sábado, 18 de diciembre de 2010

El desarrollo de Costa Rica


Claudio A. Mora García
cbmora@uc.cl
Estudiante de doctorado en economía
Becado MECESUP

Costa Rica lleva casi 30 años sin lograr alcanzar su nivel de PIB per cápita de tendencia de largo plazo. No pretendo explicar por qué, ni cómo llegar a alcanzarlo. No deseo ser tan ambicioso y hoy tan solo me gustaría aplicar algo que me pareció interesante.

Cada economía tiene su propia dinámica macroeconómica, con una base productiva y tecnología únicas que le permiten tener una tasa particular de crecimiento de convergencia de largo plazo. Luego, en parte, depende de nosotros si la actual tasa de crecimiento está por encima o por debajo de esa tasa potencial de crecimiento.

El gráfico muestra dos líneas: la continua es la historia de crecimiento del PIB per cápita de Costa Rica en términos reales desde 1950 hasta 2011. La discontinua es la línea de tendencia y muestra la tasa de crecimiento y el nivel de PIB per cápita de largo plazo al cual Costa Rica debería converger, dada su particular estructura productiva. Realmente lo que nos interesa es no converger, sino siempre estar por encima de la tendencia, tanto en nivel como en inclinación.

El gráfico se encuentra en escala logarítmica. Lo astuto de la escala logarítmica es que permite matar dos pájaros de un solo tiro: muestra la tasa de crecimiento (me refiero a la tasa porcentual de crecimiento del PIB per cápita) y el nivel, las dos al mismo tiempo. Así, cuando la línea continua es más inclinada que la discontinua, la tasa porcentual de crecimiento es mayor que la de tendencia; y cuando la línea continua está por encima de la discontinua, el nivel actual del PIB per cápita es mayor que el de tendencia (la comparación también es válida para dos puntos cualesquiera sobre la línea continua).

Algunos episodios de crecimiento pueden ser explicados claramente por el gráfico. Por ejemplo, obsérvese cómo desde el 2002 ha existido un crecimiento continuo por encima del de tendencia, que nos ha permitido casi alcanzar el nivel de tendencia del PIB per cápita. La tasa de crecimiento porcentual en ese periodo, aunque mayor a la promedio de los últimos 62 años (2.36%), sin embargo no fue suficiente para alcanzar el nivel de tendencia vigente al 2010. ¿Qué shock permitió esto?

Es importante diferenciar entre “shocks” que implican un cambio en el nivel y los que implican un cambio en la inclinación. La actual serie de reformas que han apuntado a liberar la economía, tales como una mayor apertura comercial, liberalización de ciertos mercados, y mayor facilidad para establecer un régimen de propiedad privada, han permitido un cambio en el nivel de PIB per cápita. Pero una vez utilizadas estas políticas se agotan, y luego no tienen un efecto de largo plazo sobre la inclinación. Son limitadas, y esto implica que la tasa de crecimiento converja nuevamente al 2.36% de largo plazo.

Lo anterior es observable en que a partir del 2002 esas políticas permitieron mantener una tasa de crecimiento por encima de la tendencia; y quizás, de no haber sido por la crisis que inició en el 2007, hubiésemos logrado llegar a estar por encima del nivel de tendencia de largo plazo. Pero su efecto empieza a agotarse.

En Costa Rica lleva casi 30 años sin lograr alcanzar su nivel de PIB per cápita de tendencia de largo plazo. No pretendo explicar por qué, ni cómo llegar a alcanzarlo. No deseo ser tan ambicioso y hoy tan solo me gustaría aplicar algo que me pareció interesante.

Cada economía tiene su propia dinámica macroeconómica, con una base productiva y tecnología únicas que le permiten tener una tasa particular de crecimiento de convergencia de largo plazo. Luego, en parte, depende de nosotros si la actual tasa de crecimiento está por encima o por debajo de esa tasa potencial de crecimiento.

El gráfico muestra dos líneas: la continua es la historia de crecimiento del PIB per cápita de Costa Rica en términos reales desde 1950 hasta 2011. La discontinua es la línea de tendencia y muestra la tasa de crecimiento y el nivel de PIB per cápita de largo plazo al cual Costa Rica debería converger, dada su particular estructura productiva. Realmente lo que nos interesa es no converger, sino siempre estar por encima de la tendencia, tanto en nivel como en inclinación.

El gráfico se encuentra en escala logarítmica. Lo astuto de la escala logarítmica es que permite matar dos pájaros de un solo tiro: muestra la tasa de crecimiento (me refiero a la tasa porcentual de crecimiento del PIB per cápita) y el nivel, las dos al mismo tiempo. Así, cuando la línea continua es más inclinada que la discontinua, la tasa porcentual de crecimiento es mayor que la de tendencia; y cuando la línea continua está por encima de la discontinua, el nivel actual del PIB per cápita es mayor que el de tendencia (la comparación también es válida para dos puntos cualesquiera sobre la línea continua).

Algunos episodios de crecimiento pueden ser explicados claramente por el gráfico. Por ejemplo, obsérvese cómo desde el 2002 ha existido un crecimiento continuo por encima del de tendencia, que nos ha permitido casi alcanzar el nivel de tendencia del PIB per cápita. La tasa de crecimiento porcentual en ese periodo, aunque mayor a la promedio de los últimos 62 años (2.36%), sin embargo no fue suficiente para alcanzar el nivel de tendencia vigente al 2010. ¿Qué shock permitió esto?

Es importante diferenciar entre “shocks” que implican un cambio en el nivel y los que implican un cambio en la inclinación. La actual serie de reformas que han apuntado a liberar la economía, tales como una mayor apertura comercial, liberalización de ciertos mercados, y mayor facilidad para establecer un régimen de propiedad privada, han permitido un cambio en el nivel de PIB per cápita. Pero una vez utilizadas estas políticas se agotan, y luego no tienen un efecto de largo plazo sobre la inclinación. Son limitadas, y esto implica que la tasa de crecimiento converja nuevamente al 2.36% de largo plazo.

Lo anterior es observable en que a partir del 2002 esas políticas permitieron mantener una tasa de crecimiento por encima de la tendencia; y quizás, de no haber sido por la crisis que inició en el 2007, hubiésemos logrado llegar a estar por encima del nivel de tendencia de largo plazo. Pero su efecto empieza a agotarse.

En general, sería recomendable adoptar una mentalidad más de largo plazo, y buscar política cuyos efectos no solo tengan un impacto cercano sobre el nivel, sino que perduren sobre la tasa de crecimiento. Las recomendaciones usuales son modificar la base productiva y mejorar las instituciones en el cual se desenvuelve la economía.general

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