiente de las preferencias.
Por último, es deseable recomendar al Ministerio de Hacienda que debe llevar estadísticas de cuánto es el salario de hecho, y no perderlas.

domingo, 29 de marzo de 2009

Política, Internet y regulaciones

Esteban Porras Zúñiga/estebanpz@gmail.com
Asesor Publicitario/ Escritor Asociado EyP

Barack Obama reconoció la existencia de un nuevo votante, el ciudadano 2.0 donde los usuarios de Internet dejan de ser simples usuarios y aportan contenido en la red, convirtiéndolos en participes activos de la campaña. Obama hizo más que estar en la web 2.0 se hizo 2.0, modificando la forma tradicional de hacer política.
Nuestro país no escapa a este fenómeno y los precandidatos están presentes en las principales redes sociales de la Internet: Hi5, Facebook, Twitter, MySpace y Linkedin, así como el canal de videos Youtube son el centro de la nueva contienda electoral.
Redes crecientes. Según un estudio realizado por un diario de circulación nacional, la precandidata del Partido Liberación Nacional Laura Chinchilla, es quien comanda el uso de las redes sociales, seguida por Johnny Araya y Otto Guevera, colocando a Rafael Angel Calderon del Partido Unidad Social Cristiana en el último lugar en la implementación de estas herramientas.
Facebook una de las redes más crecientes, cuenta con unos 100.000 costarricenses registrados, en esta red el 70% de la población es menor de 30 años y el 54% se declara mujer, según datos ofrecidos por una aplicación publicitaria de esta misma empresa.
Hi5 por su parte es la tercera página dentro de los 100 “top sites” de Costa Rica, el estudio es publicado por la empresa www.alexa.com y entre las particularidades de esta esta red encontramos un promedio de edad menor a los 23 años y nos hace ver la importancia de estos sitios para convencer el voto joven y al votante que ejerce su derecho por primera vez.
Nuevas regulaciones. La Administración Clinton en Estados Unidos, intentó dos veces establecer la censura de Internet por vía legislativa, perdiendo la batalla, en ambas ocasiones tanto ante la opinión pública como ante los tribunales.
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), ante esta nueva forma de hacer campañas políticas ha tenido que reaccionar y manifestar sus posiciones.
Primero regularon los medios tradicionales: radio, prensa y televisión, y ahora se pretende regular de la misma forma un espacio público como lo es Internet rozando de forma delicada la libertad de expresión. Dichas regulaciones se han realizado con un Código Electoral no ajustado a las condiciones actuales y que tampoco se contempla en la reforma que se tramita.
Las críticas de uno y otro precandidato no han tardado en florecer, no es para menos, ya que es difícil determinar quien envía o no un correo electrónico, tal como lo manifiesta Chinchilla “es difícil determinar con certeza si un correo viene de un determinado grupo o no”.
En México, en las elecciones anteriores, el Instituto Federal Electoral (IFE) solo reguló los gastos en que se incurrían en el uso de los medios virtuales, le ley prohibía actuar frente a casos de propaganda “negra” o calumniosa a menos de que un partido político presentara una queja directa ante el organismo y no se reguló el envió de correos.
Regular la Internet de la misma forma con que se regulan los medios unidireccionales como la televisión o la radio es pretencioso, esa ignorancia puede sentar un peligroso precedente que reste libertad al único medio democrático de la actualidad: el Internet.

sábado, 14 de marzo de 2009

Dime por quién votas, y te diré qué eres.

Claudio A. Mora García

Estudiante de Economía, UCR.

chapunosky@gmail.com

El 9 de marzo del 2009 el periódico Al Día publica los resultados de una encuesta que arroja interesantes resultados sobre las decisiones que deberían tomar los simpatizantes del PLN y PAC. A continuación me explico:

Encuesta. Suponemos que el margen de error es nulo y que los resultados son realmente representativos y reflejan correctamente lo que sucedería “si tuviera que elegir entre estas opciones para Presidente de Costa Rica”.

¿Si tuviera que elegir entre estas opciones para Presidente de Costa Rica, a cuál escogería?

Opción A: Epsy 25,7%; Laura 58,9%

Opción B: Ottón 22,9%; Laura 60,8%

Opción C: Epsy 28,6%; Johnny 58,20%

Opción D: Ottón 22,10%; Johnny 61,9%.

El cuadro anterior nos ilustra una serie de probabilidades por precandidatos dentro de cada una de las cuatro opciones. Además, sin importar cuál sea el candidato del PAC y sin importar cuál sea el del PLN, Liberación siempre tiene las de ganar.

Antes de analizar los resultados, debemos hacer el obvio supuesto de que los electores se comportarán estratégicamente con el fin de cumplir su objetivo: llevar a la presidencia su candidata o candidato.

No debería extrañarnos si Ottón termina teniendo más gente del PLN a su lado en la convención, que gente del PAC. Porque si los simpatizantes del PLN tuvieran alguna influencia sobre el resultado de la convención del PAC, todos ellos deberían estarle apostando a una campaña a favor de él.

