viernes, 10 de agosto de 2007

Ahorro: soberanía y crecimiento. ¿Dónde está?

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR.

Hace poco tuve la desdicha de incentivar el ahorro entre algunos amigos, algunos de ellos viejos. ¿Para qué?, fue la respuesta unánime. Ellos no le encontraban mayor utilidad a ahorrar. Es decir, ¿para qué dejar de consumir hoy si mañana puedo estar muerto?

Tal vez ese sea el problema que siempre ha detenido el progreso de Costa Rica. Ello se refleja en las propensiones a ahorrar (ahorro como porcentaje del ingreso disponible) tan bajas que hemos mantenido. Para 2006 llegó a ser de tan solo 13.55%, el valor más alto desde 1977. 1999 fue el colmo: apenas 6.29%. Nuestras tasas de ahorro han sido unas de las más bajas en Centroamérica.

Debemos tener mucho cuidado, pues, a diferencia de como creen muchos, el consumo no es del todo bueno para la economía de un país. Inclusive un nivel muy alto de éste puede tener graves perjuicios. Aunque su otro extremo (una elevada abstención al consumo) es también perjudicial: tal como sucedió con la crisis estadounidense de 1929 y como casi sucede en China, donde las tasas de interés rondaron el 0%.

El gobierno de Costa Rica debe buscar medidas para incentivar a ahorrar. En estos días, sino años, parece que hemos olvidado la importancia del ahorro. Lo hemos dejado de forma que calce de forma perfecta con la definición: un simple residuo, en vez de buscar instrumentos que lo estimulen.

El problema es que la importancia del ahorro no se puede explicar usando el pronombre “yo” o sus derivados, sino que se debe explicar usando la tercera persona. El ahorro no es una medida individual, y sus frutos no necesariamente deben ser para quien plantó la semilla, sino para las generaciones siguientes. Así como mis amigos pensaron primero en ellos, antes que en su descendencia. Son ellos quienes podrán ver las ventajas del precioso legado que les hemos dejado. El ahorro nos obliga a pensar en el bienestar del prójimo.

Por otro lado, el ahorro es la única fuente de inversión. Ella puede provenir del exterior o a lo interno del país, de forma que las empresas pueden ser financiadas con capital extranjero, o nacional. Dado que nuestro país no es cerrado al comercio, el empresario no detendrá el proyecto de inversión solo porque en Costa Rica no existen los fondos necesarios, por lo que recurriría al extranjero generando una deuda externa. Inclusive, el empresario no detendrá su proyecto de inversión a menos que una subida en la tasa de interés compense sus ganancias esperadas.

Cuando se habla de inversión, se hace referencia a un aumento o mantención del nivel de capital. Cuando se aumenta el nivel, entonces se da un crecimiento económico. ¿No es esto exactamente lo que estamos buscando? Si este aumento es constante, entonces el crecimiento pasa a ser crecimiento sostenido. ¿No es esto lo que también nos gustaría tener para Costa Rica?

Por tanto, el ahorro es la única fuente de crecimiento: por medio de la inversión y el aumento del stock de capital.

Con un aumento del ahorro no podemos asegurar que incurramos en un mayor crecimiento. Simplemente estamos asegurando que los proyectos de inversión serán lo suficientemente rentables, dada la estabilidad de la tasa de interés gracias al aumento en la oferta por crédito, y algunos que antes no se podían llevar a cabo, ahora sí lo harán. Además, eliminamos la dependencia con el crédito externo y aumentamos la tan reclamada soberanía de don Ottón.

Esto sucedió en China y Japón, de hecho en la mayoría de los países asiáticos, donde se presentan altas tasas de crecimiento económico. Por ejemplo, actualmente China presenta un nivel de ahorro del 42.3% para el 2004, manteniéndolo casi de forma sostenida durante los últimos años. Hong-Kong presentó un 31.7%, India 23%, y Timor-Leste 86.6%, para el 2004. ¡Y nosotros un 10.62%!

Debemos decidir cuál rumbo escoger: el de los países que crecen por arriba del 8% con fondos nacionales. O el de países que mantienen un nivel paupérrimo de ahorro y privilegian el consumo y nos les queda de otra que crecer con fondos externos.

Tales como la República Democrática del Congo con un -3.4%, Guinea-Bissau ronda el -2.9%, Sierra Leona no supera el -7.4% y Mozambique con un 5.9%. Países donde el crecimiento es mayor al 2%, pero no supera al 6%. ¿De dónde vienen los fondos para las inversiones?

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