miércoles, 26 de diciembre de 2007

Sobre la ayuda social y sobre la ayuda economica

Orgullosamente el pasado 24 de diciembre día de navidad y de reflexión, los señores Claudio Mora Garcia y Esteban D. Siles se apoderaron de la sección de opinión del periódico La Nación. Los artículos de nuestros asociados tocaron el tema social desde distintos vértices, por un lado el señor Mora escribió de disminución del gasto de las familias mediante las bondades que vendrían de un hipotético cambio en el modelo de mercado, enfocándose desde una corriente Chicaguense; por su parte el señor Siles escribió sobre la acción directa que el Estado costarricense se ha tardado en darle a uno de los obstáculos mas importantes que tiene este país para alcanzar altos niveles de desarrollo: los cinturones de miseria, e hizo una mención a la ONG "Un techo para mi país" que contribuye a aliviar este mal, a su vez se dejo la espinita del manejo que se le da actualmente a los "bonos de la vivienda" que otorga el poder ejecutivo no siempre a los mas necesitados. Sin mas preámbulo:

Un nuevo mercado: de los consumidores

Claudio Mora Garcia
Estudiante de Economía, UCR

De igual forma que Martin Luther King tenía un sueño, yo también tengo uno: un nuevo modelo de comercio internacional. ¡Debemos escoger: beneficiar a los consumidores (un comercio más libre) o beneficiar a los productores (un comercio más restringido)!

La historia ha demostrado que las medidas aplicadas hasta ahora han estado enfocadas en darles mayores beneficios a los productores antes que a las personas. Si las medidas no estuvieran enfocadas a protegerlos, entonces no habría razón para otorgar subsidios a productores nacionales (como es el caso de EE. UU. y la UE), o mantener cuotas de importación (como ocurrirá en muchos productos agrícolas con el TLC), o imponer altos aranceles a las importaciones (como sucede en Costa Rica con los productos avícolas, algunos granos, los autos, etc.).

Enfoque. El nuevo modelo que propongo se enfoca en dar mayores beneficios a los individuos, para lo cual se deben tomar las siguientes medidas:

k1. Disminuir los aranceles a tasas próximas al nivel de libre mercado: darles libre entrada a las importaciones. Así, todos nosotros podremos escoger libremente cuál bien realmente es el que preferimos, y nuestra decisión no necesariamente estará forzada creando un sesgo de selección. La mayor disponibilidad de bienes a precios menores se convertiría en una mayor satisfacción de necesidades.

k2. Eliminar todo tipo de impuesto a la producción interna, incluso los subsidios y las cuotas a las importaciones, ya que distorsionan el sistema de información de precios del mercado y no le causan ningún bien al consumo. La única consecuencia de eliminar estas trabas sería un aumento en el bienestar. Además, la eliminación de impuestos, subsidios y cuotas le permitirá al individuo, primero, adquirir bienes y servicios a un precio real y no a uno que le mienta, y, segundo, que su decisión no esté sesgada por alguna institución en favor o en contra de algún bien en especial.

k3. Fomentar una mayor competencia en el mercado: evadir todo tipo de asociación o gremio de productores que intenten organizarse. Esto elimina el poder del mercado concentrado en unas pocas manos: se estimula la competencia y los precios disminuyen. Además, nos evitamos la posibilidad de que empresas sumamente grandes, como la Florida Co., sean fijadoras de precios y puedan generar beneficios sumamente altos en detrimento de todos los que consumimos cerveza… perdón, agua Cristal y Tropical.

k4. ¡E imponer restricciones a las exportaciones! El aumento en las importaciones y el aumento en la oferta interna generaría precisamente reducciones en los precios: el costo de comprar bienes también se reduce. ¡Y todo resulta más barato!

Limitaciones. Por supuesto que esta utopía de tener tal cosa como un nuevo mercado, enfocado en los consumidores antes que en los productores, será muy difícil de implementar por diversas razones. Una de ellas es precisamente la limitada fuerza de negociación que poseemos el grupo de los consumidores vs el diminuto grupo de productores que lucha enérgicamente por defender sus intereses.

Pero, aun así, ¿a quién no le gustaría poder comprar alimentos a precios menores que los actuales! Es muy obvio: los productores dificultan la única cosa que tanto nos beneficia a nosotros y que tanto les perjudica a ellos: la competencia.

Debemos tener cuidado, no recomiendo implementar las ideas anteriores, ya que no son del todo buenas para una economía. Claramente esto es un sueño. No quiero sonar extremista, pero, si no comparamos el negro con el blanco, nunca hubiéramos descubierto el gris. Yo lo que he querido hacer aquí es incorporar los colores a la discusión.

Un techo para mi país


Esteban D. Siles
Estudiante de Ciencias Políticas, UCR

Cada 4 años se celebra el Día del Pobre, el nuevo mandatario les promete un mejor futuro con empleo, educación, salud y vivienda digna; sin embargo, el 9 de mayo, todos los infortunados vuelven a ser un número bajo una línea de pobreza. La época navideña sirve para que los pobres tengan su sueño y la televisión transmita el sufrimiento ajeno. Ahí ellos son las estrellas, pero la mayoría de los que no viven esta experiencia en carne propia se mantienen expectantes e indiferentes.

Hace poco 200 jóvenes, voluntariamente, tuvimos oportunidad de hacer lo que los bonos de la vivienda no han conseguido: construir una vivienda digna para muchas familias que habitan entre la tierra y las latas oxidadas que les sirven como “casa”. El proyecto de Un Techo Para Mi País (UTPMP) impulsado desde Chile es altruismo legítimo; solo se construye una casa pero, a la vez, nosotros los jóvenes deseosos de preparar un mundo menos desigual, vemos el problema de frente y con sus dimensiones reales. Por un lado estamos dando una mano al Gobierno, que se entorpeció en la labor humanitaria directa sobre las familias en pobreza extrema; por otro, estamos haciendo posible una realización personal que tenemos todos los jóvenes en cuanto a mejorar la calidad de vida de la mayor cantidad de gente posible.Construir 5 casas en un precario donde viven hacinadas 100 familias es solo un cambio minúsculo para un gran problema, pero para una de esas familias si es un empujón enorme: ¡Una preocupación menos!

Paradojas. Las cifras oficiales dicen que hay entre 15% y 20 % de la población bajo la línea de pobreza ( Estado de la nación , 2007). Solo bastan 5 familias para razonar sobre lo que sufren los otros 68.000 hogares en dicha condición y ver que la gente no es pobre por que quiere o por vagancia, sino porque el día a día limita en muchos aspectos a todas estas personas. Otro dato que resulta paradójico es que Curridabat –donde construimos esas 5 de las 24 casas– es el tercer cantón en desarrollo humano y líder en urbanismo, inversión y profesionales graduados (IDH, 2005); sin embargo, la realidad que vimos es otra: Miravalles, Valle del Sol y otras comunidades de Tirrases viven sumidas en la pobreza y al amparo de las organizaciones de bien social, sin que los más pequeños puedan aspirar a salud, educación y el sueño de un mejor mañana. Fue suficiente preguntar a un niño: ¿Qué quiere ser cuando sea grande? y no recibir respuesta, para entender la visión de mundo que están heredando las nuevas generaciones en zonas como estas.

Los bonos de la vivienda muchas veces se han convertido en una de las tantas piezas de clientelismo electoral del engranaje político nacional; es vergonzoso tener que reconocerlo ante extranjeros.No es posible acabar con el problema de un día para otro mediante un decreto o ley, pero tampoco es justificable que los recursos destinados a erradicar tugurios y mejorar la calidad de vida de los más desfavorecidos terminen gastados en trámites burocráticos o, en el peor de los casos, en las bolsas de un inescrupuloso. Tal vez apoyando iniciativas como las de UTPMP, que son de acción directa y voluntaria, se esté dando un paso grande en el combate a la pobreza que este país tiene pendiente. Que los recursos vayan a personas con la voluntad de ayudar de corazón porque, si por la víspera se saca el día, con la voluntad política nos quedaremos esperándola muchas décadas más.



EyP

martes, 18 de diciembre de 2007

25 de diciembre.


Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR.
Asociado de EyP.

En economía es muy difícil incorporar cuestiones que reportan un nivel de felicidad tan grande como lo hace la navidad. Porque es un bien no material que, por su mejor definición literaria, nos complace disfrutar a todos, pero aún así no tiene precio y no puede ser adquirida por “pequeños paquetitos” en un mercado. Es una época que solo es disfrutada una vez al año.

La Navidad, que proviene de la palabra “natividad”, no debemos reducirle su significado a la definición católica de celebración del nacimiento de Jesús. Navidad es mucho más que eso. Navidad involucra una época de amor y perdón, un tiempo de paz, por el que inclusive conflictos mundiales han cesado temporalmente para darle paso a su celebración. Navidad suele recordarnos la época en que el 11º mandamiento fue creado: “que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros”, la enseñanza más importante de Jesús.

