jueves, 16 de agosto de 2007

Por la soberanía nacional.

Carlos Astorga Cerdas
Estudiante Ciencias Políticas- Derecho, UCR

Escritor asociado de Economía y Política

Mucho mas allá del San Juan, existen fuerzas poderosísimas, anti-globalización, que representan los intereses de cerradas cúpulas de grupos de presión. En numerosas páginas de Internet se publican invitaciones y memorias de congresos de estos grupos que tienen su sede en Estados Unidos. Son las principales fuentes de financiamiento del Partido Demócrata, el cual se opuso al DR-CAFTA, ya que la competitividad de países como Costa Rica representaba una amenaza para sus intereses. Desgraciadamente, han permeado los criterios de altos jerarcas de algún partido político con representación legislativa. Uno se pregunta, cuáles son las razones que explican este hecho.

Al parecer algunas personas, escudadas en el monopolio del amor por la patria, han escondido muy bien sus intereses personales. Es claro que este referéndum para algunos significa algo muy diferente de un destino país. Está en juego, mas bien, su supervivencia en el mundo de la política. Densas cortinas de humo ocultan la verdad. Los discursos de estas organizaciones se repiten en las páginas de los periódicos, en los medios. ¿Recuerdan aquella historia de que no hace falta leer el texto de un tratado para oponerse a él? Evidentemente, “no lean el tratado, no vaya a ser que se nos caiga el teatrito….”

La ambición de poder de unos pocos es el puente que se abre para quienes vienen a defender intereses ajenos a los de los costarricenses. En otras palabras, nos estamos exponiendo a echar por la borda el trabajo de generaciones del país, a cambio de nada. Las consecuencias de que estos grupos de presión ingresen a la política nacional pueden llegar a ser verdaderamente desastrosas. La sustitución de los intereses costarricenses, por los de cúpulas extranjeras implica un viraje en la agenda política nacional. Significa la entrega de la institucionalidad de un país que ha hecho bien las cosas, la entrega de la soberanía nacional.

Evidentemente la ambición ha cegado a muchos. Aprovechándose de la buena voluntad de personas que no creen en nuestro modelo de desarrollo, están hipotecando el futuro de quienes heredaremos el país el día de mañana. La construcción del comercio de Costa Rica ha costado casi doscientos años. La institucionalidad nacional, tal vez, mas. No se puede tolerar que el triunfo de mezquinos egoísmos nos cueste la historia del país. Quien defienda esto no es digno de llamarse patriota, quien lo acepte, traiciona la soberanía nacional.

En la discusión nacional sobre el Tratado de Libre Comercio, frente al reto que implica el plebiscito de octubre, se debe observar con toda claridad, cuáles son los principios y los fines de la discusión, cuáles las posiciones y qué motiva a las partes a adquirir una postura determinada. Costa Rica vale mas, mucho mas que los intereses de unas pocas personas. A la hora de hacer la lista con los más y los menos, veamos el origen de estos. Que sea el bienestar del país y las mayorías el que rija a nuestra razón y no los intereses de Public Citizen y de Global Trade Watch. No entreguemos lo mas preciado que tenemos, nuestra capacidad de regir nuestro futuro.

martes, 14 de agosto de 2007

La verdad innegable

Editorial publicado el 12 de julio del 2007 en La Nación.
Las bondades del crecimiento - Opinión - nacion.com

Podemos y debemos discutir, ojalá con solidez y realismo, sobre las imperfecciones (y hasta límites) del mercado como instrumento para promover el bienestar. En función de la experiencia, el conocimiento y nuestros objetivos como sociedad, a menudo deberemos desarrollar mecanismos que permitan llenar los vacíos que el mercado deja, corregir sus posibles distorsiones y distribuir mejor la riqueza que genera. Esto es parte de las políticas públicas de cualquier país, y en el nuestro, aunque con problemas, hemos sabido diseñarlas y aplicarlas mejor que la mayoría del hemisferio.

