domingo, 29 de julio de 2007

Libertad y democracia.

Claudio A. Mora García
Estudiante de economía, UCR.

El inicio de la actual democracia se haya en la democracia liberal. Es el principio del excelente legado político del que gozamos hoy la mayoría de los países, y por lo que pelean pueblos y comunidades enteras.


La democracia liberal no fue un acontecimiento político aislado, sino que estuvo fuertemente influido por su contexto. El liberalismo económico empezaba a ser un fuerte ingrediente en las prácticas de ese entonces. Se privilegiaba el derecho a escoger nuestro destino, y se repudiaba ser sumisos a una sola persona o grupo de personas.


Sí, el liberalismo, el mismo que odian ciertos diputados y grupos de presión costarricenses.

Su inicio fue marcado por una fuerte explotación del proletariado, pero el sistema se perfeccionó a tal punto que fue llevado a un sistema que unió lo liberal y lo social al mismo tiempo. Al día de hoy quedan ciertos detalles por corregir. Empezando por un mejor entendimiento del mismo.


El liberalismo es más que empresa privada, el liberalismo es una necesidad de toda nación que desee mantener un régimen democrático que guíe las decisiones. El liberalismo es libertad en la toma de desiciones. La misma iglesia católica se rige por una pauta liberal: nos permite escoger entre el bien y el mal, ellos lo llaman “libre albedrío”. En el ámbito económico, no se nos obliga a escoger alguna empresa en especial. En lo político, cuando se nos obliga a escoger un solo partido político, la ausencia de la democracia se torna lo básico, y el no-liberalismo la sigue.


La necesidad de opciones y la libre elección entre ellas son pirales fundamentales para el funcionamiento de la democracia. En el tanto los ciudadanos no tengan una cultura de libre elección y de multiplicidad de opciones, nunca se podrá dar una efectiva democracia, y las desiciones tomadas no reflejarán las preferencias de los electores. Por tanto, toda aquella nación que privilegie las desiciones que se demuestren como mayoritariamente preferidas por medio de votaciones ocupará mantener un sistema liberal de toma de desiciones.


Liberalismo y democracia es un binomio, no un efecto causal.


Por tanto, aquellos políticos, grupos políticos y grupos de presión que creen en los sistemas de gobierno donde no exista la libertad y donde las desiciones no se tomen de forma liberal, no creen en la democracia y, tal como Nietzsche, toman al pueblo y al ser humano en general como incapaz e inadecuado para tomar desiciones, por no saber lo que quieren. Creen que todos nosotros somos personas sin cerebro que no sabemos lo que queremos. Y por ello, adjudican el completo control al Estado en vez de otorgárnoslas a nosotros, el pueblo, quien posee el poder.


En cambio, en el sistema liberal se elogia al pueblo, otorgándole el derecho a elegir por medio de un libre mercado lleno de múltiples opciones. Mediante un pluripartidismo y un voto secreto se nos permite tomar desiciones acerca del futuro del país. Inclusive este 7 de octubre se nos concederá mayor libertad.


Actualmente grupos políticos se encuentra en contra del sistema, más que en contra del TLC. Están opuestos a prácticamente todas las instituciones públicas, muchas veces olvidando todas las cuestiones antes descritas. En ellos yace una fuerte oposición al sistema liberal vigente en Costa Rica, y, por tanto, toman al pueblo tan solo como pueblo.

1 comentario:

Kamus dijo...

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