Sin importan cuál sea la definición de navidad, o si le llamamos de otro nombre, si la celebramos o no, disfrutémosla con nuestros seres más queridos y regocijémonos del momento. No pensemos en lo que ya ocurrió, sino en lo que está sucediendo y en lo que puede llegar a cumplirse. Dejemos de lado nuestros caprichos y más tercos rencores con otras personas durante este día, para poder vivir en paz y alegría. Intentemos que la nueva relación a empezar el 25 perdure y sea la mejor para los años por venir.

Preocupémonos de las personas que más amamos así como de las personas más necesitadas. Y en especial, acordémonos de aquellas otras que tanto daño les hemos o nos han causado, y en pocas palabras busquemos el valor para empezar una nueva relación. El trazado de nuestras vidas en el mayor bienestar ocupa de paz y ningún reuma.

Dejemos que esta sea una época, y no un día, lleno de esperanza y buena voluntad. No nos limitemos a un 25 de diciembre. Démosle libre vuelo a nuestro corazón, pero nunca dejemos de lado la razón para encontrar la mejor solución.

Disfrutemos del ambiente tan cálido que rodea estas fechas en un clima de frialdad característico de la época. Donde solo se respira aire de felicidad y se mira esperanza para un mejor mañana. Y que al final, como dice la canción, ésta sea una “noche de paz, noche de amor”.Construyamos juntos un mejor futuro para todos los costarricenses. Eliminemos todo clamor de la sociedad y fundemos una Costa Rica llena de bienestar.

Aún cuando celebremos la navidad solo una vez al año, ¡esto no es ninguna regla! Podríamos alargar su periodo de festividad a uno permanente. Que poco tardaríamos en darnos cuenta de los beneficios de poder disfrutar en el presente los mejores momentos en remembranza del pasado.

¡Cada vez que vamos por julio espero que ya sea diciembre para poder comer tamales! A usted le podría ocurrir lo mismo, entonces, ¿para qué esperar?

Por ello es que los invito a contagiarse del espíritu navideño no para este 25, sino para el resto del año. Vivamos una época de paz y amor. Feliz navidad.




EyP

jueves, 13 de diciembre de 2007

Pobreza, regalos y navidad. ¿Y la educación?


Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR.

Hace poco un amigo me preguntó por qué no escribía algo sobre navidad. Ahora lo estoy haciendo.

Navidad parece ser una época en el que el corazón se antepone a la razón, y la necesidad por resultados a corto plazo se antepone a la constancia de felicidad por medidas de largo plazo. Pero, ¡por supuesto! Si es que la navidad solo dura un día, y el espíritu navideño solo lo podemos disfrutar a partir de diciembre, porque todos estamos muy ocupados desde antes. ¡Por ello es que queremos ver los resultados cuanto antes!

Navidad siempre es una época en el que los noticieros (como el que he visto hoy y ha sido, junto a una actividad de la ADECO, mi motivación para escribir esto) le ponen pico y cola a las carencias de los más necesitados, y así aumentar su audiencia: anunciando una familia pobre y promoviendo que se les den donativos como obsequios materiales, ¡que para nada constante nada sirven!

El darles regalos a las personas de escasos recursos es, obviamente, algo positivo. Pero ésta no es la mejor medida que podemos adoptar frente a la pobreza. El darles regalos materiales (como una muñeca, o una bola de “fut”, los usuales donativos) nunca les eliminará su peor padecimiento: ser pobres. Los obsequios de este tipo solo sirven para ser consumidos en el instante que se les dan, y la felicidad provocada no dura más que un día, el 25 de diciembre. Justo lo que todos nosotros ocupamos, pero sin pensar en los demás.

Se ha demostrado que las dádivas, en general, no son sinónimo de un mejoramiento constante en el bienestar. Sino que se deben adoptar medidas cuyos sus efectos sean más constantes en el tiempo. Aún así, la navidad parece ir en contra de todo lo propuesto como “positivo” hasta el momento, y parece desviarse hacia las prácticas improductivas. La navidad, una vez más, ha probado ser la evidencia empírica de que las decisiones sociales siempre nos desviarán del óptimo social, y nunca obtener los mejores resultados.

El mejor regalo de navidad para un pobre no es una muñeca, o una bola de fútbol. ¡No, esto no es! El mejor regalo para un pobre es ¡dejar de ser pobre! ¿No es muy obvio?, ¿por qué no nos damos cuenta? Pero aún así insistimos en obsequiar los objetos equivocados que nunca les sacarán de la pobreza y quitamos nuestras miradas del correcto: ¡la educación!

Educación.

Ese es, precisamente, el mejor regalo que todos estos niños, niñas, familias, padres y madres pueden recibir. El problema es que ¿quién tiene tiempo para eso, si los resultados los ocupamos a más tardar el 25? A nadie se le va a ocurrir regalar más de un día propio para obsequiar felicidad y ayudarles en el estudio, nadie va a sacar un tiempito para los pobres. ¡Qué problema con el montón de hipócritas que regalan objetos y luego se sienten muy bien consigo mismos, sin haber pensado en educación!

Costarricenses, ahórrense su dinero, e inviértanlo en educar a sus niños. Antes de comprarle una muñeca a la chiquita, regálenle un juego de lápices y un cuaderno para cuando entre a clases. Regálenle una beca para que termine el próximo grado, tal vez hasta ofrézcanle ayuda en el estudio. Exijámosle al gobierno no cosas materiales para los pobres, sino una única cosa: más educación para los pobres.

Ese es el mejor regalo para todos.

Feliz navidad.




EyP

jueves, 6 de diciembre de 2007

Etanol como medio energético

David Chacon.
Estudiante de Física Pura, UCR.
Publicado en La Nación.

El etanol no es intrínsecamente un mal negocio. Aunque ha estado en el tapete desde que Henry Ford lo consideró como un combustible potencial para su modelo Ford T, la única nación que ha explotado su potencial práctico es Brasil. Un amplio sector del transporte de ese país utiliza etanol refinado de la caña de azúcar, que llena los tanques de vehículos adaptados al uso de ese biocombustible, fabricados en el propio país.

La clave para reducir los impactos económicos y ambientales del etanol consiste en usar desechos alimenticios y cultivos explícitamente dedicados a la producción de combustibles en tierras desgastadas o no apropiadas para otras formas de agricultura.

A mi criterio, el uso del etanol en Costa Rica tiene muy buena proyección, debido a que somos un país de agricultura muy desarrollada, gran generadora de ingresos. Ahora bien, si somos esto, quiere decir que hay un motor excipiente de desechos, que en este ámbito no son desechos, ya que tenemos piña, arroz, gallinaza, desechos vacunos, etc., y, entre muchos otros, uno que genera muy buenas utilidades en este marco: el bagazo de azúcar, debido a su estructura molecular, alta en celulosa, cuya composición es altamente rescatable y fácilmente procesable, en contraste con otras fuentes de etanol.

Petróleo insostenible. El precio de los hidrocarburos ha hecho impacto en la generación de energía eléctrica, un gran retroceso en el plan ecológico y económico del país.

No obstante, el ICE se cierra en una pugna por estos recursos energéticos, solo por el simple motivo de que uno de los 19 ingenios en Costa Rica pertenece al presidente Arias (cabe destacar que el ingenio Arias no representa la mayor generación de insumos por este producto, y los otros productores juntos superan por amplio margen su producción). Ahora bien, por no utilizar estos desechos, no solo limitan el uso del bagazo de caña, sino también el resto de los mencionados y las decenas de productos cuyo empleo en este medio es ampliamente útil.

Esto nos lleva a una encrucijada: el ICE debe decidir si reutiliza el material existente o si sigue gastando recursos en los caprichos del constante aumento petrolero, cosa que “tiene ya proyectado en este momento”.

En síntesis, ¿está el ICE planteando un sistema solidario abierto a ideas por el bienestar del país, o está metido en una batalla ideológica sin fin?



EyP

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Critica sobre la crítica*

N

o se puede leer de forma crítica una obra si antes no se ha hecho una lectura completa en la que el hilo conductor someta el criterio del lector a una serie de variables, o parámetros, que logren articular una respuesta coherente ante los argumentos dados. Esta premisa me ha obligado a acudir a las páginas completas del libro “Cambio Social y políticas progresistas en la globalización” en el que el Profesor Sergio Moya Mena expone, según Evo Morales, como “los movimientos sociales basados en principios de reciprocidad y complementariedad, han iniciado procesos históricos irreversibles en la búsqueda de un mundo mejor". Existen ciertos supuestos que constituyen la base del discurso del mariateguista, y que ameritan una humilde revisión.

Desde la supuesta decadencia y agotamiento del modelo de la globalización neoliberal y su “fracaso” rotundo, hasta la posibilidad de otra América están en tela de juicio, sin embargo este ensayo pretende propiciar la discusión respecto al primer punto, dejando de lado la discusión sobre la viabilidad de un altermundo. En su opinión, la globalización neoliberal y el bienestar humano son, en el fondo, enemigos. Muy en el fondo debe de ser, porque todas las mejoras e incrementos en nuestro nivel de vida han sido provocados por el capitalismo y el empuje empresarial. De hecho, la característica de la corriente neoliberal que le ha permitido trascender en el tiempo y adaptarse a los cambios, mas allá de obedecer a las confabulaciones del “imperio” obedecen a la flexibilidad de la doctrina y al carácter social de sus postulados, por social se entiende que desde Hobbes los pensadores liberales han partido del supuesto de que el hombre en un animal con cerebro y sus acciones obedecen a los incentivos que reciba: no es cierto el mito del buen salvaje que es enajenado por las practicas sociales.