Sin embargo, hay ciertos principios esenciales de la economía y el mercado que están más allá del debate, porque siguen un patrón tan reiterado y demostrable mediante la experiencia, que los ubica en el terreno científico de la disciplina. De estos principios forman parte las relaciones entre el crecimiento de la producción y la generación de empleos, y entre el aumento en la demanda de mano de obra y la mejora en los salarios; también, entre ambos factores y una probable disminución de la pobreza, mediante el aumento en los ingresos personales.

Recientes datos, que publicamos en nuestra edición del sábado, confirman esas relaciones de forma muy favorable para el país. Porque revelan que el aumento en la inversión extranjera y en el ritmo de nuestra economía han generado mayor demanda de empleo y, por ende, un aumento en el nivel de los salarios, especialmente en dos sectores muy dinámicos de nuestra economía: la construcción y los servicios. Y como el crecimiento se ha dado con menor inflación, el incremento salarial no solo es nominal, sino real; es decir, la capacidad adquisitiva de la población ha mejorado. Junto a esto, además, se ha producido otro efecto muy positivo, al que nos referimos en un editorial anterior: el aumento en los afiliados a los regímenes de salud y pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social. Se trata, en última instancia, de una positiva dimensión de la dinámica del mercado, según la cual un aumento en la demanda (en este caso de personal) incrementa los precios del servicio que prestan.

Si nuestra economía está creciendo, y si esto impacta en mejores condiciones de vida, no es por casualidad. Crecemos porque el país tiene ventajas comparativas muy importantes, porque la calidad de nuestros recursos humanos, nuestros índices de educación y salud, nuestro estado de Derecho, nuestra inserción en la economía internacional, nuestros crecientes encadenamientos productivos, nuestra cercanía al mercado estadounidense y una política macroeconómica cada vez mejor orientada generan inversiones, producción, servicios y, por ende, más y mejores ingresos. Y una parte de ellos va a los trabajadores, quienes también pueden consumir e invertir más.

Estamos, pues, ante una clara vinculación entre lo económico y lo social, con una ventaja adicional: con mayor riqueza, el Estado está en mejores condiciones para redistribuirla y para desarrollar programas de educación, salud, infraestructura y lucha contra la pobreza, que permitan elevar las condiciones de vida de los que menos tienen.

Moraleja: la base de una buena política social es una buena política económica.

Lo comentado es una razón adicional para estar a favor del comercio internacional y de un instrumento tan importante para dinamizarlo como es el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana. Porque, mediante su puesta en marcha, lograremos consolidar y aumentar nuestro acceso a esos mercados, vitales para nuestra producción. Esto, por ende, generará más ventas, más inversión, más y mejores empleos y mayor ingreso para la gente y para el Estado. Es decir, ganancias generalizadas.

Los datos que están a la mano lo demuestran con solidez. Negarlos es un simple ejercicio de ceguera ideológica.

Las premisas de las que parten para desarrollar el análisis anterior son las siguientes: "Los buenos resultados económicos se sienten en mejores salarios."y "Mientras más vendamos al mundo, más aumentará el bienestar de todos." Parece mera teoría e incluso ficción, pero es una verdad innegable.
El hecho de que la corrupción se este institucionalizando hace a muchas personas sentir que todo aquello que se pacte lleva impregnada la marca del demonio. Se podría hablar del buen nivel de la mayoría de nuestros indicadores y muchos dirían que son consecuencia de las políticas generadas durante el estado de Bienestar -cosa en la que estamos de acuerdo- pero viendo mas allá, hay que ser conscientes que ya no somos los mismos de antes, somos mas y con mas diferencias y necesidades, el estado no puede con todos, mejor dejemos al estado que se ocupe únicamente de la justicia dentro de la sociedad, los bienes públicos y deje a todos evolucionar individualmente.

lunes, 13 de agosto de 2007

El "SÍ" de Franklin Chang

Por Roberto Gallardo
Escritor Invitado Economía y Política
Tomado de www.roberto-gallardo.blogspot.com


Antes de anunciar que votará "SÍ" en el referendo del 7 de octubre, Franklin Chang era un ciudadano modelo, probablemente uno de los costarricenses más exitosos de la historia. Sus logros son producto del estudio constante, de la disciplina y de altos estándares éticos. Los costarricenses admiramos su humildad y su apego a nuestros valores comunes, que se sienta orgulloso de ser costarricense. Y esto último no solo es un discurso retórico: cuando terminó su servicio en el programa espacial escogió Costa Rica, teniendo posiblemente ofertas de otros países interesados, como base para el desarrollo del motor de plasma, el que impulsará las futuras expediciones espaciales.

