miércoles, 25 de junio de 2008

Europa a la vista

Esteban Porras Zúñiga
Estudiante Universitario
Escritor Asociado EyP


En 1929 el primer ministro francés, Aristide Briand, pronunció un célebre discurso ante la asamblea de la Sociedad de Naciones, en el que defendió la idea de la creación de una federación de naciones europeas. Cuando presentó el memorando con el proyecto, un año después, era demasiado tarde, la depresión económica y el acceso de Adolfo Hitler en el año 33 a la Cancillería alemana supuso el fin de la concordia europea.

Hubo que esperar hasta después de la Segunda Guerra Mundial, el 25 de marzo de 1957, cuando seis países suscriben en Roma el Tratado de las Comunidades Europeas; el trabajo apenas empezaba. Seguirían constantes adhesiones de países, pero, sin duda alguna, este tratado marcó el inicio para la creación de un mercado común de bienes y servicios.

Unión Europea. El tratado de Maastricht, firmado en esa localidad holandesa el 7 de febrero de 1992, consagra oficialmente el nombre de “Unión Europea”, que en adelante sustituirá el de Comunidad Europea. En alusión a un templo griego, la “nueva unión” se sustentaría en tres pilares: como central la dimensión comunitaria y como laterales la política exterior y de seguridad junto con la cooperación judicial y policial.
Son varios los personajes que han logrado unificar el continente europeo: Carlomagno llegó a regir un millón de kilómetros cuadrados habitados por 15 millones de personas, mientras algunos suelen considerar a Napoleón como el “verdadero padre de Europa”. Son figuras controvertidas, claro está: ellos lo lograron por el poder militar y en otro contexto, mientras que otros como Robert Schuman, Jean Monnet, Delors, por mencionar solo algunas figuras claves en la unificación, lo lograron con la diplomacia, dando inicio al “ensayo multinacional de mayor éxito jamás conocido en el mundo” en palabras de Carlos Yárnoz, subdirector del periódico El País en España.

Un acuerdo de asociación. El acuerdo de diálogo político y cooperación vigente entre Centroamérica y Europa es el que permite que se hayan iniciado las negociaciones para el acuerdo de asociación.

En los últimos ocho años, las exportaciones del istmo hacia Europa se han incrementado en un 50%, y es Costa Rica el que más exportó, con un 60% del total de lo enviado al viejo continente desde Centroamérica, lo que representa un 16% de nuestras exportaciones en el año 2006, según datos del Sistema de Estadística de Centroamérica

En materia de cooperación, en el periodo 2002-2006 nuestro país se ha beneficiado con 31,5 millones de euros, y son los sectores prioritarios los correspondientes a la modernización y descentralización del estado, así como el sector científico y tecnológico.

No podemos olvidar la asimetría, la diferencia es claramente notoria en todos los aspectos, pero es el reto que tendrá el equipo negociador a las puertas de la tercera ronda de negociaciones. Es el momento para la oposición si la hubiera, las críticas no serán agradables, pero son necesarias, como lo afirmó Churchill. El país no puede sumergirse, una vez firmado el acuerdo, en una discusión similar a la del referéndum del año anterior.

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