Toda ideología se puede dividir en dos partes bien diferenciadas. La primera seria la de las ideas esenciales, que no cambian ni se alteran con el tiempo, en esta caben las ideas del libre comercio y los postulados sobre la libertad del individuo. La segunda serían las ideas accesorias, que emanan de las primeras y que resultan del intento de aplicación de aquellas a la realidad momentánea, estas son las que han permitido que el capitalismo se llame hoy globalización. Éstas últimas pueden y deben cambiar, incluso legar a desaparecer. Son “las guardianas del modelo”[1].

En el primer capitulo de su libro, el profesor Moya describe las dimensiones concretas y objetivas que tiene globalización, según su tesis “es una ruptura con el capitalismo de reformas asociado al keynesianismo que ahora da paso a la acumulación capitalista como fin en sí mismo, dominando el conjunto de los procesos de la vida social”[2] Sin embargo, el enfoque capitalista actual pone en primer termino el beneficio del consumidor y no a la acumulación. La acumulación es en si una facultad que se puede alcanzar por medio de la producción, pero no es el fin, el fin consiste en dar el mejor producto o el mejor servicio a mayor cantidad de clientes por una razón muy simple: entre tanta competencia, si no le gusta mi producto, va y lo compra en otro lado. Si aceptáramos el presupuesto de la acumulación tendríamos que declarar que el negocio del empresario no está ya en “explotar” al mayor número de personas (como lo citaba la tesis marxista), sino en despedirlas a todas. Ya pueden tomar nota los empresarios: si quieren aumentar sus beneficios despidan a todos los trabajadores. Es entendible que no todos los mercados funcionan de manera ortodoxa, existen fallas que distorsionan la distribución tanto de la oferta como de la demanda y el nivel de precios (entre otros factores), no obstante, soy optimista respecto a la necesidad de ampliar la esfera de aplicación de la economía de mercado abierto pues esta es la única forma de garantizar que la teoría sea llevada a la practica.

Por otra parte, se hace presente en las líneas del profesor Moya la noción de una ciudadanía degradada[3] según este los seres humanos ahora estamos regidos por el concepto meramente materialista de la sociedad, el profesor Moya hace entender que estamos en presencia de un necesitarismo social en que la causalidad es económica. El dinero lleva a mejorar el bienestar y el bienestar lleva a la felicidad; este argumento me deja ciertas inquietudes. Las prácticas mercantilistas se constituyen en amenazas a la democracia, la igualdad, la justicia social, el equilibrio ambiental, etc. y resultan nocivas para los intereses de los ciudadanos, de la gente común, para los excluidos del poder económico, político o mediático. Si bien es cierto que las fuerzas mercantilistas y la maquinaria propagandista han fabricado un modo de vida Light, existen tendencias alrededor del globo que se constituyen en agentes de autogestión como es el caso de las cooperativas en Centroamérica y Europa que representan un espacio de alcance a esas necesidades materiales, al igual que las herramientas de comunicación colectiva como el Internet el cual está en una etapa adolescente y que aun así permite grandes beneficios, si observamos su alcance en estos 15 años podríamos vislumbrar un avance significativo en el manejo de la información y la inclusión social equitativa. Según James Tobin el avance tecnológico es el que provocara una democratización de los mercados financieros: hoy en día, cuando en cualquier momento cualquiera puede comerciar en el mercado de valores con su computador[4]. Aquí podrían surgir dos objeciones: la primera radica en que una transacción bursátil no esta al alcance de un Mincho Mayorga -por poner un ejemplo-, la segunda objeción en que ¡no todo el mundo tiene acceso a computadoras ni al Internet!; estamos de acuerdo, pero Roma no se hizo en un día y hace 15 años no existían programas como One computer per child[5] que pretende disminuir la brecha tecnológica en el mundo “subdesarrollado”[6], dando computadores a las entidades gubernamentales encargadas de la educación.

A lo que quiero llegar es que en el mundo globalizado la bola pica para los dos lados y la cancha mide lo mismo, hay distorsiones que resultan evidentes, negarlas constituiría una ceguera dogmática de mi parte; sin embargo, es ahí donde el cambio se hace factible, no un cambio hacia el altermundo, sino que una serie de circunstancias son las que promoverán cierta reestructuración en el equilibrio del poder. Estamos de acuerdo con que los movimientos sociales harán parte importante de esa escritura, sin embargo su heterogeneidad será su talón de Aquiles y nace la necesidad de aglutinarlos, ahí es donde se esgrimen con toda propiedad los movimientos obreros brasileños. Un cambio no necesariamente consiste en cambiar unos países para luego cambiar el mundo, el cambio viene por la suma de imponderables trabajando por separado[7].

Actualmente quienes disiden del liberalismo le ponen prefijos y lo intentan reducir a lo meramente económico. Sin embargo, el pensamiento liberal es rico y amplio. Muchos de sus ideales han logrado imponerse como bases de la civilización occidental. Ese logro, sin embargo, permite que a menudo se den esas libertades y derechos por garantizados, proponiendo y practicando políticas e ideas que resultan incompatibles con ellos. No pretende ser una cosmovisión totalizadora, que explique todos y cada uno de los hechos que suceden en el mundo. Sin embargo, es cierto que entre ellos predomina una mezcla de tolerancia y de seguimiento personal de los valores que se han demostrado más útiles para las personas y las sociedades democráticas; los más tradicionales: la familia, el trabajo bien hecho, la lealtad, el compromiso, la fidelidad, etc.

Las concepciones relativas al conocimiento son restringidas. El conocimiento y la razón individual son insuficientes para tomar decisiones que afecten a toda la sociedad. En muchas ocasiones, somos incapaces incluso de resolver nuestros problemas personales, ¿cómo vamos a pensar que podemos arreglar la vida de los demás con la pobre herramienta de nuestro intelecto? nos enredemos: un liberal confía en la razón, pero es también consciente de cuales son sus límites. Por eso, resulta absurda la pretensión de cambiar al hombre para que funcionen sistemas científicos de ordenar la sociedad (Vg. El hombre nuevo). Como mucho, se pretende cambiar el Estado para que éste se amolde mejor a la naturaleza cambiante y compleja del hombre y sus sociedades, es ahí donde se hace palpable la influencia de las ideas accesorias explicadas párrafos arriba.

La complejidad de la sociedad humana siempre va en aumento, y resulta inabarcable para los intentos de dirigirla y planificarla con la limitada herramienta de la razón y el conocimiento humanos. De hecho, los intentos de hacerlo concentran tanto poder en tan pocos que desembocan periódicamente en crueles tiranías, al menos eso demuestra la historia y lo indica la intuición: el poder corrompe y es fácil olvidar a aquellos quienes apoyaron la entrada de algún personaje al poder. Por esas razones, no comparto la tesis de que “este modelo ya no da más”. Sin embargo, como lo dijo el profesor Moya, Los movimientos que se esbozan como agentes de cambio son procesos ideológicamente abiertos que más bien obedecen a un post neoliberalismo que “dista mucho de un orden socialista”[8].

“Los subsidios directos e indirectos que los países industrializados otorgan a sus productores son una verdadera amenaza para los países en desarrollo”[9]. Esto no es del todo cierto, si bien a primera instancia estos subsidios parecen una falta de respeto al libre comercio, dichas “gollerías” son necesarias para la producción en muchos países de América Latina: el caso del sorgo es un ejemplo, pues al bajar el costo de lo que acá es un insumo para la producción porcina, estamos logrando que la carne y sus derivados sean vendidos a un costo menor, lo que garantiza el acceso a las familias de ingresos limitados.

A modo de conclusión, las ideas sobre liberalismo, las cuales comparto en alguna medida no son del todo inhumanas ni tienen carácter social, los párrafos anteriores pretenden dar cuanta de ello, sin embargo ante las presiones de un mundo que es caldo de cultivo para la protesta social, es de reconocer la necesidad de replantear a nivel mundial, cual es nuestro objetivo como seres humanos, cito nuevamente a Tobin quien dijo que “los problemas de la globalización no se resuelven deteniéndola”[10], es decir, el cambio no nace por decreto de los marginados cuando toman el poder.

Fuentes consultadas y notas del autor.