Cuando el presidente Pacheco lo llamó a integrar la denominada Comisión de Notables, la elección, además de la de los otros distinguidos miembros, fue recibida positivamente por la la población. Cuando la Comisión emitió su informe, el mismo se tomó como un ejemplo de mesura, reflexión y objetividad.

Pero todo cambió en el momento en que Chang decidió anunciar que votará positivamente en el referendo del 7 de octubre. Súbitamente el destacado científico costarricense es un personaje cuestionable con oscuros intereses comerciales, los que antepone al interés nacional. Según algunos, el apoyo de Franklin Chang al TLC no puede ser producto de un análisis concienzudo y objetivo, sino que se origina en un contrato de construcción que la embajada estadounidense le otorgará (u otorgó, dependiendo de la versión que uno oiga) a la compañía constructora de su hermano. Es posible explicar el apoyo de Chang porque su compañía necesita la inversión del gobierno de los Estados Unidos, pero nunca porque haya hecho una valoración equilibrada del texto (que sabemos con certeza estudió a fondo como parte de su trabajo en la Comisión de Notables), y que concluyera, tal y como lo dijo, "que lo positivo supera lo negativo". Y aunque parezca increíble, algunos descalifican su posición porque en el fondo... ¡no es costarricense! (http://www.prensalibre.co.cr/2007/agosto/10/opinion05.php).

La falacia ad hominem normalmente es utilizada por los pequeños de espíritu y por aquellos de no tienen recursos para rebatir la posición autorizada de personas de la estatura de Franklin Chang. Los ataques mezquinos que ha venido sufriendo este costarricense notable no hacen mas que evidenciar las carencias de quienes lo atacan.

Y que conste que no se trata de que Chang sea infalible o que su posición no sea debatible, sino que es un costarricense que merece respeto por lo que piensa y que se debe discutir su posición sin acudir al pobre argumento del ataque personal. Respeto que no solo se merece el Dr. Chang, sino todos los costarricenses.

Estimados amigos:

Juan Carlos Tristán
Escritor asociado de Economía y Política
Estudiante de derecho, UCR

Como recuerdan hace como un mes realizamos una consulta al TSE, la misma fue elaborada por Juan Carlos Tristán e interpuesta por Fernando Orozo en representación de la AED.

Les comparto con alegría un extracto de la resolución que notificó el día de hoy el TSE a la AED. (Adjunto resolución completa) *** VER NOTA[1]

“Aclaración pedida por el señor Fernando Orozco Salas, presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Costa Rica:El estudiante Fernando Orozco Salas, presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho de la Universidad de Costa Rica, pregunta sobre los siguientes aspectos:

“I.¿Qué extremos de la resolución antes mencionada aplican para los funcionarios de la Universidad de Costa Rica?

¿Qué recursos económicos y humanos podrá utilizar la Universidad de Costa Rica para publicidad respecto al TLC?

¿Se podrán utilizar horas laborales para realizar dichas funciones de publicidad?

¿De qué manera se regularan (sic) los espacios en Radio Universidad, Canal 15 y Semanario Universidad, siendo que los mismos se financian con fondos públicos?

¿Cómo se reglamentará la publicación de campos pagados por parte de la Universidad en medios masivos para realizar publicidad con respecto al TLC?

¿Puede la Universidad de Costa Rica realizar conferencias exponiendo el criterio ya emitido por el consejo universitario de rechazo al Tratado de libre comercio utilizando para ello los auditorios de las distintas sedes y empleando algunos de sus funcionarios a tiempo asalariado para ello?”

