Mujeres exportadoras
Esteban Porras Zúñiga
Estudiante Universitario
Escritor Asociado EyP
Las mujeres suelen actuar en el comercio internacional como “emprendedoras sociales”: mejoran sus vidas y las de sus familias, dando a la vez un aporte al crecimiento de sus comunidades. La participación de las mujeres en el ámbito económico ha ido en aumento, de una forma muy afortunada. En Latinoamérica, por ejemplo, en el 2002 la participación de la mujer en la población económicamente activa era del 38,9%, comparado con el 20,9% de los años sesentas.
Cruzando fronteras. Muchos mercados nos están acechando a corto y mediano plazo: Estados Unidos, China y Europa saltan a la vista y aprovechar el libre comercio con estos mercados va a ser fundamental. Así lo han entendido mujeres empresarias de todo el mundo, que han aprovechado programas específicos que aportan ayuda para convertirse en exportadoras, por lo que aprender de estas experiencias resulta vital para nuestro país.
Gracias a la formación para la exportación, las empresarias ugandesas, por ejemplo, pueden llegar a nuevos mercados. Estas mujeres, gracias al apoyo del programa Access del Centro de Comercio Internacional y a la Oficina de Facilitación de Comercio de Canadá, han logrado abandonar la mentalidad de pequeño propietario para lanzarse al comercio regional e internacional.
La tutoría de exportadores confirmados y recursos financieros apropiados, aunada a la motivación y confianza de la empresaria, lo hace posible. Camerún lo confirma: un proyecto piloto permite la formación de 80 empresarias por curso, ayudándolas a aprovechar las oportunidades comerciales y recurriendo a la tecnología de la información y comunicación, con tan buenos resultados que el programa se implementa ahora en toda África occidental.
En Nepal, una próspera empresaria impulsa las exportaciones de su país, creando una compañía inspirada en el principio de responsabilidad social de las empresas. Lotus Holdings es una empresa de inversiones e incubadora de negocios que ha contribuido en la formación de más de 10 empresas. Esto nos demuestra lo que las empresarias más dinámicas pueden lograr mediante las exportaciones: encarnan la contribución de las mujeres al mundo del comercio.
Múltiples beneficios. En nuestro país, de momento pocas mujeres exportan, pero encontramos casos en los que muchas son proveedoras de servicios, agriculturas, fabricantes, artesanas y comerciantes a nivel local.
Estas empresas cada vez son más numerosas, generan empleo y consumen bienes y servicios. En la forma en que se incentiven y apoyen este tipo de iniciativas con financiamiento, formación, tecnología e información, podríamos ver cómo sus empresas entran al comercio internacional.
Nuestro país ha venido dando grandes pasos en el apoyo a las mujeres emprendedoras. El Programa de Desarrollo de Microempresarias, del Ministerio de Economía, Industria y Comercio, así lo confirma. La Fundación Mujer ha apoyado múltiples iniciativas femeninas desde finales de la década de los ochentas.
Sin embargo, el reto sigue siendo grande, máxime cuando un 27% de los hogares costarricenses están al mando de una mujer, las cuales realizan el trabajo productivo y de atención a su familia, con el agravante de que muchas de estas jefas de hogar trabajan en el sector informal de la economía.
La apreciación del papel de las mujeres en el comercio está cambiando. Su papel en el desarrollo económico y social es determinante. Además, el entorno económico y comercial de nuestro país demanda medidas para que logren tener un mayor acceso a las redes de apoyo comercial y asistencia empresarial.
Es urgente una mayor capacitación en materia comercial para incorporarse al comercio internacional.
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