* Este ensayo, con fines académicos pretende discutir algunas de las tantas aseveraciones hechas por el profesor Sergio Moya Mena en su libro “Cambio social y políticas progresistas en la globalización”. El profesor Moya es relacionista internacional, profesor de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de Costa Rica, miembro del movimiento ATTAC, del Foro Social Mundial, exmilitante del Partido Liberación Nacional, entre muchos otros logros.
[1]
Von Mises, L. La acción humana. Fondo de cultura Económica (1998). Pp 27-30
[2]
Moya, S. Cambio Social y políticas progresistas en la globalización. [pdf] Wiphala, San José, 2004.[Tomado el 28/11/2007] Disponible en: http://www.wiphala.org/capitulo_1.pdf, p. 2.
[3]
Idem; p.5
[4]
Entrevista a Tobin Premio Nobel de Economía James Tobin habla del sorprendente redescubrimiento de su impuesto sobre la especulación, de su conflictiva relación con los adversarios de la globalización y de los errores del Banco Central Europeo. James Tobin en Der Spiegel (36/2001, pag 122) 3 de setiembre de 2001. [Tomado el miércoles 28/11/2007] Disponible en: http://www.eumed.net/cursecon/textos/tobin-antiglob.htm
[5]
Véase una explicación general de Nicholas Negroponte, el autor del proyecto One Computer Per Child, disponible en broadcast [Tomado el 2 de diciembre del 2007] en la pagina: http://www.ted.com/index.php/talks/view/id/41?gclid=CKikuM3GjpACFUaPOAod_TfyuA
[6]
Las comillas obedecen a que el autor difiere de la noción de subdesarrollo. No utilizo esta noción porque carga cierta connotación occidental peyorativa, el mundo subdesarrollado claramente no existe porque no es un desarrollo material, sino un estado de conciencia mental, donde la sociedad se cohesiona de manera voluntaria al amparo de la ley y el estado de derecho con el fin de mantener la estabilidad.
[7]
Cualquier coincidencia con el Peronismo, es mera casualidad.
[8]
Moya, S. Op Cit, pp 59-60.
[9]
Idem, cap 1
[10]
James Tobin en Der Spiegel (36/2001, pag 122) 3 de setiembre de 2001. [Tomado el miércoles 28/11/2007] Disponible en: http://www.eumed.net/cursecon/textos/tobin-antiglob.htm*

domingo, 25 de noviembre de 2007

¿Cómo cree que evolucionará el tipo de cambio en estos días?

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Dejenos su respuesta en la sección de "comentarios" al final de este post.


EyP
Justo aquí: |
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viernes, 16 de noviembre de 2007

Un nuevo mercado: de los consumidores.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR
Escritor asociado de EyP.

De igual forma que Martin Luther King tenía un sueño, yo también tengo uno: un nuevo modelo de comercio internacional.

¡Debemos escoger!: beneficiar a los consumidores (un comercio más libre) o beneficiar a los productores (un comercio más restringido).

La historia ha demostrado que las medidas aplicadas hasta ahora han estado enfocadas a darles mayores beneficios a los productores antes que a las personas. Si las medidas no estuvieran enfocadas a protegerlos, entonces no habría razón para otorgar subsidios a productores nacionales (como es el caso de USA y la UE), o mantener cuotas de importación (como ocurrirá en muchos productos agrícolas con el TLC), o imponer altos aranceles a las importaciones (como sucede en Costa Rica con los productos avícolas, algunos granos, los automóviles, etc).

El nuevo modelo que propongo es uno enfocado a darles mayores beneficios a los individuos. Para lo cual se deben tomar las siguientes medidas:

1. Disminuir los aranceles a tasas próximas al nivel de libre mercado: darle libre entrada a las importaciones. Así, todos nosotros podremos escoger libremente cuál bien realmente es el que preferimos, y nuestra decisión no necesariamente estará forzada creando un sesgo de selección. La mayor disponibilidad de bienes, sumada a una reducción en los precios se convertiría en una mayor satisfacción de necesidades.

2. Eliminar todo tipo de impuesto a la producción interna, inclusive los subsidios y las cuotas a las importaciones. Ya que distorsionan el sistema de información de precios del mercado y no le causan ningún bien al consumo. La única consecuencia de eliminar estas trabas sería un aumento en el bienestar.

2.1. Además, la eliminación de impuestos, subsidios y cuotas le permitirán al individuo, primero adquirir bienes y servicios a un precio ‘real’ y no a uno que le mienta, y segundo que su decisión no esté sesgada por alguna institución en favor o en contra de algún bien en especial.

3. Fomentar una mayor competencia en el mercado: evadir todo tipo de asociación o gremio de productos que intenten organizarse.

3.1. Esto elimina el poder del mercado concentrado en unas pocas manos: se estimula la competencia y los precios disminuyen. Además nos evitamos la posibilidad de que empresas sumamente grandes, como la Florida Co., sean fijadoras de precios y puedan generar beneficios sumamente altos en detrimento de todos los que consumimos cerveza… perdón, agua Cristal y Tropical.

4. ¡E imponer restricciones a las exportaciones! El aumento en las importaciones y el aumento en la oferta interna generaría reducciones en los precios: el costo de comprar bienes también se reduce. ¡Y todo es más barato!

Por supuesto que esta utopía será muy difícil de implementar por diversas razones. Una de ellas es la limitada fuerza de negociación que poseemos el grupo de los consumidores versus el diminuto grupo de productores que lucha enérgicamente por defender sus intereses. Es muy difícil crear “el grupo de consumidores de arroz” con el fin de combatir al “grupo de productores de arroz”: ¿cuántos consumidores de arroz hay en Costa Rica, versus la cantidad de productores de arroz? Pero aún así, ¡¿a quién no le gustaría poder comprar arroz a precios menores que el actual?!

Por estas razones, será muy difícil tener tal cosa como un nuevo mercado, enfocado en los consumidores antes que en los productores. Porque dificultan la única cosa que tanto nos beneficia a todos nosotros: la competencia.

Yo mismo no recomiendo hacerlo ya que su implementación no es del todo buena para una economía. Claramente esto es un sueño. No quiero sonar extremista, pero si no comparamos el negro con el blanco nunca nos hubiéramos descubierto el gris. Yo lo que he querido hacer aquí es incorporar los colores a la discusión.



EyP

martes, 13 de noviembre de 2007

Sigo siendo el rey.


Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR.
Escritor asociado a EyP

Ya quisiera yo ser un rey para poderle gritar lo que cientos de personas han deseado decirle a gobernantes dictatoriales y comunistas frente a decenas de jefes de estados en una reunión vista por millones de personas, donde los ojos del mundo se encuentran situados.

"¿Por qué no te callas?"

Sin lugar a dudas esta es la frase que resume todos los acontecimientos que han sucedido en Venezuela todos estos años atrás. Una frase que retumba dentro de mi consciencia por no haber sido yo quien pudiera haber gozado del placer de habérsela dicho a una persona que no sabe callar en cuando el tiempo más lo amerita.

Y aún cuando otro tanto de personas no les haya gustado la frase... ¡qué importa! Porque sigo siendo el rey.


EyP

Penalización del ahorro

Editorial de La Nación.

Las personas, empresas y asociaciones que tienen su dinero en una cuenta corriente, certificados a plazo o depósitos de ahorro han sido golpeadas por las bajas tasas de interés y la inflación, señalamos categóricamente en nuestro reportaje del jueves anterior. Y eso es grave. Porque el ahorro cumple una función esencial en la conformación y crecimiento futuro de la producción nacional. Si se sigue penalizando, tenderá, además, a sustituirse por consumo y/o salidas de capital, con lo que minaría los esfuerzos por reducir la inflación y estabilizar el tipo de cambio.

El ahorro es la parte del ingreso de las personas y empresas que no se gasta en consumo y, por tanto, constituye la fuente principal de la inversión. Su volumen depende fundamentalmente de las tasas reales de interés, determinadas conjuntamente por la oferta y demanda de recursos. Pero las autoridades pueden incidir en las tasas nominales de interés, al menos temporalmente. Si son suficientemente elevadas, hay incentivos para que las personas y empresas quieran ahorrar; es decir, privarse de consumir para alimentar las fuentes de recursos de quienes desean invertir. Pero, si son muy bajas o, incluso, negativas en términos reales, como ahora, se pierde ese incentivo y tienden a incrementarse los niveles de gasto. Y esa es, precisamente, una fuente de inflación.

Hay un círculo vicioso entre el aumento de la liquidez, bajas tasas de interés, expansión del crédito, incremento de los gastos de consumo, inflación y penalización del ahorro. Pero el círculo se convierte en virtuoso cuando las tasas nominales de interés son suficientemente elevadas para estimular el ahorro. La demanda de crédito tiende a disminuir (por razones de oferta y demanda de recursos), bajan los gastos de consumo e inversión, se pueden controlar más fácilmente los incrementos en el índice de precios al consumidor (IPC) y se restituye la rentabilidad del ahorro. Ese círculo virtuoso, desafortunadamente, se ha perdido en Costa Rica en los últimos doce meses.

Según ilustramos en nuestra edición del pasado jueves, las tasas de interés en moneda nacional se han reducido a la mitad en el último año. Mientras que en octubre del año pasado los intereses que devengaban los títulos denominados y pagaderos en colones con vencimiento a seis meses plazo eran del 12%; hoy, son apenas de un 6,5% anual, mientras que la inflación interanual, medida por el índice de precios al consumidor de los últimos 12 meses, supera el 9 %. Hay, por lo tanto, una prima negativa que ronda los 3 puntos porcentuales. Y eso penaliza el ahorro. Pero también castiga el patrimonio de las personas. Si una persona invierte sus ahorros en un título que devenga una tasa de interés inferior a la inflación, un año después tendrá una pérdida patrimonial equivalente a la diferencia entre el incremento del IPC y la tasa de interés. Se habrá empobrecido. Y eso no es justo ni conveniente en una sociedad que lucha por incrementar su patrimonio.