En primer término, de la relación armónica de los numerales 84 de la Constitución Política, 1 inciso 4) de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa y 111 de la Ley General de la Administración Pública, es indudable que quienes laboran en la Universidad de Costa Rica ostentan la condición de servidores o funcionarios públicos. Consecuentemente, los extremos de la resolución n.º 1119-E-2007, en tanto atañen a la posibilidad de que los funcionarios públicos puedan participar en los procesos de referéndum, les son aplicables en todos sus extremos.
Lo anterior no significa, respecto de las preguntas dos y tres de esta consulta, que el funcionario universitario pueda hacer uso de recursos públicos para apoyar o financiar las campañas a favor o en contra de la consulta que interesa, lo cual, a la luz de la trascripción del artículo 24 del “Reglamento para los procesos de referéndum”, constituye una prohibición expresa cuya trasgresión, de comprobarse, ha de ser sancionada según lo que determine la Contraloría General de la República y la normativa interna de la Universidad. En esa misma línea, no es dable utilizar horas laborales para promocionar o participar en las mencionadas campañas, salvo que se cuente con el permiso de la jefatura que corresponda, según ya fue reglamentado.
En lo que atañe a la regulación de los espacios en Radio Universidad, Canal 15 y Semanario Universidad (pregunta n.º 3), deberá estarse a lo dispuesto en el reglamento de marras según se expone seguidamente: a) la posibilidad de que cualquier persona física o jurídica costarricense pueda pautar en los medios de comunicación espacios propagandísticos a favor o en contra del proyecto sometido a consulta está sujeta a que el total de los aportes contabilizados, a partir de la convocatoria, no exceda de veinte salarios base (artículo 19); b) los viernes de cada semana, en el período comprendido entre la comunicación oficial de la convocatoria y el día en que se lleve a cabo el referéndum, los medios de comunicación deben informar al Tribunal de todos los espacios de propaganda que hayan sido contratados en esa semana con inclusión del nombre, número de cédula y datos pertinentes para la localización de la persona responsable de la publicación (artículo 20); c) los medios universitarios deben remitir al Tribunal las tarifas vigentes dentro de los tres días hábiles posteriores a la comunicación oficial de la convocatoria, con indicación de cualquier cambio de dichas tarifas (artículo 21).
Sobre las preguntas 4 y 5, cabe apuntar que no está permitido que la Universidad de Costa Rica, como órgano estatal, publique en medios de comunicación masivos, con recursos públicos, campos pagados a favor o en contra del tema objeto de la consulta en referéndum. Tampoco es permitido que dicha Casa de Enseñanza realice, en sus auditorios, conferencias que conlleven, tendenciosamente, a fines propagandísticos a favor o en contra de la consulta, salvo que se trate de actividades, foros o debates que sirvan exclusivamente para informar del tema según lo establecido en el artículo 24 supra trascrito.


En la forma expuesta, la independencia funcional y la plena capacidad jurídica que tiene la Universidad de Costa Rica para dictarse su gobierno y organización propia, según la garantía que le otorga el artículo 84 de la Constitución Política, no puede, bajo ninguna circunstancia, servir de motivo para ocultar o disimular un inadecuado control y utilización de recursos públicos. “

viernes, 10 de agosto de 2007

Ahorro: soberanía y crecimiento. ¿Dónde está?

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR.

Hace poco tuve la desdicha de incentivar el ahorro entre algunos amigos, algunos de ellos viejos. ¿Para qué?, fue la respuesta unánime. Ellos no le encontraban mayor utilidad a ahorrar. Es decir, ¿para qué dejar de consumir hoy si mañana puedo estar muerto?

Tal vez ese sea el problema que siempre ha detenido el progreso de Costa Rica. Ello se refleja en las propensiones a ahorrar (ahorro como porcentaje del ingreso disponible) tan bajas que hemos mantenido. Para 2006 llegó a ser de tan solo 13.55%, el valor más alto desde 1977. 1999 fue el colmo: apenas 6.29%. Nuestras tasas de ahorro han sido unas de las más bajas en Centroamérica.

Debemos tener mucho cuidado, pues, a diferencia de como creen muchos, el consumo no es del todo bueno para la economía de un país. Inclusive un nivel muy alto de éste puede tener graves perjuicios. Aunque su otro extremo (una elevada abstención al consumo) es también perjudicial: tal como sucedió con la crisis estadounidense de 1929 y como casi sucede en China, donde las tasas de interés rondaron el 0%.