PAC. Claramente está en el interés de los simpatizantes del PAC salir a votar por alguno de los precandidatos del PLN en su Asamblea Abierta, porque el resultado les podría afectar positiva o negativamente. Esta es la segunda enseñanza del cuadro: la probabilidad de que el precandidato(a) del PAC gane la presidencia cambia respecto a cuál sea el candidato de liberación.

La tercera enseñanza es que está en el interés del PAC que sea Epsy su candidata. Esto, claro, si quieren aumentar sus probabilidades de ganarse la presidencia: sin importar cuál sea el candidato del PLN, Epsy siempre tiene más probabilidades de ganar que Ottón.

PLN. Como la convención del PAC precede la del PLN, entonces los liberacionistas van a tener más grados de libertad para escoger el candidato más adecuado, dada la decisión del PAC. Y la estrategia que asuman los liberacionistas dependerá del candidato del PAC electo. Entonces veamos qué harían los simpatizantes de Johnny y Laura en cada uno de los escenarios en que fuera (i) Epsy o (ii) Ottón el candidato del PAC.

Supongamos que tenga más gente Epsy. Entonces los liberacionistas deberían salir a votar por Laura, y los del PAC por Johnny (puesto que los cuadros nos dicen que Epsy tiene una mayor probabilidad de ser presidenta si el contrincante es Johnny).

Supongamos que tenga más gente Ottón. Así, los liberacionistas deberían salir a votar por Johnny (contrariamente los del PAC saldrían a votar por Laura).

Entonces existe una discrepancia entre cuál “perico” van a elegir los votantes del PAC. Esta es otra de las lecciones: en gran parte, el resultado en la convención abierta del PLN dependerá de la “gente que tenga” Ottón versus la que tenga Epsy.

sábado, 7 de marzo de 2009

Otro huevo, otra gallina.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR
chapunosky@gmail.com

El 20 de diciembre del 2008 había publicado en esta sección un artículo intitulado “¿El huevo o la gallina?” donde proponía una solución, un tanto innovadora, para uno de los dilemas (hoy me voy enterando) más antiguos, donde el mismo Aristóteles tuvo algo que aportar.

Aristóteles buscó una solución distinta a la mía, afirmando que ambos (el huevo y la gallina) siempre han tenido que existir. En cambio, mi planteamiento no buscaba responder qué fue lo primero; sino que me enfocaba en la forma de acabar con el círculo vicioso, para ello basta darnos cuenta que la mera existencia de uno (cualquiera de ellos) necesariamente implicaba la existencia del otro. En términos matemáticos: gallina si y solo si huevo (o, equivalentemente: huevo si y solo si gallina).

Esta proposición se había demostrado en el artículo del 20 de diciembre (los invito a revisarlo en www.nacion.com o en el blog http://poliecono.blogspot.com). Hoy me enfocaré en otro problema, subrayado por una noticia de The Economist (disponible en http://www.economist.com/finance/displayStory.cfm?story_id=13251429).

Aunque mi fuente no ha sido ese artículo en particular, ofrece una buen resumen a un problema ya señalado anteriormente por Martin Wolf en su libro “Fixing Global Finance”, y por uno de mis profesor de macroeconomía y sus sugerencias de… digamos, “política monetaria mejorada”.

Básicamente, veo el problema como un círculo vicioso, donde no se sabe con exactitud qué fue lo primero.

Fuente: http://www.bea.gov/international/index.htm

Existen dos teorías que intentan explicar los inicios de la crisis hipotecaria (sí, ya existen no una, sino dos, teorías): la primera supone que los estadounidenses simplemente decidieron gastar mucho, lo que generó un gran desequilibrio internacional: déficit en su cuenta comercial que debió ser cubierto mediante ingreso de capitales (principalmente provenientes de China y los países exportadores de petróleo)--VER GRÁFICO. Esto fomentó que la tasa de interés de política monetaria de la FED bajara, fomentando, supuestamente, tomar riesgos excesivos y crear instrumentos de inversión que no hubieran sido desarrollados en otras condiciones.

La segunda, y recientemente elegida por el Fondo Monetario Internacional (FMI), argumenta que la baja y discriminante regulación financiera generó instrumentos de inversión como los desarrollados. Esto, a su vez, creó los desequilibrios… que no hubieran sido causados a menos que se desarrollaran instrumentos de inversión como los desarrollados.

Entonces: ¿desbalances que llevan a instrumentos de inversión riesgosos, o instrumentos de inversión riesgosos que llevan a desbalances?

Excelente pregunta, mi querido Watson.

Pues, aplicando la teoría del huevo y la gallina: no importa cuál haya iniciado. Lo importante es que sin alguno de los dos, el otro no se hubiera desarrollado. Esta es una excelente recomendación de política.

Probablemente en el futuro veamos o mayores restricciones al flujo de capital o, como se propone actualmente (v.g. en los acuerdos tomados por la G-20 y las recomendaciones del FMI), restricciones a la “ingeniería financiera” por medio de una mayor y mejor regulación.

Inclusive, podría aventurarme a recomendar que basta con enfocarnos en aplicar una de ambas para asegurarnos que la otra no vaya a ocurrir.