Otros efectos. Los niveles de las tasas de interés también influyen en el comportamiento de otros actores, como los bancos y entidades financieras. Cuando hay mucha liquidez y abundan los recursos, como ahora, no tienen incentivos para incrementar el costo de sus captaciones ni pagar mejores tasas de interés a sus depositantes. Y, si los intereses que pagan el Gobierno y Banco Central por sus captaciones también se reducen, tampoco tienen incentivos para invertir en títulos públicos, con lo que comprometen la estabilidad monetaria. Los bancos comerciales prefieren, obviamente, canalizar sus recursos a préstamos de consumo o inversión privados, pues los niveles de las tasas activas, aunque relativamente bajas por el menor costo de los recursos, superan las de las inversiones en títulos gubernamentales. El crédito al sector privado ha crecido un 34% en el último año, porcentaje realmente preocupante por el impacto en el gasto y la inflación.

Las bajas tasas activas de los bancos comerciales también pueden producir otros efectos contraproducentes en la estabilidad y solidez del sistema financiero. Aunque es difícil inculparlos directamente por la expansión crediticia –que es originada principalmente por el aumento de la liquidez sí tienen la responsabilidad de velar por que la expansión no sea resultado de políticas de crédito demasiado ambiciosas ni complacientes con deudores más riesgosos o menos productivos, pues podrían poner en juego la recuperación eventual de sus activos y la estabilidad bancaria. En cambio, cuando las tasas pasivas y, por consiguiente, las activas se ajustan hacia arriba, y los bancos se vuelven más rigurosos en sus políticas crediticias, no se financian proyectos que no serían rentables a tasas normales de interés. Se racionaliza la demanda de crédito, los gastos de consumo e inversión buscan su equilibrio, aumenta el ahorro, disminuyen las presiones inflacionarias y se preserva la sanidad del sistema financiero y bancario.

Mirar hacia fuera. No hay que ir muy lejos para ver cómo funciona la política monetaria en otros países y cómo se preserva el patrimonio de los ahorrantes. En los EE.UU., por ejemplo, las tasas de interés para los depósitos rondaban 5,25% hasta hace pocas semanas, lo que producía un razonable balance entre el crecimiento de la producción y la inflación. Pero, cuando se hizo evidente que la producción podría desacelerarse por la crisis de liquidez del mercado hipotecario, el Banco de Reserva Federal (FED) decidió reducir las tasas de interés en 75 puntos base, hasta llevarlas a un 4,5% anual. Sin embargo, la inflación ronda el 2%. Así, pudo inyectar liquidez y estimular el gasto e inversión, sin poner en entredicho las metas inflacionarias. Las tasas de ahorro siguen siendo positivas en términos reales y no hay penalización del ahorro. En cambio, la situación en Costa Rica es muy distinta. La producción ha venido creciendo a tasas muy elevadas, por encima de su nivel histórico, por lo que no resulta necesario estimularla más reduciendo las tasas de interés. La inflación, por otra parte, no se ha logrado controlar al nivel deseado. El propio Banco Central reconoció recientemente que no lograría la meta propuesta del 8%. Pero, en vez de ajustar las políticas, simplemente ajustó la meta.

Hay dos formas de restituir la rentabilidad del ahorro: subir tasas de interés y/o reducir la inflación. El Banco Central ha insistido en más de una ocasión en que subir las tasas de interés estimularía mayores entradas de capital y se obligaría a intervenir en el mercado cambiario adquiriendo divisas excedentarias y estimulando, con emisión, la inflación. Comprendemos el punto. Pero el Banco también debe comprender que no puede penalizar indefinidamente el ahorro, sin producir los efectos arriba apuntados. Afortunadamente, su participación en el mercado oficial de divisas (MONEX) ha venido mermando. Aparentemente, el tipo de cambio está llegando a un nivel razonable de equilibrio. Si las cotizaciones se mantuvieran dentro de las bandas cambiarias, podría el Banco retomar mayor control de su política monetaria. Pero hay, además, otro instrumento fiscal para reducir la inflación: trasladar en su totalidad las pérdidas del Banco Central al Estado, incluyendo aquellos montos necesarios para que la expansión de la liquidez provocada por el exceso de reservas se conforme con el incremento de la producción. Así, se lograría disminuir más rápidamente la inflación y restituir la rentabilidad real del ahorro.

Creemos, en resumen, que hay instrumentos efectivos de carácter ‘macro’ y ‘micro’ para evitar la penalización del ahorro. Instamos respetuosamente a las autoridades fiscales y monetarias del país y a las entidades financieras públicas y privadas a emprender las acciones necesarias para restituir la rentabilidad real del ahorro financiero y preservar la estabilidad del sistema financiero nacional.



EyP

miércoles, 31 de octubre de 2007

Óptimo VRS Máximo.

Lo siguiente es un correo enviado a mi profesor de histora:



Supongamos que se tiene una función del tipo f(x)=-x^2+2*x .

En un intervalo [a,b] donde b<1, la función tendrá un máximo, que sería cuando evaluamos f en b: f(b).

Por supuesto que éste no sería el óptimo de la función, sino tan solo el máximo para un intervalo dado. El óptimo se alcanza cuando df/dx = 0, es decir, cuando se estudia el comportamiento de la función sobre todo el intervalo de valores posibles para x, o bien, cuando se estudia la función en el intervalo indicado.

Lo que intento decir con éste razonamiento un poco simple y burdo es que para poder considerar la diferencia entre un óptimo y un máximo primero se debe tomar en cuenta el intervalo sobre el que se está hablando: la función anterior presenta un máximo y un óptimo, pero para poder hallar el óptimo se debe considerar no solo el intervalo [a,b], sino que también el intervalo sobre R.

Definiremos aquí óptimo como el máximo de todos los máximos en todo el intervalo de estudio. En cambio máximo es tan solo el mayor valor que puede tomar una función en un intervalo dado.

Por tanto, es muy probable que les esté dando la razón a los austriacos. Aunque no soy experto en el tema y de antemano advierto que solo me estoy basando en la breve descripción que usted dio en la última clase, creo que el óptimo, al igual que lo hacían los austriacos, debe ser considerado con una óptica de preferencias cambiantes en el tiempo. Me explico:

Yo hoy puedo encontrar el máximo de mis preferencias: puedo escoger una combinación de consumo de bienes y servicios en la que gasto parte o todo mi ingreso, que hacen mi satisfacción máxima mi satisfacción. Aquí las palabras “yo” y “mí” sobran.

En cambio, para poder hacer óptima la elección de la canasta de bienes debo ampliar mi rango de escogencia en el tiempo. No solamente debo tomar en cuenta el presente, sino que también las repercusiones que esta escogencia tenga. Porque puede suceder que hoy la elección que yo considere congruente con una maximización de mi beneficio no sea idéntica a la que yo en un futuro. Por ejemplo, en la función anterior para encontrar el óptimo no solo se debe derivar sobre el intervalo [a,b], sino que se debe hacer sobre el intervalo en todo el espacio real, es decir, tomar en cuenta todo el tiempo.

En el caso del drogadicto que se estaba utilizando de ejemplo en la clase, sigo pensando que el objetivo del tipo es drogarse. Ahora, cuando él se droga está volviendo máximo su satisfacción en ese intervalo de tiempo. Pero cuando analiza las disyuntivas entre permanecer en las drogas o buscar una vía alternativa como la rehabilitación, son las preferencias las que dictarían cuál sería realmente la elección óptima, pues tomaría en cuenta todo el espacio temporal.

Si mantiene su pensamiento de que drogarse es lo mejor que puede hacer, entonces su óptimo se logra mediante un consumo de drogas. Podría ser que menor o mayor que el actual, pero esto dependería de variables como preferencias y presupuesto, ambos en el tiempo. En cambio, si decide salirse de las drogas, podría consumir hoy maximizando su satisfacción presente, pero tendría que dejarlas en el futuro para poder optimizar su satisfacción. En este último caso, la elección actual de drogarse no es congruente con una optimización a futuro y sus hábitos de consumo deberán cambiar en el tiempo.

Se afirmó en clase que se debían incluir dentro del análisis del óptimo las repercusiones que tengas las decisiones sobre las demás personas, es decir, variables sociales. No creo que haya que incluirlas.

Las repercusiones deben tomarse en cuenta, pero sobre las decisiones que tomen las demás personas, no sobre las elecciones del drogadicto. Pues esto debería ser visto como una externalidad negativa que afecta a otras personas. Se debe, entonces, buscar que el drogadicto incorpore dentro de sus costos personales el daño social que está haciendo. Y, al respecto, la economía del bienestar ha estado buscando la respuesta para lograrlo de la “mejor” (¿óptima o máxima?) manera posible.