El gobierno de Costa Rica debe buscar medidas para incentivar a ahorrar. En estos días, sino años, parece que hemos olvidado la importancia del ahorro. Lo hemos dejado de forma que calce de forma perfecta con la definición: un simple residuo, en vez de buscar instrumentos que lo estimulen.

El problema es que la importancia del ahorro no se puede explicar usando el pronombre “yo” o sus derivados, sino que se debe explicar usando la tercera persona. El ahorro no es una medida individual, y sus frutos no necesariamente deben ser para quien plantó la semilla, sino para las generaciones siguientes. Así como mis amigos pensaron primero en ellos, antes que en su descendencia. Son ellos quienes podrán ver las ventajas del precioso legado que les hemos dejado. El ahorro nos obliga a pensar en el bienestar del prójimo.

Por otro lado, el ahorro es la única fuente de inversión. Ella puede provenir del exterior o a lo interno del país, de forma que las empresas pueden ser financiadas con capital extranjero, o nacional. Dado que nuestro país no es cerrado al comercio, el empresario no detendrá el proyecto de inversión solo porque en Costa Rica no existen los fondos necesarios, por lo que recurriría al extranjero generando una deuda externa. Inclusive, el empresario no detendrá su proyecto de inversión a menos que una subida en la tasa de interés compense sus ganancias esperadas.

Cuando se habla de inversión, se hace referencia a un aumento o mantención del nivel de capital. Cuando se aumenta el nivel, entonces se da un crecimiento económico. ¿No es esto exactamente lo que estamos buscando? Si este aumento es constante, entonces el crecimiento pasa a ser crecimiento sostenido. ¿No es esto lo que también nos gustaría tener para Costa Rica?

Por tanto, el ahorro es la única fuente de crecimiento: por medio de la inversión y el aumento del stock de capital.

Con un aumento del ahorro no podemos asegurar que incurramos en un mayor crecimiento. Simplemente estamos asegurando que los proyectos de inversión serán lo suficientemente rentables, dada la estabilidad de la tasa de interés gracias al aumento en la oferta por crédito, y algunos que antes no se podían llevar a cabo, ahora sí lo harán. Además, eliminamos la dependencia con el crédito externo y aumentamos la tan reclamada soberanía de don Ottón.

Esto sucedió en China y Japón, de hecho en la mayoría de los países asiáticos, donde se presentan altas tasas de crecimiento económico. Por ejemplo, actualmente China presenta un nivel de ahorro del 42.3% para el 2004, manteniéndolo casi de forma sostenida durante los últimos años. Hong-Kong presentó un 31.7%, India 23%, y Timor-Leste 86.6%, para el 2004. ¡Y nosotros un 10.62%!

Debemos decidir cuál rumbo escoger: el de los países que crecen por arriba del 8% con fondos nacionales. O el de países que mantienen un nivel paupérrimo de ahorro y privilegian el consumo y nos les queda de otra que crecer con fondos externos.

Tales como la República Democrática del Congo con un -3.4%, Guinea-Bissau ronda el -2.9%, Sierra Leona no supera el -7.4% y Mozambique con un 5.9%. Países donde el crecimiento es mayor al 2%, pero no supera al 6%. ¿De dónde vienen los fondos para las inversiones?

Las mujeres y la política

Javier Correoso-Miami
Articulo escrito por Andres Oppenheimer-El Miami Herald

Las mujeres y la política
Una encuesta reciente de la revista Newsweek señala --sin mencionar a la senadora Hillary Clinton-- que el 86 por ciento de los norteamericanos estarían dispuetos a elegir a una mujer para la Casa Blanca. Sin embargo, no estoy tan seguro.

Para mi gran sorpresa, en conversaciones telefónicas con funcionarios que están participando en una conferencia sobre mujeres organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (Cepal) que se está llevando a cabo en Ecuador, descubrí que los Estados Unidos están muy lejos de ser un país de avanzada en lo que hace a la elección de mujeres para cargos públicos.

