domingo, 14 de diciembre de 2008

No minemos nuestra riqueza.

Claudio A. Mora García
Estudiante de Economía, UCR
chapunosky@gmail.com

Yo comparto la tesis de que el recurso más abundante relativamente en Costa Rica (y en los países del trópico en general) es el capital natural. En Costa Rica disponemos de 2.200 kilómetros cúbicos (km3) anuales en agua renovable para cubrir cada metro cuadrado de territorio mientras que EE.UU. solo tiene 312 km3 (http://www.worldwater.org/data20062007/Table1.pdf). Nuestra biodiversidad es más variada que aquella en los países europeos o norteamericanos. Por ello tenemos una ventaja comparativa en los bienes y servicios que utilicen intensivamente en su producción el recurso natural: minería, producción de energía hidroeléctrica, plantas medicinales y sus derivados, etc. Algunos pensaran correctamente que si los comercializamos la producción se incrementa, y el PIB aumenta.

PIB insostenible. Imaginemos por un momento que Costa Rica inicia un proceso de transformación hacia la extracción minera a cielo abierto. Si evaluamos los resultados por medio de la producción interna bruta (el indicador del PIB) podríamos concluir que nos está yendo muy bien si tan solo el ingreso promedio aumenta.

El profesor P. Dasgupta, así como otros teóricos del desarrollo sostenible y sus diferentes ramas (por ejemplo, K. Arrow, G. Heal, entre otros) han demostrado cómo el indicador PIB es una pésima guía para evaluar la sostenibilidad de la producción:

Si iniciamos una extracción intensiva de minerales claramente nuestro PIB arrojará un resultado muy alentador: un aumento en el ingreso promedio de las personas. Pero al mismo tiempo pecaríamos de inocentes: como nunca tuvimos en cuenta la depreciación que se le estaba haciendo a la base productiva, llegaríamos a un momento en el tiempo donde la explotación nos lleva a quedarnos sin montañas. Precisamente este es uno de los problemas que posee el PIB: es bruto, no neto. Excluye de su medición la depreciación del capital durante la producción.

Acá nos referimos a un concepto más amplio de capital, que incluye no solo el físico (máquinas) sino también el humano (educación y salud) y especialmente el natural.

Además, las exportaciones que realizamos de oro, níquel, cobre, etc. son recursos que se esfuman del país y no los recuperamos (incluidos los miles de árboles talados, la tierra arrasada, etc.). Por tanto, la minería no es una actividad sostenible en el tiempo. Y si valoramos a nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos, de igual forma o más que a nosotros mismos, debería preocuparnos en dejarles una base productiva igual o mayor que la nuestra con la cual subsistir.

Al ser la depreciación excluida y no tener herramientas para valorar el aire, el agua, la tierra, etc., podríamos estar optando por una senda de producción intertemporal que no es sostenida y que más bien reduce nuestra base productiva; condenando así a nuestros descendientes. ¿Qué Costa Rica les queremos heredar a ellos?

Inclusive, aún cuando se hayan realizado estudios para valorar el impacto ambiental e indicar la inversión necesaria en otro tipo de capitales (físico y humano) para compensar la depreciación que se le daría al capital natural, es muy poco probable que todas las actividades en Costa Rica que vayan a tener un impacto ambiental realicen dichos estudios. Y, como diría mi padre, los millones se hacen de colón en colón.

Apocalipsis. No me gustaría vaticinar el Apocalipsis con la tesis inicialmente planteada, pero las teorías de comercio apuntan a que exportemos este tipo de bienes y servicios, y atraigamos este tipo de inversiones.

Yo les digo que Costa Rica no busca este tipo de desarrollo temporal, explosivo. Ni siquiera los monos, las hienas, los mandriles, ningún animal, ni el más bruto, ha pensado en destruir la naturaleza para lograr la subsistencia. Entonces, aprendamos de ellos.

Claramente el proyecto de minería Crucitas ya fue autorizado. Debemos afrontar este error, y seguir con él. Costa Rica debe convertirse en un país capta capitales y no espanta capitales, como diría Oppenheimer, y no violar sus contratos. Pero también debe quedar muy en claro que no andamos buscando este tipo de inversión.

1 comentario:

Antonio Chamu dijo...

Lo que estas planteando es muy interesante, pero ya ha sido abordado en este micro documental... que te recomiendo.

http://video.google.com/videoplay?docid=-5645724531418649230

Esta en español