jueves, 9 de agosto de 2007

Dos caras de la misma moneda

Juan Carlos Tristán
Estudiante de Derecho, UCR.
Escritor asociado d
e Economía y Política

Días atrás nuestro gobierno acordó establecer relaciones diplomático-económicas con la República de China, con lo cual me fue imposible no cuestionarme sobre el alcance de dichos acuerdos en virtud del régimen comunista que impera en la nación de Oriente. Si bien China mantiene un discurso marxista-leninista con el fin de mantener la estructura de su único partido (comunista-dictatorial), en 2002 se acordó de manera acertada deshacerse de aquellas tendencias o conductas que impidieran u obstaculizaran el crecimiento económico del país, logrando realmente un desarrollo económico en dicha nación (cabe recalcar que no con ello deseo para Latino América los excesos del sistema Chino, pero es importante mencionar también que con dichas medidas ha aumentado el desarrollo económico y disminuido a pasos agigantados el índice de pobreza). En dicha república comunista ya el 60 por ciento de la economía esta en manos privadas, y va en crecimiento, siendo esa apertura la principal herramienta del desarrollo económico.

De inmediato paso entonces a analizar las estructuras socio-político-económicas que impulsan entre otros, los Presidentes Chávez, Morales, Castro, Ortega, y que lamentablemente en Costa Rica, los grupos del “NO” parecen defender y hasta apoyar, me refiero a aquellos que se refugian en un trasnochado y pseudorevolucionario discurso comunista, y al contrario de lo que sucede en China, denuncian el capitalismo y ahuyentan las inversiones.

Si es el caso de que lamentablemente los grupos del NO, desean seguir los pasos de aquellos Estados dictatoriales comunistas, lo hagan al menos de aquellos que han sabido entrar al desarrollo y la globalización, y es que únicamente aumentando la captación de inversiones se puede lograr un crecimiento económico a largo plazo, creando mas y mejores opciones de empleo, y con ello detener el lamentable “boom” Latinoamericano que nos involucra cada día mas en el circulo de la pobreza, desigualdad, frustración, y populismo.

En pleno siglo XXI, es irrelevante la tendencia ideologico-politica, ya lo vimos con el caso recién expuesto de China, es cuestión de poder llevar a cabo un proceso de modernización. Vemos con ello, que en la actualidad, y espero que cada día sea un poco mas, las ideológicas políticas de las Naciones pueden llegar a ser un tema irrelevante, tomando en cuenta la existencia de países, tanto comunistas, socialistas, como capitalistas, logrando un crecimiento económico de la mano con la reducción de la pobreza, y hay otros (que lamentablemente en nuestro país hay quienes tratan de imitar) que se empeñan en mantener y defender modos de gobierno con estructuras político-económicas que continúan fracasando en la actualidad.

Según cifras oficiales, China después de su apertura logro apartar a 250 millones de personas de la pobreza, y recibe de inversión extranjera 70.000 millones de dólares anuales, y aquí hay quienes continúan pensando en el ALBA. Por eso ahora, mas que ahogarnos en una trillada discusión sobre el libre comercio con Estados Unidos, deberíamos empezar a pensar mas allá, y ver el beneficio que independientemente de nuestra concepción ideológica, tendremos al insertarnos en el mercado mundial, ser competitivos, fomentar la inversión extranjera, modernizarnos y buscar un crecimiento y desarrollo económico.

Vemos a China en su constante desarrollo y apertura al mundo, y por otra parte vemos a una Venezuela (que en los primeros 5 años de Gobierno de Chávez, aumentó la pobreza de un 43 a un 53 por ciento) y a Cuba (con uno de los ingresos per cápita mas bajos de América) cerrándole las puertas a gran parte del mercado mundial, y es ahí donde les pregunto ¿Que país queremos?, un país “capta capitales” o un país “espanta capitales”. En octubre todos tendremos la decisión en nuestras manos, y como dicen “no importa de que color sea el gato, lo que importa es que cace ratones”.

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