Según los últimos datos de la Unión Inter Parlamentaria, basados en la composición de los congresos nacionales de 133 países, Estados Unidos está en el puesto 67 de la lista de países según el porcentaje de mujeres que tienen en sus cámaras bajas. O sea, Estados Unidos se encuentra por debajo del promedio mundial, y justo atrás de Zimbabwe, Panamá y el Salvador, que están empatados en el puesto 66.

La lista de países con los porcentajes más altos de mujeres en sus cámaras bajas está encabezada por Ruanda, Suecia, Finlandia, Costa Rica, Noruega y Dinamarca, los Países Bajos, Cuba, España y Argentina.

La mujeres representan un 49 por ciento de la Cámara Baja en Ruanda, 47 por ciento en Suecia, 42 por ciento en Finlandia, 39 por ciento en Costa Rica, 38 por ciento en Noruega, y 37 por ciento en Dinamarca, 36 por ciento en España y Cuba, y 35 por ciento en Argentina. Comparativamente, en Estados Unidos las mujeres sólo ocupan el 16 por ciento de los escaños de la Cámara de Representantes.

Lo mismo sucede en el Senado: las mujeres representan sólo un 16 por ciento de las bancas del Senado de Estados Unidos, un porcentaje menor que en la mayoría de los países Europeos y latinoamericanos.

Claro que algunos de esos países --especialmente Cuba, una dictadura cuyo congreso difícilmente puede ser tomado en serio-- no son modelos a seguir. Pero los especialistas de la CEPAL están de acuerdo en que los países que tienen más mujeres en sus parlamentos son aquellos que tienden a tener más leyes de igualdad para los sexos, incluyendo cuotas.
''Estados Unidos está muy atrás de Europa'', dice Sonia Montaño, la directora del estudio de la CEPAL presentado en la conferencia. ``Esto puede ser entre otras cosas por el hecho de que en Estados Unidos el voto no es obligatorio, o a que la Constitucion prohíbe las cuotas para cargos politicos''.

En Europa, los partidos políticos tienen cuotas de mujeres impuestas por ellos mismos. En América Latina, 11 paises --incluyendo Argentina y Costa Rica-- han adoptado en años recientes cuotas obligatorias para las mujeres en el Congreso.

Según el estudio de la CEPAL, las cuotas para mujeres han tenido un efecto positivo en la mayoría de los países: desde el momento en que entraron en vigor estas leyes, la representación femenina en el Congreso se disparó de un 6 a un 36 por ciento en Argentina, del 16 al 39 por ciento en Costa Rica, del 11 al 30 por ciento en Perú y del 9 al 22 por ciento en México. Comparativamente, en Guatemala, donde no hay cuotas, la representación femenina en el Congreso es de apenas el 8 por ciento.

Volviendo al tema de si los norteamericanos eligirían a una mujer como Presidenta --como los alemanes recientemente eligieron a Angela Merkel, o los chilenos a Michelle Bachelet-- hay otro motivo de duda: aunque el 86 por ciento de los entrevistados en la encuesta de Newsweek dijo votaría por una mujer, solo el 58 por ciento dijo que piensa que el pueblo norteamericano estaría dispuesto a hacerlo. Otra encuesta realizada por John Zogby encontro una disparidad similar en las respuestas.

''Hay una diferencia sustancial entre aquéllos que dicen que votarían por una mujer, y los que dicen que una mayoría de los norteamericanos votaría por una mujer'', me dijo Zogby. ``La primera podría ser una respuesta socialmente aceptable''.

Mi opinión: las mujeres están ganando terreno en Estados Unidos, como lo demuestra la reciente elección de la congresista Nancy Pelosi como primera mujer líder de la Cámara Baja.
Y la senadora Clinton podría blindarse contra la ansiedad de muchos votantes --que podría perjudicarla en caso de que el tema de la seguridad nacional regrese al centro de la agenda política-- nombrando a un ex militar, como el General y ex candidato Wesley Clark, como su compañero de formula.

Sin embargo, los últimos datos sugieren que los norteamericanos son menos proclives a la elección de mujeres para cargos públicos de lo que la mayoría quisiera reconocer, y que algo debiera hacerse al respecto.