miércoles, 5 de marzo de 2008

UCR: educación para ricos 3.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR
Escritor asociado de EyP

En mi artículo del 12/02/08 presenté una cifra que, posteriormente, resultó ser errónea. Voy a utilizar el presente artículo para referirme a la misma y hacer otras aclaraciones sobre el primer tema que tocaba en el artículo de ese día.

Permítaseme aclarar que la cifra fue suministrada por funcionarios de la FEUCR. Fue con tal confianza como la dijeron, en medio de una reunión con más de 15 asociaciones, lo que me llevó a inferir que debía ser oficial y verdadera, inclusive el mismo contexto en mi facultad parecía confirmarla.

Pero no por mucho tiempo se había ido mi ilusión de que la FEUCR estaba empezando a entrar en razón, para volver a la realidad existencialista al mejor estilo de don Ernesto Sábato, donde parecen seguir viviendo en una fantasía que no existe y no tiene cabida. Y rememoran a los personajes más audaces en la novela de don Plinio Apuleyo, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas.

Realmente, no se han salido de su estatuto interno al no prestarle atención al problema y no exigir pagos más altos para las personas de mayores recursos, porque deben velar por el bienestar del estudiantado universitario, y no por el bien de la sociedad costarricense.

En todo caso, la realidad de la UCR no se aleja mucho de una fuerte participación estudiantil proveniente de colegios privados, dentro de una educación superior subsidiada por todos nosotros. Para el 2008, de cada dos estudiantes procedentes de colegios públicos, viene detrás uno de un colegio privado (incluyendo los semi-privados).

Me topé, realmente de pura suerte, con un artículo publicado por El Financiero del 6 de mayo del 2007 titulado “Apogeo en educación privada”. Los periodistas aseguran que “la enseñanza privada se ha convertido en una importante opción para las familias (…) por los resultados mostrados en la admisión de universidades estatales”.Citan el ejemplo sobre cómo de los diez mejores promedios, durante el 2006, ocho provenían de colegios privados (para el 2007 fueron 7, y para el 2005 fueron 9 de 12).

¡Y esto no tiene nada de malo!; por supuesto, tomando como referencia los estatutos de la UCR y las leyes de igualdad (desiguales) que rigen nuestra hermosa Costa Rica: los sistemas para filtrar estudiantes han funcionado, y parece ser que se han matriculado solo los mejores.

Este era el primer punto que tocaba en mí artículo del 12: la desventaja ineludible que tienen los egresados de colegios públicos, frente a los colegios privados.

Parece ser que este problema estático tiene índole dinámica cuando se enfoca desde una perspectiva hereditaria. Al negárseles una educación superior pública, gratuita, y subsidiada a personas de escasos recursos, se les está obligando a pagar una que probablemente no puedan costear, y, evidentemente, empezarían a pensar dos veces antes de matricularse.

Inclusive, al no poder ingresar a la UCR deberán optar por otras opciones que no son mejores, en promedio, y estarían desechando una opción de alta calidad. De esta forma, perpetuando el problema de desigualdad en el ingreso. Inclusive, podría darse el caso de que el estudiante deseche la opción de la UCR desde un principio simplemente porque no se cree capaz de obtener la nota suficiente para ser admitido.

No quiero eximir que existen universidades privadas con ciertas carreras acreditadas por organismos nacionales o internacionales, y muchas de ellas podrían llegar a ser, algún día, mejores que la UCR. Pero esto no elimina todo el problema de costos en el medio.

Y existe una infinidad más de razones por la que un estudiante de colegio público y de bajos ingresos está en desventaja: horarios únicamente diurnos, cuando el estudiante ocupa trabajar; una duración más prolongada de la carrera que en universidades privadas, donde las vacaciones no son mayores que las dos semanas, a comparación de la UCR donde tenemos vacaciones ¡hasta de tres meses! (a menos que matriculemos el curso de verano).



EyP

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