martes, 19 de agosto de 2008

Ironías infraestructurales.

Claudio A. Mora García

Afectado por las presas y estudiante de Economía, UCR.

chapunosky@gmail.com

El nivel de presas, de tiempo para llegar al trabajo, de gasto en combustible, de declinación de la salud, y un largo etcétera, está llegando a su máximo con el ocaso de la infraestructura vial en Costa Rica, y esto tiene consecuencias.

El nuestro no es un país que se caracterice por ser competitivo en tema de infraestructura. Si usted fuera un inversionista que piensa abrir su empresita transnacional acá, tenga por seguro que por su mente pasaría lo “pura vida” que son los ticos, antes que la excelencia de sus carreteras, puertos o trenes.

En el tema de calidad de nuestra infraestructura en general no salimos exactamente favorecidos: obtenemos el puesto 115 de entre los 131 países medidos por el World Economic Forum en su reporte de competitividad global 2007-2008 (disponible en http://www.gcr.weforum.org/). Lo cual hace que se reste competitividad al país que nos posiciona de número 63 de entre 131.

Pero la pesadilla no acaba ahí, la calidad de nuestra infraestructura ferroviaria (la misma que se encontraba en un estado casi completo de olvido para la fecha del estudio) se sitúa en el puesto 115 de ente 131 países.

Y la calidad de la infraestructura vial, la misma que es usada diariamente por miles y miles de costarricenses (a diferencia de la ferroviaria)… ¡ni hablar, porque doña Karla González se nos puede morir de un infarto!: nuestras carreteras se sitúan en el puesto 121 entre 131 países.

Y, a pesar de lo irónico en un país cuyo nivel de apertura supera el 100% (i.e. la suma de las exportación más importaciones entre el PIB), 102.7% durante el 2007, los puertos no se quedan atrás (o, más bien, se quedan bastaaaaaante atrás): somos, orgullosamente, el país 125 con la peor infraestructura portuaria entre 131 para atender las necesidades de nuestros socios comerciales.

¡Qué ironías!, ¿ah? Firmamos TLC’s, pero no nos dedicamos a mejorar nuestros puertos y carreteras por donde, precisamente, vamos a sacar las exportaciones e ingresar las importaciones.

Y aún así, la CINDE en su página web (http://www.cinde.org/index.php?page_id=152) presenta a la “infraestructura” como una de las principales justificaciones para invertir en Costa Rica.

Y la evidencia empírica en Costa Rica demuestra lo anterior: afortunadamente se han calmado los problemas en los puertos administrados por JAPDEVA (los del caribe), pero anteriormente éstos no trabajan todos los días ni todo el día.

El costo de las eternas presas para salir del pueblo “fantasma” herediano, que parece más bien una pequeña Cuba donde le gobierno no ha realizado grandes proyectos para agilizar el acceso y salida de la provincia, puede ser calculado bajo una serie de supuestos que, les aseguro, lo único que hacen es disminuir el costo total estimado.

En un modelo simple, que omite bastantes cosotos, el salir de Heredia Centro hacia Tibás, pasando por la carretera del puente Virilla, tiene un costo anual en términos de tiempo perdido de ¢8,962,850,846. Y el salir por el lado de La Valencia tiene un costo en términos de tiempo perdido de ¢8,293,981,380 al año.

Aún así, nos podríamos estar ahorrando ¢209,173,408 al año por cada minuto diario que gastemos de menos en la calle haciendo presas por estas vías (¢108,640,344 por la ruta de Santo Domingo y ¢100,533,064 por la ruta de La Valencia).

Y eso que Heredia no es tan “fantasma” como se cree. De las 242 Zonas Francas establecidas en Costa Rica a la fecha, según la PROCOMER Heredia acumula 116 (y se debe aumentar en 2, hasta 118, si se suman aquellas que parecen estar en el límite), ¡i.e. un 48% del total! En cambio, en nuestra capital, tan solo hay 29 empresas en Zona Franca, i.e. un 12%.

Pero… Santa Ana, sí tiene unas autopistas y mega proyectos de las cuales los algunos nos morimos de la envidia. Qué raro…


EyP

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