sábado, 22 de marzo de 2008

Fotografías.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR.
Escritor asociado de EyP.

Hoy estaba recordando mi niñez. Pude vislumbrar aquellos momentos cuando apenas tenía unos días, cuando solo unos meses, cuando estaba en el festejo de mi primer año de vida. Todo gracias al mágico mundo de las fotografías.

Una fotografía es una imagen detenida en el tiempo, un recuerdo de antaño, una sonrisa, un atardecer. Es una simple acción sin movimiento que nos trae a la memoria hasta los más gratos e ingratos pasajes de nuestra vida, inclusive cuando todavía no habíamos desarrollado la capacidad mental de memoria.

Fotografía: Patricia Mora García.

Hoy pude remontarme a mi nacimiento gracias a los pasajes que me contaban mis fotografías. Pude volver a vivir mis mejores recuerdos con los seres más queridos. Los paseos, las fiestas, una acción, todo dentro de una imagen. Con razón se dice que una imagen son más que mil palabras, todas ellas pronunciadas a máximo volumen, pero que solo las escucha el observador.

Nos cuentan una historia sin usar palabras, nos dicen suavemente al oído cómo es el desenlace de la historia. No ocupan ayuda, saben hacer su trabajo excelentemente.

Captan un mensaje. Entre ternura y amor, tienen la capacidad de trasladarnos desde nuestro hogar, o galería, hasta aquél lugar donde hace diez, veinte, cincuenta años se desenvolvía una risa, un abrazo, una caricia, una melodía; un agrio paisaje, un oscuro día de invierno.

Nos remontan a nuestros mejores días, y nuestras peores pesadillas. Nos ayudan a recordar de dónde vinimos, cómo éramos antes, nuestros amigos, familiares.

Tienen la capacidad de resucitar a nuestros seres más queridos que ahora se han ido, y pueden regresar gracias a una imagen. Nos ayudan a volverlos a oír, los podemos volver a escuchar riéndose, lamentándose a la par nuestra, moviéndose. Compartiendo con nosotros en unos de los momentos más especiales. Nos acerca su débil hablar a nuestra mente y nos ayudan a abrir nuestros oídos y guardar silencio por un momento para poderlos escuchar.

Pero muchas veces nos mienten de nuestro pasado. Nos invocan una vívida imagen alegre de nuestro ayer, nos hacen creer que siempre fue así: feliz. Pareciera que hemos llegado a donde estamos hoy pasando únicamente por momentos de prosperidad, de alegría y bienestar, como si por arte de magia hubiéramos llegado hasta donde estamos. Pero, ¡mentira!

¿Qué pasó con nuestros momentos más inoportunos, las desgracias, las infelicidades? Todos aquellos días de lamentación, por no haber podido ayudar a alguien, por no haber tomado la decisión correcta. ¡Qué pasó con ellos!

Tal vez, las fotografías sean más sabias que todos nosotros. Probablemente ellas tengan la razón y sea más sencillo vivir con los recuerdos felices a que vivir con los tristes. Mejor, dejémosle eso a los fotógrafos.

Hoy pude acordarme de mi nacimiento, y pude revivir mi primer aniversario sin necesidad de palabras, o recuerdos mentales. Tan solo con las fotografías, una imagen congelada en el tiempo.

No hay comentarios.: