martes, 10 de julio de 2007

Los fondos de pensión son mucho más que rentabilidad

Javier Cascante
Jerarca de la Supen (Superintendencia de Pensiones) y economista.

Explicar el fenómeno de riesgo de mercado y su impacto en los rendimientos de un portafolio de inversión siempre resulta un ejercicio interesante.

Pese a que el tema es técnico, algunos sesgos e imperfecciones atentan contra este análisis valioso.

Algunos cuestionan el valor agregado para un inversionista de seguirle la pista a los rendimientos (¡y más a la volatilidad!), si la mayoría de las carteras de inversión están constituidas por instrumentos del Ministerio de Hacienda y del Banco Central, para algunos, emisores “libres de riesgo”.

Proyección lamentable

Otros, enfocados en el corto plazo, se preocupan por el comportamiento de la rentabilidad de un mes en particular.

Quienes forman parte de este último grupo se atreven incluso a proyectarla anualmente, obviando, de forma lamentable, que estas mediciones son útiles para inversiones de plazos pequeños y que no necesariamente productos de inversión de largo plazo deben analizarse bajo este esquema.

Finalmente, a veces existe una excesiva preocupación por los rendimientos nominales, y nos olvidamos entonces del importante impacto que tienen la inflación y la devaluación.

Dejando de lado estas limitaciones analíticas, en la Superintendencia de Pensiones (Supen) deseamos compartir con la opinión pública nuestra visión de lo que puede estar afectando la rentabilidad de los fondos de pensión en la actualidad.

Las carteras de los fondos pierden (ganan) valor cuando los precios de los instrumentos que la conforman caen (suben).

Los precios de los instrumentos de inversión se ven afectados por los rendimientos observados en el mercado, que dicho sea de paso, pueden cambiar todos los días.

Así, ante un menor rendimiento de mercado, el valor presente de los instrumentos tiende a subir y por ello, los precios tienden a aumentar.

¿Qué ocurrió?

Hasta aquí todo pareciera indicar que la caída de las tasas de interés de mercado provoca un alza en el valor de los portafolios y, con ello, aumentan los rendimientos de los fondos.

Pues bien, esto fue lo que ocurrió en los primeros meses del presente año.

Específicamente, la rentabilidad nominal en febrero alcanzó su nivel más alto con respecto a los 12 meses previos, aunado a la venta de posiciones por parte de las operadoras de pensiones complementarias (OPC) y su propósito de realizar las ganancias de capital originadas en los ajustes de los precios.

En los siguientes cuatro meses, la rentabilidad se redujo por la corrección a la baja de los precios de los títulos.

Entre las causas que explican este comportamiento se pueden citar:

1) Los ajustes en títulos que no son negociados con frecuencia, pero cuya valoración se hace tomando como referencia los instrumentos que tienen más liquidez.

2) La disminución de la demanda por instrumentos en colones debido a los bajos rendimientos que generan.

3) Los cambios en las expectativas de los agentes económicos respecto a la inflación esperada, debido a los aumentos en los precios del petróleo, lo cual ha provocado que se reduzca el apetito por instrumentos a tasa fija en el mediano plazo.

Con visión de largo plazo

Si bien la coyuntura económica ha generado una corrección en los precios y una reducción de la rentabilidad nominal, es importante revisar, con perspectiva de largo plazo, lo que está sucediendo en el mercado.

La rentabilidad real neta anual (es decir, aquella que elimina el efecto de las comisiones y de la inflación), promedio de los últimos 24 meses, se ha incrementado.

Comparado con lo observado hace un año, los fondos se encuentran rentando más del 5% anual, en términos reales.

Por lo anterior, es de esperar que los resultados adversos puntuales de un mes en particular, sean corregidos a medida que la economía asienta su nuevo nivel inflacionario.

No todo es rendimiento: ¿podemos hablar algo del riesgo?

Un correcto análisis implica observar la volatilidad de los rendimientos.

Recordemos que a mayor rendimiento, mayor riesgo.

“El mejor amigo”

En cuanto al rendimiento real neto del Régimen Obligatorio, este ha mejorado en el primer semestre del 2007.

Aquí la conclusión es muy clara: La disminución en la inflación ha sido el “mejor amigo” de la rentabilidad que recibimos los afiliados.

Hay que aclarar que el efecto no es simétrico e idéntico para todas las operadoras de pensiomes complementarias.

Lo mismo aplica para la volatilidad del rendimiento (utilizada como aproximación del riesgo).

Sin embargo, lo importante es destacar que la diferencia entre fondos dependerá, en los próximos meses, de la habilidad y capacidad de los gestores para mejorar el rendimiento real de los afiliados, con niveles controlados de riesgo, pero no porque la inflación sea baja, sino porque los procesos de diversificación y estrategias de inversión rindan frutos positivos.

Lo anterior se vuelve relevante en un ambiente en donde los nuevos aportes y los vencimientos deberán invertirse a tasas de interés bajas.

Es importante darle seguimiento a estos aspectos.

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