Todavía quedarían algunas cuestiones por plantearse. Por ejemplo, he supuesto aquí que el consumo se hace respecto al tiempo. Aunque no tiene nada de sorprendente (de hecho las teorías de elección intertemporal toman en cuenta estas cuestiones y permiten analizar cómo el consumidor selecciona su cesta de bienes a lo largo del tiempo a la vez que decide cuánto desea consumir hoy y cuánto mañana), se debe tener cuidado pues esto contradice nuestra teoría: realmente las preferencias del consumidor podrían variar en el tiempo. Lo que es mejor en el presente para el drogadicto, puede no serlo en el futuro, sus preferencias pueden llevarlo a otra senda de consumo. Podría ser que las preferencias en el presente le dicten que debe aumentar el consumo de drogas; pero una vez que ve todo el ámbito temporal se podría dar cuenta que, en vez de estar consumiendo cada vez más drogas, debería estar consumiendo menos y buscar rehabilitación.

Se debe tener cierta precaución, pues nosotros no intentamos decir que una persona puede o no estar maximizando u optimizando su bienestar. Las personas, todas, siempre maximizan y siempre optimizan; ahora, que a nosotros no nos guste como lo hacen, esos son “otros cien pesos”. Las personas siempre escogen lo que es mejor para ellos individualmente, si internalizan o no los beneficios o perjuicios sociales que causen al cambiar su consumo dadas unas elecciones estos son, también, “otros cien pesos”.

Un problema adicionales es que el estado de conducta del individuo cuando toma la decisión de cuál disyuntiva es mejor (si mantenerse en las drogas u optar por la rehabilitación) repercute en su elección óptima. Es decir, el estado en que la decisión ha sido tomada no se debe considerar como constante, ni tampoco como que siempre será la misma en todo el intervalo de tiempo.

En cambio, también se podría decir que la decisión óptima no es cuestión de un día: se construye y cambia dependiendo de las experiencias de las personas; es más, hemos venido afirmando eso todo este tiempo atrás: la elección óptima debe involucrar una disyuntiva de consumo intertemporal que maximice la función de utilidad tomando en cuenta todo el intervalo de tiempo.

La pregunta sería, entonces, ¿existe un solo óptimo o existen varias posibilidades de óptimos, dada la conducta cambiante del individuo? Sin importar el estado en que la decisión sea tomada ¿siempre se llegará a una misma elección de consumo y, por tanto, a un solo óptimo? O bien, ¿se pueden dar varias posibilidades de óptimos? Es decir, ¿La forma funcional f(x) cambia en el tiempo, o es siempre la misma?

Si es así, entonces se deberá escoger entre los óptimos de todos los óptimos. Y, con suerte, el análisis debería quedar aquí.

No me voy a extender en este momento más sobre el tema. Primero quiero disculparme, más bien, por haber sido tan extenso y espero que haya sido lo suficientemente claro como para expresar de la mejor manera todas las ideas.


Muchas gracias,

Claudio A. Mora García




EyP

miércoles, 17 de octubre de 2007

La gallina de los huevos de ah-oro.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR
Escritor asociado de EyP.

Es difícil convencer a las personas de lo beneficioso que resulta el comercio, y no solo el internacional sino el intraregional. Pero aún más difícil es logar que vean las múltiples ventajas que involucra el ahorro.

En Costa Rica se ha privilegiado el consumo presente, antes que la acumulación de fondos para un futuro uso. Probablemente a la facilidad que tenemos los costarricenses para obtener servicios como educación, salud y pensiones, comparado con otros países. Privilegiamos vivir “hasta el cuello de deudas”, esperando que la cuesta de enero este año no sea tan empinada.

Pero lo que no nos hemos estado dando cuenta es que al no mantener un alto nivel de ahorro hemos estado “matando a la gallina de los huevos de oro”, ya que casi nadie conoce el verdadero beneficio de ahorrar. Y el beneficio no es solamente que el banco nos pague unos intereses por “tener metida una platilla”. Sino que va más allá, e inclusive hasta más lejos de nuestras mismas fronteras: adquiere una índole macroeconómica basada en las desiciones de cada familia acerca de cuánto ahorrar.

Las tasas de ahorro para Costa Rica son paupérrimas. Inclusive, nuestras tasas de ahorro han sido unas de las más bajas para Centroamérica. Según cifras del Banco Central (BCCR), para 1999 la tasa de ahorro respecto al PIB fue de 6.3%. Comparado con China, que para el 2004 tiene una tasa del 42.3%, Timor-Leste de 86.6%, India 23% ¡Y nosotros del 13.7% en el 2007!, el valor más alto desde 1977.

Aún así, las políticas que ha venido utilizando el BCCR no han sido las óptimas para privilegiar un ahorro nacional: bajas tasas de interés, sumado a una disminución en la tasa de interés de USA, no son una buena señal para los consumidores que cada vez resultan más tentados por el mercado crediticio nacional, el encargado de cargar el rifle para matar a la gallina.

Inclusive, ni el mismo gobierno ha incluido la palabra “ahorro” dentro de su “Plan Nacional de Desarrollo”. No entiendo cómo pretendemos desarrollarnos si no existe en Costa Rica una oferta de ahorro que incentive las inversiones, y menos aún si el Estado no pretende utilizar mecanismos para generar un mayor ahorro dadas las actuales tasas de interés.

Se podría caer en la tentación de argumentar que un alto nivel de ahorro perjudica al crecimiento de la economía. Aunque más bien lo que se estaría haciendo es demostrar la corta visión que poseen.

La crisis crediticia que ha estado sufriendo Estados Unidos se debe, precisamente, a unas elevadas tasas de consumo presente y endeudamiento de los hogares ante la barata y atractiva posibilidad de haber adquirido una casa propia. Es el elevado consumo lo que está atentando contra el crecimiento y estabilidad de la economía norteamericana. La cual tiene la costumbre de que cuando cae, se lleva consigo todo lo que tenga a la par.

Por otro lado, se podría también argumentar que nuestro ahorro “no sirve para nada”, pues toda la plata que ocupen las inversiones bien puede provenir del extranjero. Aunque, realmente, existen demostraciones aun más fuertes para desmentir este hecho. Por un lado el uso de fondos extranjeros y, en especial, la IED (inversión extranjera directa) pueden ser causa también de una crisis. Además, el uso de fondos ajenos a nuestra jurisdicción nos deja en una pérdida completa del poder soberano sobre la toma de desiciones sobre estos fondos. Inclusive, nos puede llevar a algo similar al problema acumulativo que sufrimos durante la década de los ochentas y antes; cuando la oposición ante nuestro principal prestamista extranjero (el FMI), sumado a otra serie de cuestiones, desembocaron en una crisis crediticia. La cual, posteriormente, fue mitigada por un acogimiento de políticas de reestructuración necesarias para la reactivación del flujo de dinero proveniente del exterior.

Me encantaría que nuestro nuevo ministro de planificación, don Roberto Gallardo, tome en cuenta dentro de su mandato estas humildes aportaciones para que así realmente podamos llegar a desarrollarnos económicamente.

EyP

lunes, 15 de octubre de 2007

¿Cómo realizar una inversión deportiva?

Claudio A. Mora García.
Estudiante de Economía, UCR.
Escritor asociado de EyP

Probablemente es la pregunta que se hacen a diario las personas de negocios más humildes y más importantes. ¿Deberé invertir en la bolsa de Nueva York, o en la de Londres?, ¿deberé matricular a mis hijos en un colegio público o en uno privado?, ¿cuál carro es mejor, un Nissan o un Toyota?, ¿el gobierno debe invertir en atletas con o sin discapacidad?

La respuesta a estas interrogantes es demasiado obvia, y ya todos la conocemos: se debe invertir donde obtengamos los mejores rendimientos y con el menor riesgo posible. No es solamente ganar, ganar y ganar, sino que también el factor “ganar” puede estar acompañado de un continuo perder, perder y perder: se debe tomar en cuenta la variabilidad respecto al nivel esperado de ganancia de un activo.

Por supuesto, todo activo deberá emitir señales para darnos a conocer qué tan variable y qué tan rentable es. Si un activo resultase ser completamente invariable y con un rendimiento sumamente alto, entonces ni yo estaría escribiendo esto ahora para poder ir a comprarlo.

Pero, al parecer la definición anterior no es tan “obvia” como creía. Puesto que ni el mismísimo gobierno, ni las asociaciones de fomento deportivo, ni otras asociaciones parecidas logran entenderla. Ellos deben seleccionar entre dos activos.

En el primero, se muestran inflexibles ante la idea de seguir invirtiendo en activos que muestran una rentabilidad donde lo único seguro es la ganancia mínima. No estoy hablando aquí de bonos o compra de acciones, sino ¡financiamiento de atletas nacionales! Estoy hablando sobre las ganancias que obtiene el país, si hay algunas, cada vez que la “magnífica” selección nacional de fútbol nos representa en el exterior ya sea en el Mundial o en la Copa de Oro, o cuando se envía una serie de atletas a los juegos Panamericanos.

Ellos se han esforzado en demostrar consecutivamente que el rendimiento de hacer inversiones en su “activo deportivo” es completamente nulo; y muchas veces la variabilidad es un tanto alta. Es evidente que el rendimiento de los atletas nacionales deberá venir valorado por la cantidad de medallas por jugador que hayan ganado; en vez de valorarse por la cantidad de dinero que dejó a la empresa privada el haber enviado a una selección: este otro tipo de rendimiento no es visto por el resto del mundo con una óptica deportiva, y a la sociedad tampoco le deja gran cosa.

En cambio existen atletas mucho más distinguidos, realmente distinguidos y con un espíritu de competencia como el de ninguno. Atletas que se han sabido luchar por destacarse aun teniendo alguna dificultad y que todo este tiempo atrás se les ha mantenido al margen. Atletas que realmente poseen un espíritu de lucha y superación, y nos hacen recordar todo lo que podemos lograr con tan solo disponernos a hacerlo.

Ahora han podido demostrar que la rentabilidad de invertir en ellos es mucho mayor, que es un activo completamente seguro y prácticamente libre de riesgo: puesto que cuando ganan, lo hacen parejo; a diferencia del primer activo. Poseen todas las características que un inversionista deseara en un activo.

A pesar de ello, hasta ahora no han recibido un apoyo real y tangible. No solamente ayuda económica para viajar hasta el lugar de competencia, sino olvidados en cuanto a instalaciones, fomento deportivo, uso de imagen, etc. Es tiempo para las asociaciones que invirtieron en esta delegación que nos representó en China, recoger sus frutos. Se obtuvo una medalla por cada atleta que asistió, muchas de ellas resultan ser de oro, inclusive sobraron siete para repartir.

¡Gracias a ellos puedo levantarme nuevamente orgulloso del deporte costarricense!

EyP

domingo, 14 de octubre de 2007

Newton, Darwin y… Leibniz.

Claudio A. Mora García.
Estudiante de economía, UCR.
Publicado en La Prensa Libre y en La Nación.
Escritor asociado de EyP

Desde 1687 se han podido descubrir tres leyes generales por las que, a mi parecer, se rige el mundo. Podrá resultar sorprendente las afirmaciones que voy a hacer a continuación, pero, a mi consentimiento, lo realmente sorprendente es que nunca se haya expandido el rango de aplicación de estas tres leyes.

La primera surge en Inglaterra en el 1687, fecha que, tal como el 12 de septiembre, no nos dice mucho. Siempre he creído que es un tanto difícil imputarle a una única fecha un conjunto de acontecimientos que conformaron el contexto en el que se desarrollo una de las teorías (de hecho tres leyes) más conocidas.

Isaac Newton tuvo el privilegio de empezar una nueva revolución matemática y teórica. Sus ideas llamaban a un redescubrimiento del mundo, para darnos cuenta de que estaba regido por un número de leyes más que por el simple caos. Inclusive, estas leyes eran tan exactas, que podían ser explicadas por la matemática. Lo que yo llamaría el efecto Newton.

De entre las tres leyes de Newton deseo destacar la tercera, donde afirma que cada acción tiene su reacción igual y contraria.

Creo fielmente que la aplicación puede ir más allá de la física. Puesto una ciencia como la economía (que sufrió el efecto Newton), lleva adscrito proposiciones de Equilibrio General: donde un cambio en el precio de un mercado no solo genera un efecto en ese mercado, sino en todos los demás. Incluso podría afirmar que su aplicación se ha menospreciado, pues se puede expandir a los hechos de la vida diaria. Por tanto, la frase “no creo que nada pase”, realmente es la que carece de aplicación.

La segunda ley fue publicada en 1859, año en que Charles Darwin publica su libro “El Origen de las Especies”, luego de una larga expedición que abarcó especialmente la parte sur del mundo.

Afirma que la evolución es el elemento presente en todos los seres vivientes, y lleva a que solo las más aptas para el medio sean las sobrevivientes. Sus aplicaciones no se han hecho esperar en el área de la política, la historia, la antropología y me tiento a nombrar, nuevamente, la economía.

La última ley que deseo citar, realmente no puedo ubicarla en el tiempo. Aunque aquí le daremos crédito a Gottfried Leibniz, realmente me es difícil alegar que éste haya sido el mejor promotor de la teoría. Sí puedo decir que es ampliamente usada en la termodinámica pero, una vez más, considero que su rango de aplicación va más allá de la matemática y la física.

La ley de la conservación de la energía establece que ésta no puede ser creada ni destruida, sino únicamente transformada en distintas formas o estados. ¿Termodinámica? A mi esto me suena a los comunes problemas de la basura que todos vivimos, a la creación de dinero en una economía, a los problemas de calentamiento global, etcétera.

Estas tres leyes son a mi parecer las más generales y de mayor aplicación. Debemos ver más allá de la complicada matemática fría y exacta que se haya detrás de la primera y la última, y con unos ojos de menor escepticismo para la segunda. Cuando decidamos realmente querer encontrarles aplicación a cada una, nos daremos cuenta de que hasta en las actividades más rutinarias de la vida diaria sus efectos pueden ser en extremo perceptibles.

EyP

lunes, 8 de octubre de 2007

Un análisis preliminar (a mano alzada)

Roberto J. Gallardo N.
Escritor Invitado
tomado www.roberto-gallardo.blogspot.com

Cuando se celebran procesos electorales, sobre todo como el que culminó con el referéndum del 7 de octubre, es fácil caer en la tentación de tratar de ofrecer LA explicación final, mostrar la bala de plata que produjo un desenlace específico. Lo cierto es que el resultado del domingo 7 de octubre vienen fraguándose desde hace meses, y que es difícil explicar el comportamiento de un ciudadano que se resiste a ser encasillado en conductas políticas predecibles.

Pero hay algunos elementos que no pueden ser ignorados. La publicación del ya famoso memorando sin duda tuvo un impacto en la intención del votante, como posiblemente también lo tuvo la polémica acerca de la posibilidad de renegociar el tratado. En el primer caso, evidentemente el favorecido fue el “No”, aunque a la larga el argumento de la inmoralidad aplicable a todos los partidarios del “Sí” terminó perjudicándolo; en el segundo, la incertidumbre que generó la discusión sobre la posibilidad de renegociar el tratado y de la estabilidad de las preferencias comerciales otorgadas en el marco de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, que incluso se trasladó allende nuestras fronteras, puede haber favorecido al “Sí”, en tanto el “No” nunca pudo ofrecer una prueba contundente de la factibilidad de esa renegociación y de la extensión de las preferencias unilaterales otorgadas por un Gobierno estadounidense igualmente dividido sobre el tema.

Otro elemento a considerar en esta última semana del proceso fue la publicación de una encuesta en la que el “No” dejó de ser una simbólica forma de protesta y se convirtió en una opción real de poder. Esto tuvo algunos efectos evidentes: re-energizó al “Sí” que ejercitó su músculo organizacional de manera eficiente el día de las elecciones, e hizo reconsiderar su posición a los tránsfugas del memorando, quienes posiblemente consideraron en el último momento que no valía la pena emitir un voto como protesta si esto generaba un peligro que se percibía como mayor. Estos elementos se manifestaron en la aparición de una gran cantidad de signos externos del “Sí” en los dos últimos días, signos externos como calcamonías y banderas que se caracterizaban por ser nuevas, es decir, por haber sido recientemente pegadas en el caso de las primeras, o precariamente colocadas utilizando las ventanillas de los automóviles para prensarlas en el caso de las segundas.

Por último, una implacable campaña del “No” en la última semana llamando a votar contra la corrupción y asociando a los partidarios del “SÍ” con una serie de aspectos negativos puede haber generado dos efectos. Primero, que una buena parte de los partidarios del “Sí” no manifestaran su posición en los días previos al referéndum, intimidados por la descalificación moral proveniente de las filas del “No”; esto lo mostró la encuesta “doble” de Demoscopía publicada el miércoles 28 de setiembre, que obtenía un resultado favorable al “No” en la modalidad de encuesta del orden de los 5 puntos, margen que disminuía a un insignificante 1,6% en la votación experimental. Segundo, algún grupo importante de la población pudo haber reaccionado negativamente al chantaje retórico, y votó en contra de quienes se atribuyeron a lo largo de la campaña, pero sobre todo en la última semana, el monopolio de patriotismo.

Pese a todas estas consideraciones, seguimos ignorando los criterios que este nuevo ciudadano del siglo XXI utiliza para definir sus posiciones políticas. Sabemos con certeza que la consistencia no es su fuerte: dos provincias, Guanacaste y Puntarenas que contribuyeron decididamente a la victoria electoral del actual Presidente en las elecciones del 2006 votaron en contra del tratado; Heredia y San José que no apoyaron a Arias en el 2006 votaron favorablemente el TLC. En las elecciones presidenciales del 2006, 57% de los electores votaron a favor de partidos políticos que apoyaban el tratado, resultado 6 puntos mayor que el obtenido por el “SÍ”. En este contexto, quienes se atreven a hacer predicciones electorales de largo alcance a partir del triunfo del “Sí” entran en arenas movedizas, porque en la Costa Rica política del Siglo XXI tres años es una eternidad.

Se confirma además que un porcentaje de la población ha decidido no participar en la práctica electoral. Como lo había demostrado un estudio del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica, las motivaciones del abstencionista son heterogéneas, por lo que no es posible hablar de un bloque políticamente motivado, como sostienen quienes pretenden restar legitimidad a los resultados electorales –sobre todo aquellos que no les favorecen-, usando la ausencia de un porcentaje importante de votantes. El referéndum demuestra que el abstencionismo no está limitado a procesos político-partidarios, sino que incluye todo espacio de construcción colectiva del futuro nacional. Tal vez ahora se puede iniciar un análisis más amplio que nos permita, ahora sí, adoptar las medidas necesarias para revitalizar nuestra democracia, más allá de las especulaciones políticas de algunos operadores partidistas disfrazados de analistas.

Por último, el TLC ha sido aprobado. Hemos comenzado a escuchar a algunas personas tratando de condicionar o cuestionar este resultado porque fue estrecho (aun cuando haya sido por un margen superior al promedio histórico –excepción hecha de la elección de Abel Pacheco-, de las últimas 4 elecciones presidenciales), cuando lo cierto es que el tema de la aprobación o no del tratado quedó zanjado. Quienes creen que el país está partido a la mitad e alrededor de visiones de desarrollo contradictorias le otorga una articulación inexistente a estos bloques coyunturales, sobre todo del lado del “No”, en donde hay grupos tan irreconciliables como las mujeres a favor del aborto y la Iglesia Católica. Precisamente esa fue una de las debilidades del “No”: salvo un listado de buenos propósitos que nadie en su sano juicio podría rechazar, el “No” nunca ofreció una alternativa concreta: no podía hacerlo porque habría requerido una negociación interna que de entrada no parece fácil.

Lo que es realmente importante es que el mecanismo del referéndum funcionó satisfactoriamente, lo que constituye un hito importante para la historia del país. Desde esta perspectiva, la gran ganadora del 7 de octubre es la democracia costarricense.

EyP

lunes, 1 de octubre de 2007

Felicitaciones

EyP desea felicitar a sus escritores asociados por las publicaciones de sus artículos en los distintos medios nacionales:

Carlos Astorga ................................ Referendo: verdadero significado

Jorge Luis Araya ............................. Muerto el perro… ¿se acabará la rabia?

Juan Carlos Tristán ......................... Dos caras de la misma moneda

Roberto Gallardo (escritor invitado) .... ¿Es posible la reforma del Estado?

Siempre se han distinguido por su excelencia académica y responsabilidad cívica. Además, queremos felicitar a Rafael Monge por su contínuo esfuerzo por la creación de una nueva FEUCR incluyente. Una visión que todos compartimos.

¡Muchas gracias por su visita!

Felicidades coolaboradores,

EyP

Muerto el perro… ¿se acabará la rabia?

Jorge Luis Araya
Escritor Asociado de EyP
Publicado en La Nación

Reza el dicho popular:muerto el perro, se acabó la rabia , en clara alusión a que, una vez eliminado el causante del problema, también se acaba el problema.

Ahora bien, ¿se acabará la rabia de los agitadores, sindicatos, anarquistas disfrazados de defensores de la República y otros enceguecidos por la ira callejera en este país, una vez aprobado o no el TLC con Estados Unidos? ¿Se acabará el odio hacia lasmafias neoliberales , como las llamó el comando (“comisión”) de enlace nacional contra el TLC? ¿Dejarán de ver gigantes y hechiceros losquijotes de la verdad absoluta en Costa Rica luego del referéndum?

Antes y después. Mucho me temo que la respuesta a todas estas preguntas es no. Ante este escenario, tenemos una Costa Rica antes y después del referéndum sobre el TLC. La Costa Rica del después será una Costa Rica cuya democracia saldrá fortalecida ante este largo y tortuoso camino, una democracia más madura, la cual una vez más sentará un precedente para América y el mundo, de respeto y apego al sistema constitucional por el que nos regimos, el que unos pocos nos quieren hacer creer se encuentra secuestrado. Sin embargo, pese a esta victoria nacional que se avecina, ya hay quienes desean ensuciarla, sea cual fuese el resultado.

Ya los detractores del sistema, una vez producida la necesaria salida del vicepresidente Casas, enfilarán sus baterías hacia el presidente constitucional de la República, buscarán su salida y de quienes lo rodean, a quienes acusan de tener a Costa Rica en una dictadura. No sé en cuál universo paralelo deben estar viviendo. ¿Será acaso que ven a nuestro país semejante a la herrumbrada e inhumana dictadura de los Castro en Cuba? ¿O quizás lo comparan con el secuestro institucional en que Chávez tiene a Venezuela? No sé a quién tratan de engañar. ¡El cielo no se está cayendo!

No debemos permitir que nuestra democracia se vea falseada después del 7 de octubre; con nombres y apellidos, hay quienes amenazan y asustan con medidas de presión si gana el SÍ, como el entrabamiento que espera a los proyectos de la agenda de implementación en la Asamblea Legislativa y, por otra parte, si ganara el NO, esos mismos sectores se sentirían envalentonados para hacernos creer que el mandato del presidente Arias debe llegar a su fin. Así que todavía nos espera recorrer un difícil tramo.

Camino a seguir. Creo firmemente que debemos como país aprobar una serie de reformas estructurales, como la apertura del mercado de las telecomunicaciones y los seguros, reformar, simplificar y recaudar más eficazmente los impuestos, echar más mano a la concesión de obra pública para garantizar más y mejor infraestructura, sin olvidar la protección jurídica para el inversor extranjero, aprobar más TLC (Europa, China y mercados emergentes) para que los flujos de inversión extranjera directa productiva sigan creciendo; sin olvidar una justa redistribución de la riqueza y el desarrollo de programas de política social para que, de esta forma, podamos sacar provecho de las diferencias que nos distinguen de los países vecinos.

A quien debemos temerle es a la desinformación, no a las amenazas de quienes adversan el Tratado; somos un país altamente competitivo y, por sobre todo, con una tremenda madurez política como para que nos dejemos engañar por quienes proclaman defender a la patria, cuando lo que logran más bien es defender sus cómodos privilegios y anhelos de grandeza.

Este 7 de octubre el refrán popular antes mencionado lamentablemente no llegará a cumplirse, pero sí creo que la Costa Rica que queremos para el futuro la forjaremos juntos a partir de ese día. Respetemos la decisión de la mayoría.


EyP

Referendo: verdadero significado

Carlos Astorga
Estudiante de Ciencias Políticas y Derecho, UCR
Escritor asociado de EyP

Publicado en La Nación.

Si bien es cierto que la discusión relativa a ventajas y desventajas del TLC es clave para la correcta decisión del pueblo, no basta si queremos dar al referéndum su justa dimensión y valorarlo por su propio peso. En efecto, el referéndum será el termómetro de la democracia como institución, como régimen político nacional.

Nuestro régimen tiene decenios de estar funcionando de manera regular, pero ahora hay un cambio fundamental. Es la primera vez que, como pueblo en pleno, tomaremos una decisión de política pública. Según ocurran las cosas, este ejercicio conduce al éxito o al fracaso de nuevas prácticas, al arraigo de una nueva costumbre, de una tradición, de una manera de pensar. Por eso el momento es decisivo.

Pero hay más: la confianza en el sistema se medirá por la participación. No sabemos quién ganará, lo importante aquí es ver cuántos corazones latirán ese día, al punto de llevar los cuerpos hasta las urnas. En la medida en que participe la gente, en esa justa medida latirá el corazón del régimen democrático. ¿Cuál corazón es más importante? ¿El del SÍ, el del NO? Creo que el corazón de la nación. Si, constitucionalmente, en ella se deposita la responsabilidad de ordenar políticamente al país, creo vital que ese corazón lata con toda fuerza el 7 de octubre.

Grave error. Debemos tener presente que está en juego la legitimidad del sistema. Por eso, comete un grave error quien juzgue el acontecimiento como una circo partidario, un carnaval de banderas, una fiesta de encuestas y opiniones desmesuradas o una telaraña de razonamientos, ya tengan por origen esos errores, la mas reflexiva de las mentes o el más colérico de los metabolismos.

Si bien lo que mueve al sistema, con frecuencia, es la lucha por el poder, debemos trascender la visión marxista y dejar de ver en este proceso un conflicto entre la clase hegemónica y el proletariado. Para esto, debemos recordar que nuestra República es una organización democrática, donde todos debemos sentirnos dueños de lo que aspiramos ser. Cada posición es muy respetable, pero lo será más en la medida precisamente en que mueva a los corazones hacia los centros electorales.

El referéndum mostrará si somos, en realidad, lo que decimos ser. Y si, en efecto, lo somos, debemos enrumbar la nave hacia una democracia real, perfeccionar las condiciones económicas, sociales, culturales, que son básicas para hacer efectivo el principio de igualdad. Si el resultado muestra que no somos lo que creíamos, preocupémonos. Tendríamos por delante la responsabilidad de diseñar, más que un sistema político, una identidad.


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